Como alas de ángel que vuelan al olvido …
Tras la ira del infierno seduces dolor; 
Con tus ojos de ternura divina. 
Quizá todo sea un sueño de mi parte, 
Mas caigo a tus pies 
Cuan ave solitaria. 
Testigo de tus ojos, 
Ya inertes y llenos de sufrimiento, 
Más pude detenerte. 
Pero en mi dolor … 
En ese dolor inmenso 
Que incrementa mi odio. 
Y pienso … 
Abandono y después respiro 
Un aire maléfico 
Con olor a azufre; 
¿Será el invierno? 
¿Será quizá la vida tan vacía que llevo? 
Cuántas más preguntas 
Me haga antes de morir … 
Con un sueño
Esperando la paz, 
Pues para ti sólo es burla; 
Pero no espero nada de ti. 
Sólo esa burla 
Tan irónica … 
Que es capaz de escapar de mi estado de ánimo. 
Y aún así te vi … 
Tan solitaria 
Y con ese dolor 
Que ni tú misma podías soportar … 
Ni tampoco ocultar, 
Caminabas cabizbaja ... 
Pero no me satisface tu dolor, 
Al contrario, 
Me duele también,  
Pues no supimos cómo y donde 
Mantener nuestra felicidad. 
¡Y tu sufrimiento lo siento! 
Y no lo puedo soportar … 
Pues en el humo de mi cigarrillo 
Aparece tu rostro hermoso, 
E incluso te vi … 
Ya tan acabada, 
Sin ganas de vivir la vida, 
Dejándote morir  
Sola, 
Sin nadie. 
Así es como te vi. 
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 
