El tiempo no sosiega en tu recuerdo,
inquieto como ave en señorial vuelo,
así el delta se ensancha mar adentro
y la brisa cual rogatoria sube al cielo.
El tiempo pasó sin adiós, indolente,
más nunca pudo llevarte consigo,
porque tu recuerdo está en mi mente,
y tú nunca podrás estar contigo.
Es que estás aquí en mi alma,
en mi corazón y mi añoranza,
aquí donde en verdad se te ama.
… No donde te llevó la distancia.
Y no hay ausencia ni lejanía,
persistente estás en mi vivir,
en todo suspiro del alma mía,
y en el instante ido o por venir.
Eres mi tiempo placentero,
a veces también inclemente,
cuando creo vivir plenamente
o cuando siento que muero.
Y el tiempo en ti no sosiega,
cual mano que siembra.
… O guadaña que siega.
Más mi alma te remembra.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri