Cristal transparente y luminoso
Donde contemplamos nuestro retrato,
Me miro mi cuerpo en mi espejo
Y contemplo mi cara que aún no envejece,
En mi cabello no aparecen canas.
Me gusta probarme gorras de visera y gafas de sol.
No cambio de peinado,
Siempre lo llevo corto.
Miro mi cuerpo y estoy rellenito,
Me miro con bañador,
Pienso que tengo que estilizar mi silueta
Con un régimen para adelgazar bastante.
Me gusta probarme chaquetas,
Pantalones y camisas,
Y comprobar qué traje me resalta y embellece más.
Dentro de mi alma también poseo un laberinto de espejos,
¿Cómo observaré mi alma?
En un espejo miro el color de mi alma:
Si está oscura y negruzca, grisácea o blanca y luminosa.
La contemplo un poco grisácea con neblinas
Pero es luminosa.
En otro espejo contemplo el amor:
Las flores de mi alma, ¿cómo están?
Hermosas con pétalos abiertos y bellos
Que reflejan el amor.
Algunas veces veo flores secas y marchitas,
Fruto del desamor.
En otro espejo contemplo la ilusión y la esperanza:
No sé si el campo de mi alma está verde con plantas vivas
O amarillento con plantas secas.
Y me pregunto ¿dónde viajará mi alma cuando muera?
¿En qué espejo podré verla?
Con mis espejos contemplo mi rostro
Y me gusta viajar hacia mi mundo interior
Y observar los espejos de mi alma.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri