lunes, 24 de agosto de 2020

LATIR DE UN VERSO.

Leve suspiro,

que al verso inquieta,

hoja que tiembla,

cuando está en blanco,

la pluma al aire,

versátil saeta,

que va vibrando,

que casi acierta.

 

Se va quedando,

sinfonía incierta,

entre los dedos,

resbala y medra,

que roza el ánimo,

que no se aquieta,

la febril mano,

si el verso empieza.

 

Armoniosa la cadencia,

de la regular latencia,

que en un instante se altera,

que en un segundo se quiebra.

La mano en el aire,

piensa, inviernos y primaveras.

Amores que ya pasaron,

furtiva la mente etérea.

 

En el núcleo de la Tierra,

quiero mis veros guardar,

al abrigo de tormentas,

donde puedan madurar.

Que soñando cada letra,

entre fantástica y real,

no desfallezca ni muera.

Va amainando el vendaval.

 

Tierna nota que denota,

ternura en el corazón

o fiera estrofa de ira,

aflorando a flor de voz.

Inquietas las manos giran,

como remolinos blancos,

al socaire del dolor,

el aliento torna pálido.

Se abre al aire la razón.

 

Veloz la pluma cautiva,

mira al rostro sin pudor,

asoma su faz sin prisa.

De espinas va protegida,

la rosa hermosa y sencilla.

Leve mirada que brilla,

sobre el huidizo papel,

como una huidiza brisa.

 

Verso de amor,

que torna a dolor y risa,

que vive, fenece y grita,

que con el rimar asombra,

sucediéndose las páginas,

preñadas de luz y sombras.

Al declamar, ya sin voz,

en sus vapores termina.

 

Pensamientos que se van,

atrevidos otros vendrán,

que se vuelven a marchar,

dejando trazas sinceras

o vacilantes quimeras.

Tiembla el pulso,

mientras el verso se expresa,

pleno de profundidad.

 

Suave latir,

de un suspiro,

que se veía venir,

en niebla envuelto,

sin miedo,

latente en su devenir.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

A LA MUJER DE MIS SUEÑOS.

Dicen que son mis visiones

pues no la vieron pasar

que me he dejado llevar

por mis falsas ilusiones,

yo comprendo sus razones

pero están equivocados

sus ojos tienen vendados

y sordos sus corazones.

 

Yo la he visto tantas veces

como nubes tiene el cielo

con su piel de terciopelo

y al reír como florece,

porque es flor que se estremece

con la luz de mi mirada

y si de ello no ven nada

es porque no lo merecen.

 

Solo mira amor quien ama

y quien ama irradia amor

porque emite un resplandor

ese amor al panorama,

dicen que es un melodrama

porque nadie más la ve

yo la miro y la veré

cuando me encuentre en mi cama.

 

Porque mucho la he seguido

y se deja perseguir

y me vuelve a sonreír

cuando me quedo dormido,

pues de un sueño ella ha salido

y al dormir la puedo ver,

es una hermosa mujer

que por ella fui elegido.

 

Si los sueños forman parte

de lo que es nuestro vivir

al vivir quiero dormir

para poder adorarte,

pues sí así puedo mirarte

dulce mujer de mis sueños,

quiero a mis días pequeños

y de noche … ¡Eternizarte!

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

ADULTERIO.

Cual vitral que asoma al puerto,

tras los amanecidos barcos,

al lomo gris de la montaña,

que escruta la gaviota en vuelo,

dorando la quietud del mar,

un haz de luz resbala.

 

Luz de amenazante día,

crece letal sobre nocturnos cuerpos,

ya sobre fábula desnuda,

pende el telón de los deseos. 

 

Pronto despertarán los grifos,

las tazas de café y las ventanas,

las flores ebrias de rocío,

el hielo mármol de la estatua,

en su constelación de escarcha,

hasta la tumba  ya sin sombras,

bajo la encandilada tarja.

 

Será la calle manantial trasiego,

tejiendo enjambre de miradas,

será tu piel prohibida,

papel mojado en diurna marejada,

ya con espinas en las sienes,

maldito yo bajo la saña.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

MISTERIO DEL AMOR.

Desde las postrimerías de mi tenue y fugaz existencia,

 he comprobado que el amor es la fuerza mayor del universo,

sin importar que el irresistible castigo venga de una sentencia,

o ese insospechado ser al que entregas tu afecto sea perverso.

 

Esa perturbación es etérea y totalmente adimensional,

sin embargo, se esparce como flama incontrolable,

semeja, en sus inicios, los servicios de un profesional,

es una titánica tarea colmada de emoción inigualable.

 

El amor hay que vivirlo y entregarlo con total pasión,

en ningún instante discrimina la cuna de origen ni la raza,

al enamorado jamás se le debe tener compasión,

aquel sabe que está revestido con una santa coraza.

 

El amor realiza en las personas increíbles proezas,

acapara nuestro aliento, lleva a un mundo de fantasía

por ello  acumula la totalidad de nuestras fuerzas,

 alejándonos, en infinidad de veces, de la hipocresía.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

A TRAVÉS DEL ESPEJO.

Terco corazón aquel

que ciñe versos

 en cada hilera de sangre,

idéntico al perfil del viento arrebatado,

que pasa veloz sin gracia alguna.

Oye la voz que dice:

-Dejad que vuele las esencias,

no embuches la imaginación,

penetra hasta el fondo y sacad

la espontaneidad primitiva -

Desvelo pronunciando frases

convertidos en palabras que tienen ecos,

corro detrás de la vida ...

y aún diviso la fija mirada perdida

atreves del espejo,

sombras que mormullan,

ríen sin cesar y digo:

- sigo aquí asomando me

en los días y las noches …

de la nada una vida sin sombras,

un pensamiento sin egoísmo,

uno que ame como él  ama,

sin desperdiciar la tinta de la inspiración-

Alguien dijo mi nombre?

Escuche entre sueños …  

- aquí está el delirio

asomando se detrás del vidrio, soy yo-.

                         

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

SINFONÍA DE LA ESPERA.

Sabré esperar, amor, podré aguardarte.

Tengo el alma sembrada en tus laderas

mientras la dulzura del mundo me rodea.

Se despereza el cuerpo en sus rincones,

la luna no se cansa de mirarme

y me nacen dos alas como estrellas.

 

Sabré esperar, amor, en las esferas,

con mis ojos en un rincón tranquilo

y con el trago de amor en la garganta.

Mientras te espero, el agua se derrama,

y canta una alondra en la ventana.

 

Escucho tu voz trovar a ruego

y dos lágrimas verdes se resbalan.

Te espero amor, mientras el cielo mira

y un clavel del jardín, me ata tu vientre.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

domingo, 23 de agosto de 2020

LAS HORMIGAS SON GUERRERAS.

Las hormigas son valientes

luchan juntas sin descanso,

van y vienen de las fuentes

con sus frutos al remanso.

 

Son unidas trabajando

ejemplo de una familia,

por su hormiguero abogando

manteniéndose en vigilia.

 

Nadie pretenda tocarlas

porque atacan en defensa,

y quien se atreva a ignorarlas,

sufrirá picada intensa.

 

No subestimen tamaño

de las hormigas guerreras,

ellas también causan daño

luchando contra quimeras.

 

Van marchando firmemente

por caminos y veredas,

dejando huellas libremente

en pantanos y arboledas.

 

Unidas construyen puentes

para lograr objetivos,

resisten todos los frentes

con instintos combativos.

 

Si los pobres de este mundo

se unieran como hormiguero,

habría un cambio rotundo

contra todo maniobrero.

 

Es tiempo de organizarse

si de la vida se trata,

el pueblo debe librarse

del poder que lo maltrata.

SOÑADOR DE LA VIDA.

Soñador de la vida

tu néctar se llenó de ternura

soñando la belleza

venciendo la tristeza

llenando de amores tu alma pura.

 

Soñador de la vida

de galopante sentir profundo

soñando la dulzura

quitando la amargura

mostrándote feliz ante el mundo.

 

Soñador de la vida

que surcando tus sueños los subes

soñando los amores

de arco iris sus colores

volando libremente a  las nubes.

 

Soñador de la vida

que presagias un beso en silencio

soñando sentimientos

viviendo los momentos

que tu dolor curan como asencio.

 

Soñador de la vida

de múltiples angustias ocultas

soñando las verdades

sufriendo tempestades

y enfrentando falacias estultas.

 

Soñador de la vida

caminante con vista nublada

sueña con la alegría

grita de algarabía

mientras la obra no esté terminada.

 

Soñador de los sueños

que abrazas tus propias utopías

sueña la nueva vida

ve con la frente erguida

venciendo chacales y jaurías.

 

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

¿POR QUÉ ME DICES ADIÓS?

¿Por qué me dices adiós?

si la llama del amor ya no alumbra

y en mi pecho nacieron espinos

de cada rosa que sembraste

en dudas.

 

¿Por qué me dices adiós?

ya se han ido las blancas palomas

de una paz recogida en tu oído,

en las veredas cubiertas

de aromas.

 

¿Por qué me dijiste adiós?

en aquella triste luna,

la que miraba sinceros amores,

en silencios de besos que arrulla

con candores de miles de flores.

 

El adiós confundió mis sueños,

se rompieron como olas bravías;

dejándolos como peces muertos,

playa gris confundida sin sol

en sus días.

 

¿Es tu adiós la respuesta al teorema?

¿La llama que extingue el problema?

¿Son tus promesas vacías y vanas,

croar de ranas en la lejana laguna?

 

Sólo sé... que tu adiós no es sorpresa,

tú te fuiste como el agua que baja,

sigilosa, discreta, sin mover las hojas,

dejando la fuente que le sirvió

de casa.

 

Aún así … no mereces las bellas canciones,

que canté bajo el árbol que llora,

ni los versos sublimes que ensalzan amores;

Sólo sé...que en el jardín asoma una nueva y bella azucena.

 

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

DE LAS VOCES EL SILENCIO.

De la estruendosa voz,

que en el silencio nace,

callada vive y se hace,

en la paz de su mansión.

Un dormido diapasón,

que no vibra sino yace.

 

Del sonido comprimido,

en un vacío interior,

latente como el olvido,

vive y crece cual rumor,

que en el viento se deshace,

como un beso sin amor.

 

Silencio grito el cantor,

cuando cantaba por dentro,

del interior de su pecho,

solo un hilo vibra incierto.

El silencio se abrochó,

el gabán de sus deseos

de la armadura saliendo,

cantó el poeta a viva voz.

 

Silencio espeso en la sima,

donde ni el viento se arrima,

la oscuridad y el silencio,

bailan sin son y sin brillo,

mientras la vida continua,

en su torbellino interno.

La voz se ha quedado huera,

de tanto gastar su acento.

 

Canciones piensa el silencio,

en su perfecta guarida,

donde solo vive el tiempo.

De la tristeza se olvida,

cuando la voz torna a trueno,

que entre sus garras anida.

Respeto y valor conjugan,

el verbo amor como un verso.

 

El silencio se hizo eco,

para llegar el primero.

De la verdad que se grita,

nace el silencio sincero,

cuando la vida se agita,

por el odio y el desprecio.

La voz, así se marchita,

cual amor que vive huyendo.

 

Palabras que van pasando,

de boca en boca, en secreto,

murmullos entre las notas,

titilando entre desvelos.

En la mirada el silencio,

para sentir que palpita.

Un nota discordante,

da al traste con su talento.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

PERCEPCIONES.

¿Quién puede establecer el límite?

Extrapolar una percepción de la realidad es de necios

¿Quién se puede escapar tan lejos como un poeta?

Nunca conocí criatura más sensible que paralice el tiempo

¿Acaso nos acusan de vivir lo sólido y verlo desvanecer en un deseo?

Los poetas somos los dueños de las alas que no roba el fuego.

¿Por qué se piensa que el frío de una distancia nos deja desiertos?

Los poetas recuperamos en un instante las cenizas de nuestro fuero

¿Y por ende podéis decir quién repara el miedo o tiembla de amor en un beso?

