Permíteme ser el agua que te moja el pelo
cuando la lluvia cae sin miedo
empapando la ciudad, pariendo el trueno,
y astilla resplandores en el cielo
Déjame ser la sombra de tu cuerpo afiebrado
la lágrima que cae por tu mejilla
cuando el dolor atraviesa las costillas
para enterrarse en tu corazón desintegrado
Accede a que sea sudor corriendo por tu pecho
gota de sal brotando por tus poros
tu gemido bestial cuando te adoro
y abatido te derrumbas en mi pecho
Déjame ser el timbre de tu voz, tus antojos,
tu alegría vital y tus pisadas,
la luz que resplandece en tus ojos
y se estrella en el amor de mi mirada.
Concédeme ser y no me digas nada
el deseo que brota y se cosecha en tu cama
el aroma de tu cabello en mi almohada
tu desvelo … tu fe … el amor, tus ganas.
Déjame serlo todo o no ser nada
sin tu amor la vida no tiene sentido
aquí estoy … para ti solo he nacido
En mi piel llevo tus ansias dibujadas.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.