Un puñado de tus besos mi pelo despeinó
al pasar felices, veloces, ajenos, por encima
de mí.
Cuantas veces he deseado que esos besos fueran
míos.
Que me los dieras un día.
Tus ojos distraídos simulaban no verme,
pero la niña de tus ojos como siempre,
también hoy te traiciono.
Pensaste irritarme, ver dolor en mi semblante,
pero mi rostro sereno a traicionarme se negó.
Mi corazón dio un vuelco al saber lo que
hacías.
Se alisto para obtener tus besos, los que de
tus dedos caían.
Aun cuando fuesen migajas mi alma los ansiaba,
mis labios los pedían, mis ojos los lloraban.
Cuantas cosas, cuantas, han pasado en este
día:
tú tan cerca de mis ojos, de mis manos y tan
lejos de mi vida.
No sé si vivo o sueño, no sé si me querías.
Si ya llegaste a olvidarme, si ya anhelas mi
salida,
de tus ojos, de tus sueños, de tu vida
y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.