La pasión nos atraviesa y los gitanos nos aman para que parezcamos ellos.

 

Desde las letras, nuestras percepciones

nos cubren de sensaciones vívidas.

Nos crecen alas y volamos

acariciamos, amamos

es vivir la distancia y temblar en un abrazo.

No existen los tiempos de amor,

los conocemos y los eternizamos.

La pasión existe la perseguimos y la vivimos

todo acto de amor que percibimos

es allí donde nuestro corazón se convierte en gitano,

porque de locuras y de amor también morimos.

 

Eternizar un instante en el que podemos sentir la juventud en nuestras manos como el esbozo del aleteo de un colibrí,

Degustar la pasión que por momentos nos libera de todo,

llamar a los recuerdos más tiernos para simplemente sonreír,

los poetas somos los creadores de las palabras y los silencios que en una pausa declara el corazón.

¿Por qué no pensarnos dueños de esa sorpresa que la añoranza no cubre?

 

Percepciones de poetas

que sensibles en sus letras

son pasiones y saetas

y hacen posible las tretas

por amores imposibles

en realidades creíbles

porque dan versos tan libres

de los sueños increíbles

y tangibles en la vida

de poesía querida

la que no olvida la pluma

más eterna que en la bruma

suma al amor tantos versos

de los sueños más inmensos

de un corazón de poeta

que en cielo será cometa

por siempre yendo y viniendo

como un verso queriendo ...

ser un simple sentimiento

por el amor y su aliento ...

 

Que preciada juventud intrépida y soñadora,

no podría adueñarse de sus propios sueños,

que con los tiempo se sienten sus faltantes

y de sus propias palabras?

Dime mujer de sangre gitana; si una lágrima,

no merece ser reclamada si un sueño no lo dejarás?

Degusta la pasión desde tu sueño,

sonríe a tus miedos,

que la percepción,

es solo, la teoría del sentido,

pero tu corazón lo sentirá

cuando te adueñes de su sorpresa.

 

La percepción de que tú estás,

a pesar de que no estas a mi lado,

solo una persona sensible la puede percibir,

Puede ser un poeta, un maestro, un carpintero, o un albañil, mientras su labor realizan.

Todos tienen percepciones diversas de la vida

que aprenden a vivir mientras que surge el día,

y a sentir en nuestras almas, como el amor, la tristeza, la nostalgia y la alegría, cuando pasa cerca de su vista.

Y que nos enseñan de la necesidad de amar,

y de ser amados con pasión cuando el amor encontramos, o de ser fiel cuando a la amistad premiamos.

Puede ser la percepción de que me quieres, de que me amas, la que me impulsa a darte amor sin pedir nada a cambio, solo pidiendo uno de tus besos en la noche cuando la luna llega a saludarnos.

Y también están los poetas que convierten un estado de ánimo, una historia, un pensamiento, en bellas poesías,

al sentir más hondo en su corazón las cosas de la vida, y logran percibir lo que otro paso desapercibido al pasar frente a su vista.

y por eso no dejan de ser únicos los poetas de hoy en día, pues también se la pasan contado de lo que le ven en la calle, lo que les pasa a ellos mismos, cuando salen a ver el sol cuando es de día, pero tal vez con la diferencian que lo hacen a su manera , en forma de versos y poesías.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

SUSÚRRAME.

Te quiero aunque sea difícil de entenderlo, bésame, y sabré la historia de tu vida. susúrrame al oído tus secretos y tus vicios, tus locuras y tus sueños sucios.

 

Quiero sentir, tus suspiros y gemidos, quiero imaginarme los fluidos de tu humedad, quiero que me mires siempre con esos ojos que ahora tienes encendidos.

 

Quiero tenerte en mí, todo el día y las noches de insomnio, me excitas con tu mirada, pero te perdono, porque eso de ti, es lo que pretendía, no lo escondo.

 

No te enamores de mi todavía, esto es apenas una noche de amor intensa, no sabemos aún, si podremos pasar las noches en una vida entera.

