domingo, 17 de mayo de 2020

¿CUÁL ES LA RAZÓN?


Mis sentidos se apagaron ese instante,
al escuchar esa voz amenazante.
sentí morir, mi corazón colapsó,
una negra incertidumbre, me envolvió.

¿Dónde están los besos tan arrebatados,
tus dulces caricias con esas miradas,
esas travesuras, que entresueños hallan,
a mi piel desnuda, calentando mi alma?

De día y de noche, sentí ese vacío
que quema en el pecho sin ningún pudor,
matándome lento, pierdo la cordura,
la duda me cala, me crea dolor.

Surgen las preguntas, de dónde y por qué,
si yo he sido tuyo, si te he sido fiel,
surge un pensamiento, tal cual asesino,
llega y me sacude, de inmediato lloro,
Y será ¡Oh Dios mío! ... que exista un ¡Con quién!
grito malherido, reveso también.

Mas algo me dice, que no puede ser,
y entonces recorro la historia completa,
de toda la vida que hemos compartido,
el sexo, el trabajo, la casa, los hijos …
no encuentro la causa de tal sinsentido,
es que no es sensato, si estamos unidos.

Antes que te vayas, quiero oírte hablar,
tu voz, tu mirada, tu propio rabiar,
dime esposa mío, que te puso así,
qué es lo que quieres, qué deseas de mí.
Ya tienes mi vida, corazón, respeto,
Después de nuestro Dios, te amo por completo.

Así es como escucho la razón compleja,
no me siente amado, fallé al no decirlo,
estúpido orgullo, quiero maldecirlo,
Es en ese instante, que entendí que sí,
no basta sentirlo: Mi amor, no es así.

Ahora, lo escucha, lo siente, lo vive,
vamos caminando, los dos de la mano,
renovamos votos, seguimos unidos,
recobramos todo, se acabó el martirio.

Que hermosa la vida, ¡qué grande el amor!
pero no lo calles, ¡dilo por favor!



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

EROTISMO NOCTURNO.


En el mar imponente de tu cuerpo
me veo navegar en cada noche,
zarpando tempestuoso  entre tus besos
y ondeándote mis velas en derroche.

En el horizonte de tus ojos he divisado tus anhelos,
Ya voy izando, bajo tu ombligo, la bandera de tu puerto.
Quiéreme así todo tuyo, sáciame todo el deseo,
húndeme en ti cual espada, y te conquisto tierra adentro.

Coloniza mis dominios, esclavizamé en tu pecho,
azótame las ganas con el mástil de mi cuerpo.
Evangeliza mis locuras, encarcélame en tu lecho,
haz que cada noche arda bajo el fuego de tus dedos.

No me atiendas si te hablo, no me mires si te veo,
sólo saciamé las ganas en interminable desvelo.
De tu cabello hago las riendas cabalgando sobre tu cuerpo
¡qué afortunado seré, si sobre tu corazón despierto!

Me adentro en tus aguas con los remos de tus brazos,
naufrago entre tus olas y descanso en tu regazo
que esta noche ardiente, me entregaré a ti desnudo
y me bañaré en la espuma de tu elixir caliente.

Deja que te arrope con tus olas en esta noche de tormenta
y no me dejes nunca solo, mientras nuestros cuerpos hiervan.
 Déjame aquí desnudo sobre tu cuerpo dormido,
déjame aquí disfrutando de tanto que te he querido.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

AMOR DE ENSUEÑO.

Mi corazón va a donde está tu respirar,
me llama la voz de tu alma que canta;
son sus coplas que a mis sentidos deleita
y renace la alegría que me hace gozar.

Esos tus dulces ojos saben cómo abrazar 
mis tristezas que en su luz se decantan,
naciendo la paz que mis temores enmanta,
y no resisto tu boca de azúcar … besar.

Soy tu sirena y tú eres el suave remanso
que mece en sus entrañas mis sueños, 
volamos unidos por el basto universo
                         
en esa tácita unión donde eres el dueño 
de mis fantasías y noche a noche rezo                                    
porque no se acabe nuestro amor de ensueño.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

PASIÓN.


Entre tus ganas y las mías el placer nos besa el alma,
nos eleva el silencio a callar entre gemidos
como si nuestro idioma fueran los susurros,
no hacen falta los recuerdos porque escribimos nuestra historia,
con letras encendidas y excitadas aferrados a la piel,
sedientos sueños que evocan realidad de nuestra pasión.

Tu cuerpo es el naufragio de mi nave,
hundido entre las olas de tus pechos
fui ahogado por el beso de la pasión,
entregué mi piel a las huellas de tus labios,
los mares de tus caderas son el vaivén
que aprisiona el ancla de mi navío.
                                                              
Entre tus ganas y las mías no existe espacio alguno,
nos encierran nuestros brazos temblorosos
aprisionarme en la hendija que divide tus piernas,
el tiempo congelado se quema bajo las sábanas
como si la llama fuera encendida por mis manos,
no hace falta el aire porque tu aliento me inspira a vivir.

Tu piel es geografía del mar infinito,
navegando en cada centímetro tuyo,
tan dulce como la miel del panal,
tan tierno como la noche de luna llena
entrego mi calma a agitarse en el placer,
somos el aire que escribe entre sábanas la pasión.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

CIELO ARDIENTE.


Con el sol alumbrando en sus confines
me besaba con beso apasionado;
de mi cuerpo nacía desbordado
un aroma de rosas y jazmines,
que dejaban el aire perfumado.
                                                               
Los jilgueros volaban la pradera
entonando sus trinos celestiales;
que traían las notas musicales
que encendían de amor la gran quimera,
que ondulaba al compás de los trigales.

Los maizales lucían tan radiantes
con la luz de magníficas estrellas,
que irradiaban lumínicas centellas
cual si fueran collares de diamantes,
que dejaban un haz de regias huellas.

Observando el paisaje colorido
yo escuchaba de Albano sus canciones;
con arpegios febriles y dulzones
que dejaban mi espíritu perdido
entre nubes de mágicas pasiones.

Fue simbiosis de amor y de locura
en su mundo de luces argentadas;
disfrutando el calor de sus miradas,
y la magia esplendente de Natura
avivando mi esencia apasionada.

En sus brazos, sus prados y su estancia,
yo viví de pasión un cielo ardiente;
y jurándole amor eternamente,
me embriagaba del campo su fragancia,
y de su alma su fuego tan candente.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

SÓLO TÚ PUEDES.


El sol irradia  esperanza, el  me acompaña,
mientras muere la soledad, en mi alma,
ni un recuerdo doloroso lo empaña
llenando mi corazón de mucha calma.  

El manto de sus tibios rayos me arropan,
las heridas del pasado y  del presente,
mientras las emociones libres galopan,
liberando así el cuerpo y la mente.     

El viento susurra con  su voz clara,
corre, sueña, vive, ama, siente,
esperando que nada lo dañara,
soñando con un mejor camino a su frente.  

El día te da la mano sin miedo,
para caminar seguro, sin prisa,
diciéndote a ti mismo si puedo,
viendo que se te escapa una risa.  

De pronto te encuentras en un laberinto,
oscuro, frío, sólo, sin ninguna sonrisa,
un mundo diferente, un camino distinto,
y comienzas a llorar, a correr de prisa .   

Despiertas, con lágrimas en las mejillas,
no sabes que paso , si era un sueño,
preguntándote  ¿por qué el sol no brilla?
¿por qué de la felicidad no soy dueño?
                               
  Te calmas , respiras profundo ,
esperas miras las flores hermosas del jardín,
como si por primera vez las vieras,
y así a los recuerdos dolorosos pones ... fin. 





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

TE PERSIGO CADA NOCHE.


La niebla oscura de la tarde gris me persigue,
la luz del sol que se acerca a mi frágil locura,
sé que me maldicen, y todos callan sus miedos,
siento el cansancio profundo de las  aves muertas,
como flechas navegan en mi cuerpo las dagas,
 silencio,  las miradas de los Otros que mienten,
el verdor que se va, llegan rumores lejanos,
 voces errantes aparecen, los perros ladran,
llora la noche, luces que se apagan lentamente,
ya escucho las eternas plegarias de los muertos.

