Siento tus besos, invadiendo mi recuerdo,
Siento tu mirar, y aquel te amo que no lo pierdo,
Siento tu sonrisa, como pidiéndole al viento,
No me apartes de él, no en este momento.
Deja abrazarlo fuerte, que sienta el amor que llevo dentro,
Deja sentir sus manos, sus caricias a si rebelde,
Que el amor lo diga todo, que vayan a su encuentro,
Donde estemos tú y yo, donde nadie nos encuentre,
Siento esa pasión, que se trasluce en tu mirada,
Cuando estás a mi lado, y ríes por un momento,
Cuando no te toca el sol pero si mi sentimiento
Y nuestro amor se desborda, sin importarnos nada,
Siento tu felicidad cuando tu amor al mío toca,
Cuando deslizas tus manos y a mi cuerpo provocas,
Cuando un roce de tus labios, llegan a mi boca
Como el mar a la playa, como la ola a la roca.
Siento tu amor embravecido entre mis brazos,
Y ese tu mirar diciéndome nada y todo,
Cuando tu felicidad entregada en mis regazos,
Es el sueño dormido, que de algún modo
Me abraza en silencio cuando estamos lejos
Y amarte más me enseña, y deja perplejos
A los que no saben, a los que no lo viven,
A los que no aman y que amarse no conciben.
Siento tu piel rozando con la mía,
Y el amor que nos desata es nuestra alegría,
Siento tus manos acariciando lentamente mi cuerpo
Y nos amamos sin importar, si es el paraíso o el infierno,
Nos amamos en silencio y sin pensar,
Y nuestros cuerpos se unen y se empiezan hablar.
Yo en tus manos y tú en las mías, comenzamos a vibrar,
Y fundidos en uno solo, nos amamos sin parar.
Siento tu amor más fuerte cuando estás conmigo,
Y me insitas a soñar, despierto y dormido,
Siento la felicidad de tu cuerpo cuando estoy contigo
Y esa sonrisa indeleble cuando estoy vencido,
Vencido por tu amor, por la felicidad de aquel momento
Que nos invade de principio a fin hasta el mismo aliento,
El sueño dormido, donde despierta el sentimiento
La sonrisa sublime por fuera y que vive por dentro…
Autor Antonio Carlos Izaguerri