 

Te lo digo muy claro, no podemos confundir una noche de amor, con una relación, no podemos amarnos por tan solo un deseo, un misterio que nos empuja uno contra el otro, pues igual es hasta traicionera esta Luna.

 

Tengo algo que te quiero contar, a mí se me enamora mucho más con letras, sí, lo has adivinado, lo confieso soy Poeta y vivo con frecuencia en otro Planeta.

 

Sueño, vuelo, pienso respiro, flotando, desde el cielo y cuando la Luna me alumbra con su luz de plata;

 

escribo sin medida por sorpresa, y con cada palabra flagelo mi alma, y como estoy siempre despierto en las madrugadas, me enfrió, y estornudo como si estuviera resfriado, pero sigo con mi torso desnudo, bebiendo fumando y soñando, creo que no tengo remedio, ten en cuenta, que todos, de una manera u otra poco a poco nos estamos muriendo.

 

Es algo normal lo que me sucede en las noches a partir de las tres de la madrugada, es en el silencio, donde encuentro mi parada del tranvía, el que me lleva al número siete de la calle Melancolía.

 

Que es donde escribo mi Poesía de cada día, no me tomes por un estrafalario o un loco; soy igual que tú, pero digamos que a nadie engaño, lo único que escribo es lo que siento es lo que llevo aquí adentro.

Espera,

No te vayas todavía …

¡Se marchó!

Seguramente con lo que le conté se asustó, ya te digo, luego dicen por ahí, que no creo en el Amor, el problema es que la gente no sabe amar, no entienden al Poeta, y no saben absolutamente nada y ni se enteran, cuando están dentro de un Poema.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

sábado, 22 de agosto de 2020

VERSO QUE TIEMBLA Y SE AGITA.

No sabe el beso que es beso,

más sabe de sus secretos,

sabe del dulce sabor,

de la miel de sus recuerdos.

No sabe que el agua es agua,

pero sabe que humedece,

como humedece una lágrima.

No sabe el verso que duele,

pero sabe a quién alcanza

y a la vida que embelesa.

 

Versos en el pensamiento,

flotando como cometas,

unidos al corazón,

por un lazo que sujeta,

las ganas de ser amor.

Prendida del sentimiento,

la rima aprende del verso,

que la besa con fruición,

como una ninfa posesa,

como una loca promesa.

 

Reliquias en el zurrón,

bagaje que el verso lleva,

en la espalda sin dolor.

No sabe el amor de vientos,

ni de tormentas de nieve,

sabe de lunas y sol,

de primaveras ardientes,

de notas de una canción,

que del sentimiento beben.

No sabe el amor si llueve.

 

No sabe el tiempo de amores,

ni sabe de los olvidos,

pero mientras todo oxida,

renace en los corazones,

reviviendo lo vivido.

No sabe el tiempo que pasa,

pero a la vida traspasa

y da a la vida el principio,

el final de la partida.

Tiempo que no piensa, pasa.

 

Volar buscando el lugar,

donde se encuentre la magia,

libar de la esencia sabia,

que brota en su devenir.

Vivir pensando en soñar,

el amor en las entrañas

y aprender a descubrir,

lo que la verdad entraña.

Sabe el amor que es el fin,

que iluminará el mañana.

 

Vestigios de la ilusión,

que va embriagando la calma,

de licores de pasión.

En el grisáceo rincón,

donde vive la nostalgia,

asoma el verso y su rima,

para emprender el mañana,

que es hoy en el corazón.

De las pasiones retazos,

guardados en un cajón.

 

Verso que buscando vuela,

en pos de un alma dormida,

preñando penas y cuitas,

saciando las duermevelas,

verso que en el alma anida.

La esencia de su talento,

vierte generosamente,

enriquecida simiente,

que a las mentes alimenta,

sabia y nutrida pitanza.

 

No sabe el verso de vidas,

pero de vidas se llena.

Más no juzga ni condena,

tan solo alivia la pena,

que en la mente se suscita

y en el corazón habita,

desierto pleno de arena.

Amor y verso cohabitan,

enamorados viajeros.

Verso que tiembla y se agita.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.