La vida me demostró
Que muchas veces te cierra las puertas, 
Pero también te abren otras, 
La vida me demostró 
Que quien no te busca, no te ama, 
Y quien no te extraña, no te quiere. 
La vida me demostró 
Que el destino determina. 
La vida me demostró 
Que a veces dejas pasar frente a ti 
Toda la felicidad 
Que en la vida buscaste. 
La vida me demostró 
Que de amor nadie muere, 
Y que en cada amanecer nace una nueva ilusión 
Y a la vez un nuevo poema, 
Y al acostarnos cerramos una puerta, 
Que al amanecer se abre una nueva. 
La vida me demostró 
Que en el corazón de todo poeta vive una primavera
palpitante 
Y un amor interminable. 
La vida me demostró 
Que detrás de una traición 
Viene una ilusión y una nueva aurora. 
La vida me demostró 
Que cuando todo se derrumba, 
La fe se fortalece y el amor crece, 
Y siempre queda una esperanza. 
La vida me demostró 
Que Dios te puede abrir o cerrar una puerta, 
Puede cerrar puertas por tu bien 
O te puede cerrar puertas por tu irresponsabilidad. 
La vida me demostró 
Que tú para mí ya no existes, 
Y que al perderte a ti 
He roto mil cadenas. 
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 