Soy la sombra gris que se  oculta  entre la gente,
la voz seca y oscura del infierno que te persigue,
 imágenes crueles de la locura aberrante,
 silbido nocturno de los  lamentos que tú escuchas.
Quiero arrancarme la piel amarilla que se pudre,
no existir como un fantasma errante y nocturno,
solitario, atrapado entre cadenas de la muerte,
viendo caer la luna en mis pesadillas cada noche,
veo esas almas aferradas a las paredes rojas,
cargando para siempre con sus penas eternas.

Las nostalgias infantiles de villanos muertos,
la sangre que palpita dentro del espejo roto,
son ritos malignos entre las nubes lejanas,
ánimas celestiales moribundas que se acercan,
las maldiciones que la Vieja arroja cada día,
las manos aferradas a las cruces del cementerio.
Yo miro las imágenes en la ventana nocturna,
vigilo el andar de los insectos que me miran.

Y te recuerdo a ti, caminante, yo te persigo
tú sientes el frío en tu cabello, ese soy yo,
me ignoras, te hablo suavemente, no te asustes,
yo soy la luz extraña en tu piel cristalina,
siempre entro en tus sueños cada noche,
cuando cierras tus ojos y te duermes, aparezco,
conozco todos tus delirios y pesadillas,
no me descubres en tus viajes a otros infiernos,
soy esa sombra sin rostro que te saluda siempre.

Yo me ocultaré en el tiempo, sin luces doradas,
no habrán ojos en el cielo, ni sol para mí,
sin las flores, ni jardín, ni las rosas, sin nada,
llorarán conmigo los eternos peregrinos,
yo dormiré en las aguas de la lluvia fría,
me verán en la neblina de las tardes blancas.

Seré una sombra que te busca, y me uniré
a la cascada infernal de espectros nocturnos
las serpientes enfermas y dementes me verán,
estaré ahí,  en las miradas vacías del alcohol,
caminaré junto a ti por las colinas negras,
 al anochecer, surgiré como cadáver sin rumbo,
en las aguas profundas del sepulcro nublado,
esperaré el momento para crecer en tu mente,
en cada silencio hermoso de tu alma delirante,
no olvidarán los ojos fijos en el silencio.

Tus miedos dormidos serán mi lecho dorado.
te dirán que yo no existo, un recuerdo infantil,
la imaginación fugaz de un viejo moribundo,
dirán que soy maltrato perverso del ayer,
 inventarán novelas doctorales con mi rostro,
soy tu dolor, la suave luz del cielo que no existe,
el compañero enfermo que ocultas en tus bailes,
oscuridad, tu maldición eterna que tanto temes,
la sangre derramada en cada copa de tu lujuria,
los voraces tormentos de voces que no escuchas
soy la fantasía de la niña enferma, que ya murió.

Sólo eso seré, un espectro común en tus sueños,
una alucinación, el arcoíris sin duendes,
 momentos líricos de tu payaso preferido,
repetición mental del peregrino en el espejo,
el que duerme tirado en cada acera del mercado,
 sin compañeros, sin humanidad que te cuide,
tan cansado, sin esencia, sin sueños verdaderos,
duermo del otro lado de la Nada absoluta.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

sábado, 16 de mayo de 2020

UN HERMOSO AMANECER.

A la mujer formal que me acepte y me quiera desde el fondo de su corazón  



Buenos días mi princesa bella
Luce la noche como una estrella
Si en sueños te veo aparecer ,
Impregnando en mí tu esencia
Haciendo que pierda la razón,
Pero qué bello el amanecer,
Cuando siento tu presencia
Tan cercana a mi corazón.
                                                              
Tardé mi sueño en conciliar,
Pero fue bonito y muy hermoso
Poder a tu encuentro volar
Con solo mis ojos cerrar,
En un sueño maravilloso ...
De nuevo tus lindos labios besar
Y dulcemente poderte abrazar.

Después ... un plácido sueño ...
Ya en mi corazón presiento
Un deslumbrante despertar...
Es tu encantadora imagen
Ese primer pensamiento,
Que mi alma viene a ocupar.

Aquí estoy como cada mañana
Con un ramillete de versos,
Para en tus bellos labios poner...
El más dulce y tierno de los besos
Con un corazón ilusionado
Que ya quiere estar a tu lado.

Para llenarte de vida y calor
En un placentero renacer
Henchido de lujuria y placer
En un día colmado de amor
Tú y yo, desde el alba al amanecer.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

LA MUJER PERFECTA.


La mujer perfecta no es aquella con medidas impecables,
piernas largas y muslos notables,
Mucho menos la poseedora de esa inverosímil
proporción entre la cintura y las caderas.

No es necesario tener pechos voluptuosos,
un abdomen plano, ser libre de estrías
o arrugas en el rostro.

La mujer perfecta no la define la talla o estatura,
el color de piel o cumplir alguna expectativa que no sea suya.

La mujer perfecta es aquella que sabe su sensualidad innata,
demuestra su seguridad al andar,
y ama su reflejo sin darle importancia de más.

Libre de pudores y llena de libertad,
radiante de sueños,
perfecta al sentirse plena,
y deseada tal como es al amar.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

UN CONSUELO PARA TI.


Tus lindos ojos, hinchados de tanto llorar,
reflejan ese dolor que tú estás viviendo,
son momentos amargos, lo estás sintiendo,
estoy aquí, y ante Dios vamos a orar.

Nadie está preparado, para el sufrimiento,
y que en tu interior, se haya ido la felicidad,
yo te acompañare en esta triste calamidad,
te lo expresó con profundo sentimiento.

Tu tristeza es la mía,  te apoyo sinceramente,
quiero ser la roca en medio de la tempestad,
darte fuerza, ofrecerte mi amor y amistad,
cuenta conmigo, incondicionalmente.

Eres bella, a pesar de las lágrimas derramadas,
tu semblante debe seguir firme y altivo,
no hay mayor recompensa que el estar vivo,
deseo que tu luz y brillo, no sean apagadas.

Sé que es inevitable sentirse vacío,
pero quiero que sepas que sigo dispuesto,
a darte fuerza y valor, yo te lo manifiesto,
y ser esa llama que pueda calmar tu frío.

El tiempo ayudará a curar, te lo aseguro,
no te dejaré sola, procuraré cuidarte,
te doy mi mano, y así mismo ayudarte,
nunca te abandonaré, eso te lo juro.

Ser un consuelo para ti, es lo que aspiro,
con tal de verte feliz, por ti me inspiro,
espero estas letras te roben un suspiro,
"Te den fortaleza, y un nuevo respiro".




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

QUÉ BELLO ES EL AMOR.

Qué bello es el amor y su sentimiento
cuando llega al corazón con hermosura
y las miradas se hacen con ternura
no hay tristeza, ni pena, ni lamento.

Cuando un amor se hace en aislamiento
empiezas a viajar en su aventura
y tu alma tus sentimientos murmura
llegando amar hasta el pensamiento.

Cuando el amor te ofrece su abrigo
y todo lo guardas como un tesoro
ya empiezas a dejar de ser mendigo

y este sentimiento, como lo adoro
hasta llegas a amar a algún enemigo
como un vendaval y su canto sonoro.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

ROSALES EN EL JARDÍN.


Un destello en la pupila,
cegó de luz la mirada
y los ojos se eclipsaron,
con la belleza asomada.
Cerró de pronto los párpados,
ante la luz cristalina
y amó el interior la luz,
de tanta belleza prístina.

Lento camino se extiende,
para que transite el alma
y las orillas contienen,
la savia que la amamanta.
Vapores que sobrevuelan,
como cortinas que tapan
y van cubriendo las luces,
que van acudiendo al alba.

En los márgenes del tiempo,
se dilucida la vida,
que va dejando pedazos,
de las sendas emprendidas.
En el centro del camino,
deja sus huellas quien pisa,
con firmeza su destino
y no se arredra ante el miedo,
de las dudas en que habita.
               
