Te has ido, es lógico sentirse derrotado,
mis esperanzas de retenerte se esfumaron,
no fue suficiente ponerte el mundo a los pies,
idilio hecho pedazos, te has ido de mi lado;
las ilusiones que tenía contigo, acabaron,
y el ramo de rosas, marchito y deshojado.
Plasmo cada letra, cada sensación vivida,
la tinta se consume, pero no tu amor en mí,
la incredulidad de lo ocurrido, aún persiste,
aún pienso que sigues vigente, aquí;
pero esta historia de los dos, ya no existe,
la guerra del amor, la tengo perdida.
Camino a lo largo de esas calles, y recuerdo,
que fuiste mía, y nos amamos en secreto,
la noche fue cómplice de esta aventura,
te hice feliz, y aunque yo suelo ser discreto;
grité nuestro amor, pero ahora esa dulzura,
la extrañaré, y con dolor lo concuerdo.
Que será de mí! Que será de ti, no lo sé,
asimilar esta nueva realidad, me cuesta,
más aún, cuando siento que te amo,
ahora es amargura, lo que antes era fiesta;
fuiste directa, no hubo queja ni reclamo,
pusiste punto final, ahora no sé qué haré.
Los lugares donde te tomaba de la mano,
los recorro con un dolor indescriptible,
no suelo llorar a menudo, pero no doy más,
me he convertido en alguien susceptible;
a la tristeza, de ya no verte jamás,
todos mis esfuerzos, han sido en vano.
La vida es injusta, te da y a la vez te quita,
impensado panorama de mí fracaso,
soy un alma en pena, desde que no estás,
alguna vez te dije, contigo me caso;
pero ya no pasará, porque tú no volverás,
y la pena se hace larga e infinita.
Los versos nunca serán suficientes,
cuando el sentir no es correspondido,
es vivir con sed, y el agua se hace esquiva,
es tener valor, pero vivir escondido;
sin tu presencia, ya nada me motiva,
desconcertado, no sé ni lo que sientes.
Decides quedarte sola, y yo estando cerca,
es frustrante, pensar que no fui suficiente,
así es la vida, y debo adaptarme a sufrir,
tú eras para mí la razón y el aliciente;
nada ha quedado, con eso he de vivir,
y la soledad a paso rápido, se acerca.
Solo me quedan los bellos momentos,
los conservaré siempre en mi mente,
el desamor será un trance amargo,
pero no sé domina lo que se siente;
el peso de este adiós, ahora lo cargo,
"la vela de este barco, buscará otros
vientos".
Autor
Antonio Carlos Izaguerri