sábado, 9 de mayo de 2020

TE REGALO UNA ROSA.


Te regalo una rosa dibujada en el viento,
Con perfume de mi alma y besos de "te quiero"
Te regalo una rosa con pétalos rojos
endulzando de amor tu vida,
por tu dulce manía de estar 
cada día endulzando la mía.
Cuídala con amor,
régala todos los días con agua del manantial,
bésala con pasión como si fueran mis labios.
Te regalo ésta rosa cómo los sentimientos que llevo en mi pecho
escondido, si, te regalo una rosa con miles de pensamientos, imaginario.
Te regalo una rosa envuelta en todo el amor,
por tus palabras, y por mi dicha guardada,
y por ésta pasión ingobernable de alegría
con la que llenas de amor cada uno de mis días.
Aquí te dejo ésta rosa con mis manos temblorosas
y con miedo de que notes mis sentimientos ocultos,
guarda y cuida éste regalo cómo un regalo que fue enviado desde el cielo.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

TU RECUERDO NO CESA.


Tu recuerdo no cesa
Enseño la sal en las lágrimas
El dolor en una herida
Y lo sublime de la belleza.

Tu recuerdo sigue intacto,
Escrito profundo en la memoria
Tan presente en el día
E inconsciente en el acto.

Tu recuerdo me hace verte,
En la belleza de la flor
En la sonrisa inconsciente
Y me seguirá acompañando
Hasta la muerte…




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

QUIÉN COMO TÚ.


Quererte así, después y a pesar de tantos años
Todavía como mi fiel y discreto confidente
después de haber encarnado tantas fantasías
confeccionarte para mí en los más atractivos personajes
sacar por ti la lira que tenía arrumbada en alguna parte
deshacerte en versos, armarte en sueños y utopías

Amarte así, absorta y en silencio, pero plena
como al elfo que se toca sólo en sueños
como el avaro acaricia sus alhajas en secreto
quién pudiera amarte como yo, sin titubeos
cuando tantas desesperan y explotan enceladas

Quién pudiera amarme como tú sin reclamos,
sin exigencias ni promesas,
Aunque los vientos se hayan llevado mis recuerdos
Y las estaciones marquen su paso en mi cuerpo
aunque nunca me hayas visto luciendo terciopelos
ni mis labios se hayan explayado voluptuosos
siempre conservas para mí el gesto franco
el aliento que despierta la leona amodorrada.

Quién pudiera amar como tú
desafiando el tiempo y la distancia
el tiempo que torna todo anticuado
y la distancia que desdibuja la memoria
el tiempo que crea tantas ilusiones
y la distancia que a tantos los separa

Quién como yo, tan agraciado
de amarte a ti
el ser más noble y transparente
por quererte así el camino parece allanado
y tu voz me conforta a cada paso
tú buscándome siempre a mí
entre tanta muchedumbre bulliciosa
como ondas agitándose en la fuente
que busca solo placer y satisfacción de un rato
y yo queriéndote todavía así
de mañana tarde y noche
siempre presente en mi mente y en mi carne
como las raíces aman a la tierra que las sustenta
fija y constante así se siente.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

POEMA PARA UNA GITANA.


Por los caminos de un bello parque
camina usted libremente Gitana
detrás de la balaustrada
están mis cartas escondidas
donde mis palabras de cariño anidan
esperando que algún día las lea.

Anhelo que usted se percate
de mis insinuaciones de amor
me deleito con su esplendor
y de sus labios de rosa
Gitana usted es la más bella cosa
de tu Dios el Creador.

Detrás de la armonía de un arpa
sus caderas ondulan
deliciosos movimientos me atrapan
siento perder la cordura
deslumbrado por su hermosura
Gitana usted me encanta.

Su peculiar olor a incienso
lleva el ingenio de los ángeles
y usted sin percatarse
lo esparce por el viento
Gitana ni por un momento
deja usted de enamorarme.

La belleza de sus ojos
me tienen fascinados
en ellos se reflejan destellos
de místicos encantos
Gitana de mis amores
usted me tiene hechizado.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

DARÍA TODO LO QUE TENGO.


He hecho todo lo habido y por haber.
¿Por qué todo a mi alrededor me lleva a ti?
Cada latido en mí,
lleva tu nombre.
Cada suspiro tuyo,
lleva mi derrota.
He escuchado más de mil consejos.
De que me merezco algo mejor.
De que no mereces ninguna lagrima mía.
De que debo darme una oportunidad;
y dejar está agonía.
A veces salgo de esta depresión.
Pero hay días en que vuelco a caer.
Me aferro a mí mismo. 
No quiero escuchar
los consuelos de nadie.
Como quisiera gritar
y correr hacia ti.
Daría todo lo que tengo y más,
si es necesario.
Para volver a ver tus ojos;
más a diario.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

SUEÑO SIEMPRE CONTIGO.

En el mundo misterioso de mis sueños,
siento que has ingresado sigilosamente
al umbral de mi estado subconsciente.
Sueño siempre contigo ¿Por qué será?

En mis noches llenas mi solitaria existencia,
exploro tu cuerpo que alegra mi sosegada vida.

Eres una luz de vida para mí,
eres mi inconcluso sueño de fantasías.
Tu presencia enciende
La temperatura del día con tu encantadora
sonrisa y encandila mis días nocturnos.

Sueño caminar por los aires contigo,
ver tu mirada angelical
y esperando que pronto seas realidad,
para tranquilidad de mi agitada pasión.
Pernoctar el amanecer a lado de tu cuerpo,
acompañado siempre con el cántico
de los gorriones que anuncian un nuevo día
de felicidad y en nuestro lecho de amor.

Soñé que anoche caminé por el sendero floreado 
de lugares inhóspitos y llena de misterios,
buscándote y poder encontrarte.
Soñé que ambos hacíamos un juramento,
bajo el manto de la luna llena,
para tener una relación estable de ensueño.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

TU SUAVE AROMA.

En el frío de la madrugada,
sentí tu tibia mano
acariciando mi cara,
sabía muy bien que eras tú.

Un amoroso beso
depositaste en mis labios callados,
sólo mi respirar se escuchaba en el cuarto.

Quise abrir los ojos
para mirar tu rostro,
pero no pude, sólo en mi corazón
sentí tu presencia cerca.

Al fin, cuando desperté
y recordé ese beso lleno de cariño,
percibí tu suave aroma en mi almohada,
indudablemente fuiste tú,
quien en la madrugada
me hizo sentir tan bello momento.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

CON OLOR A SEXO Y LUJURIA.


Sentados en el Bar con una copa de vino
Con el fondo de música jazz
A media luz huele un perfume fino

Tu mirada me habla invitando a lo prohibido
Y sonríes con gesto erótico
Pensando en la escena candente de estar conmigo
               
El calor ha subido recorriendo nuestros sentidos
Haciendo sudar nuestra piel
Respondiendo a la intención del sensual desafío

Sin palabras nos acercamos y la respiración se acelera
Se desborda nuestro lívido
No sabemos que decir y el beso no espera.

En un estacionamiento oscuro
Y en el asiento de atrás
Los dos en orgasmos somos uno.

No hemos pudimos llegar a la habitación
Las ganas desenfrenadas de sexo
No nos han dejado opción.

Sentada sobre mí, con solo tu cintura en desnudez
Te mueves apretándome rápidamente
te desbordas como hace el agua una y otra vez.

Y al crecer aún más caliente y palpitante
En medio de tus cremosas paredes
Los espasmos son más intensos y abundantes

Y los gritos tan orgásmicos
En un interminable vaivén
Tu cuerpo sacudiéndose con fuerza

Va dejando empapado el asiento
Con un intenso olor a sexo
Sintiéndome de nuevo tan bien

Por tu aliento, tu temblar, tu embeleso
Viviendo el éxtasis de tu furia
En medio de largos jadeos de lujuria.

Este momento ha sido de pasión hasta el desborde
Me has arañado sacudido y mojado
Y ni siquiera sé tu nombre.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

REVÉLATE MUJER A MIS SENTIDOS.


Revélate,
vuélvete tinta indeleble e impregna cada parte de ti sobre mi cuerpo,
siente el descaro puro de mis manos
y naveguemos juntos sin parar hasta agotar el último suspiro,
que hará saber al mundo,
que la pasión nos merece un nuevo nombre.

Revélate,
rétame a ir a la conquista de tu derriere casi bendito
y entre el aroma de rosas
confunde mis sentidos llevados por el frenesí
que en llama viva te reclama,
porque tú, mujer ardiente,
me quemas y consumes a tu antojo.

Revélate,
rompamos paradigmas y amémonos de todas formas posibles,
paséate vestida de piel frente a mí,
y deja que te admire en flor,
hasta poder desojar de ti
al último vestigio de tanto placer acumulado.

Revélate,
desata en mi al deseo que solo por ti es llenado
y queda tendida sobre el lecho,
mientras mis dedos hacen remolinos sobre tu cuerpo entregado,
déjate llevar por tu respiración acelerada
hasta que ya sin sed nos vuelva por fin la calma,
aquella que traerá el presagio,
de que una tormenta de amor volverá a inundar la cama.

Revélate,
deja que le muestre al mundo que tú eres solo mía,
y que el tiempo solo ha sido un requisito para estar vivos
mientras este amor cruza más allá de sus senderos,
revélate al fin
y liberada de todo lo que pesa al mundo
déjame hacerte ver que todo lo que necesitas para ser feliz,
es que, por siempre,
permanezca para siempre junto a ti.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

viernes, 8 de mayo de 2020

VIVIR CRUZANDO LA VIDA.


En el mar de las pasiones,
voluptuosas sensaciones,
marejadas de deseos
e impulsos devastadores.
Olas de influjos que azotan,
en las mentes y los cuerpos,
subyugando las ideas,
derribando y construyendo.
                               
La corriente entre las aguas,
arrastra vida y recuerdos,
con penurias y alegrías,
risas, decepción y juegos.
La voz crispada en los ojos,
en los labios las desgana
e infantiles amoríos,
como volutas que bailan.

Rebrotan en los deseos,
novedosos sentimientos,
cuando es más cálida el alba,
cuando el fuego es más intenso.
Cuando cruje entre los brazos,
el agradecido cuerpo.
Brotan sentimientos viejos,
cuando el abrazo es más tierno.

Ausente queda la estancia,
en la mente que se aleja,
hacia otro plano ascendiendo.
Transcendiendo las premisas,
voraz busca el pensamiento,
nuevas ideas, nuevos sueños.
Volátil se torna el cuerpo,
que ingrávido queda quieto.

Torbellino de emociones,
que se apropia del deseo.
Devoran hambrientas fauces,
las inquietudes y anhelos,
el abrasador aliento,
que en cada latido sienten,
carnes, órganos y huesos,
entre los seres sintientes.

Amor que enardece y cura,
que apacigua y fortalece.
Amor que salva y que mima,
con el poder que transfiere.
Amor que en el verbo anida,
creciendo en su tierno vientre.
Amor, que en la criatura,
de su lógica transciende.

Vivir, cruzando la vida,
donde el amor nace y crece.
Soñar, viviendo sentida,
la realidad que acontece.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

MIS VERSOS DESVELAN.


Desvelan mis versos en tu espera,
entre noches oscuras o serenas
y en esa vigilia tu virtual quimera,
se hace verbo en mis entrañas.

Y se enciende en ti mi inspiración,
plasmando en papiro mi ansiedad,
pero allí muy dentro alma y corazón,
es vivencia y beatificación tu beldad.

Y junto a mis versos desvelas tú,
cual mar extendida en mi lecho
y entre mis deseos y la noche azur,
la brisa de tu suspirar en mi pecho.

Mis versos desvelan pero entibian,
con cada suspiro exhalado al aire,
y tu efigie con excelsitud y donaire,
magnas  formas que rimas inspiran.

Desvela mi alma y la noche duerme,
porque no quiere que seas un sueño,
prefiere vivirte y por siempre tenerte,
en la excelsitud de tu rostro risueño.

No distantes tu recuerdo y mi desvelo,
como no distan pensamiento y deseo.
Tan cerca como la Gloria y su cielo
o el ansia de ti que en el alma poseo.

Escucho tu voz diciéndome voy
y en silencio mi voz dice … Ven,
porque donde estas y donde estoy,
unidos estamos por un solo anden.

Y desvelan mis versos en tu espera,
en esa espera optimista, no vana,
porque al final de la noche o temprana,
vendrás a hacer realidad mi quimera.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

ENCUÉNTRAME.


Encuéntrame
Cuando tomas tu desayuno
soy el café de tus mañanas
en la taza donde bebes.
Encuéntrame
Cuando caminas por la calle
soy la sombra que tus pasos sigue.
Encuéntrame
En la banca del parque donde te sientas
a descansar y a pensar en mí
estoy allí; siente mi mano acariciando tu espalda.
Encuéntrame
En tu lecho,
Soy la sábana qué cubre tu cuerpo
y la almohada donde dejas tus lágrimas.
Encuéntrame
Cuando te bañas en la regadera
soy el agua que acaricia tu cuerpo.
Encuéntrame
En tus mañana cuando lees el periódico,
soy la noticia que lees, qué estoy triste sin ti.
Encuéntrame
En tu paseo cotidiano
soy quien camina a tu lado.
Encuéntrame
Cuando quieres compañía en tu soledad
solo nómbrame, soy quien toma tu mano
para juntarla con la mía y caminar juntos.
Encuéntrame
Cuando las lágrimas de tristeza aparecen en tus ojos,
soy los labios que bebe tus lágrimas.
Encuéntrame
En tus pensamientos y víveme en ti
como tú vives en mí, de día y de noche.
Encuéntrame
En tu corazón es allí donde quiero estar
como tú estás en el mío, ¡Vivo Amándote!
Encuéntrame cuando quieras saber de mí,
Siempre espero por ti de día y de noche.
Creo en los milagros y tú eres un milagro en mi vida.
¡Encuéntrame, allí voy junto a ti huele mi piel que te roza!
Siempre tuya, siempre mío. ¡Ojos míos de mi querer!





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

EL BESO QUE NO NOS DIMOS.


Tan apresurado paso el tiempo y a la vez tan lentos los segundos, cada movimiento de las agujas del reloj iban acorde con mis pulsaciones, tanto, que mi respiración se agitaba junto con un corazón sollozo, como manadas de caballos galopando.
                         
Fue tan severo y explícito aquel momento; como el marchar para no volver, como un adiós sin vuelta atrás, como tan solo un insignificante balbuseo a la hora de mirarnos fijamente, sin mencionar absolutamente nada.

Se sintió fríamente el instante, la ley del hielo se pudiese así apreciar, con las ganas inmensas de romper ese drama, con aquel beso que no nos pudimos dar; y sin mencionar que tu también lo quisiste, puesto a que en tu cara, se mostraban tus labios rojizos frente a los míos se deseaban tanto y más.

Cabizbajo di media vuelta, tú también por otro lado quisiste andar, no aguantaba el gozo retumbar, que tu, bella dama me hiciste sentir en esos segundos de libertad, al voltear para romper el silencio con besos, justo con alguien te ví, y me tube así que marchar.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

AÚN LA NOSTALGIA BRILLA.


Aún, la nostalgia brilla en los albores de sus días.
Postrado frente al sagrario, el asonante triste llanto
descubre el rojo calvario en el cristal de su manto
y lleva la oculta arcilla de amor, a las grafías.

De los tiempos de alborozo  a las horas de congoja;
del ruido de las canciones al silencio imponente,
que promueve destrozo como el viento que deshoja.

De las historias veladas a las obras de ficción;
de versos en comuniones a un frenesí suplente,
que baila nuevas tonadas en fiesta de la traición,

Si al crédulo amor se humilla y le roban sus fantasías,
no es un perenne rosario lo que cura el desencanto,
menos se hace un santuario con flores de amaranto.
¡No hay desierto en la mejilla con el sol de siete días!





Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

¿TU NOMBRE?


El cometa señaló
Nuestras enlazadas almas.
Peculiar presagio
Que fuimos descubriendo
Hasta juntarnos las palmas.

Despertamos un día ...
Cualquier día de primavera,
Yo tocando tus senos,
Y tu mi falo, ¡vaya enredadera!
De templos intercambiados.

En los sueños te me lucias
Risueña e inspiradora.
Mujer luchadora
Que sólo mi alma conocía.

Decidí buscarte a ese remoto pueblo
Que por las noches se me exhibía.
Llegué a desesperarme
Porque no te encontraba, se nubló
Llovió un montón, pero mis ganas no retrocedían.

Subí hasta el valle del inframundo
Allí, donde tu licor a la diosa le ofrecías.
Tomé el sake, viaje al tiempo pasado
Justo antes, de que cayera el meteorito
Que acabaría con tu pueblo y tu vida.

A pesar de los intentos,
Para desalojar los habitantes.
Nadie creyó, eras una loca a los gritos
Sólo tú y tu amigo, escaparon cuanto antes.

Quien iba a pensar ...
Que ese  gran cometa
Se desintegraría, y así diezmar,
De repente, a toda tu gente de la aldea.

A los días, llegaste a mi ciudad
Querías estudiar en la capital.
Y tu sueño, a partir de una pesadilla
Se hizo realidad.

Curioso fue después
Verte en las escaleras.
Cuando una estampida
Precipitada hizo que saliera
Instintivamente de la estación.

Aún con el corazón en el cuello
Y titubeando te pregunté
¿ Chica, te conozco?
Viraste el rostro, y noté ...
Que habían par  de lágrimas en tus mejillas.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.