Amor envuelto en nostalgias,
con guirnaldas que iluminan.
Amor que vive sin tiempo,
entre pavor y alegrías.
Amor repleto de impulsos,
de alientos que se desatan,
Falsos amores que plagian,
para encubrir sus desdichas.

Rosales en el jardín
de pétalos que acarician.
Bellos olores que emanan,
de la verdad de quien mira.
Cenit que alcanza su fin,
si la inteligencia vibra.
y anhelos que se arrodillan,
ante colinas más altas.

Un destello en la retina,
del amor que se prodiga.
Una mirada cautiva,
que suplica la salida.
Unas pupilas que hablan,
con tanta sabiduría.
La voz que al ver se arrebata,
de la inmensidad que mira.

Amor en el corazón,
mientras la mente vigila.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

viernes, 15 de mayo de 2020

PARA MI COMPAÑERA DE VIAJE.


Ella es mi compañera de viaje desde que me acuerdo
Su edad no recuerdo, pero decidió compartir su cuerpo conmigo
Para que yo pudiera estar en ella por 9 meses.
Aplazó alguna de sus metas
Porque yo iba a nacer
La risa y la lágrima que derramó cuando nací
Fue de alegría pues en sus ojos había una luz brillante
Y aunque ella esté acompañada o sola
Me ha sacado adelante
Pues sé que me ama mucho.
Aunque es regañona y en ocasiones exigente
Siempre me consentía con mi platillo favorito
O con asistir a los festivales,
He aprendido tantas cosas de ella
Y sé que lo seguiré haciendo
Pues, aunque ella se me vaya haciendo “vieja”
No dejaré de acostumbrarme a su compañía
A dedicarle mis logros y a pedirle consejos …
Porque mi compañera de viaje esté en donde esté
La llevaré en mi mente y corazón.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

HABLO DE TI NOSTALGIA.


Hablo de ti nostalgia, posada en la nube de desvelo
Habitante de la soledad, en la palidez de mi ayer, que condiciona el mañana
Hablo de ti nostalgia, de tu imagen impenetrable, de tus alas de fantasma
Habitante de la noche en lunada, en el aire de suspenso, entre la fascinación oscura

Será mi mano anhelante que se extiende hacia ti, o será tu mirada, que cautiva mi existir
Acaso mi destino ignorado se aprisiona a tu silencio,
o será mi palpitar que depende de tu encuentro
Nostalgia entre corazones y recuerdos, nostalgia entre sonidos y canciones
                                                   
Nostalgia del árbol, en mi ciudad dormida
De la rama enverdecida, con sus nidos y capullos
Nostalgia de la infancia, de la ternura y sus juegos
De la inocencia perdida, entre las esquinas y avenidas

Hablo de ti nostalgia, de los rostros entre velos que colme de caricias
De las pieles desnudas, de la textura y su aroma
Hablo de ti nostalgia, de las cabelleras de seda que cubrieron mis ansias
De la sensación elusiva, de la pasión y el deseo

Esbelta serás quizás, sombra dulce donde descansa la entrega
Te encontraré entre la niebla, donde reposa el aire
Descenderé a tu silencio, para encontrarme a mí mismo
Hablo de ti nostalgia, porque abandonarte no puedo,
Porque eres palpitar constante, eres calor y eres fuego.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

POR FAVOR, NO ME INSISTA.


A veces ... Solo siento
tibio aliento por mi boca
y una lengua que retoza
saboreándome la miel.

A veces... Que me toca
apartándose de prisa
los ya maduros bulbos
que me abultan el sostén.

A veces... Con su osculo
más abajo en mi cintura
delibera entre mis muslos
...erizándome la piel.

¡Y huyo en el presagio!
presurosa por el miedo
más sus piernas enganchadas
...me someten más a él.

Le digo...

"El sexo es como un verso
penetrándose sin prisas
...y el gemido es la poesía
que no quiero interpretar"

Y entonces...
...solo escucho
sus reclamos tras mi oído
Por favor...
¡Que no me insista!
Por favor...
¡ No puedo más !




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.