Tu amor me gusta, me atrae, me inquieta;
Tu amor me preocupa, me reta, me compromete;
Quieres ser feliz a como dé lugar, arriesgándolo todo...
Y gran parte de ese compromiso, recae en mí...
Y yo, que escasamente he podido reír en ocasiones,
jamás en épocas, solo en momentos efímeros,
como puedo lograr tu felicidad, desde la tristeza mía?
Como sacarte del silencio, sin reñir con tus costumbres,
como enseñarte, que la mujer no tiene obligaciones,
que lo que merece son libertades.
Que tu hábitat no es una casa, que tu sitio es un hogar,
tu techo... El cielo, tu límite... El horizonte.
Que la única cadena, es la que sostiene el corazoncito de
oro,
que juega a esconderse en medio de tus generosos senos.
Como hacerte consiente, que ir de la casa al trabajo, no es
paseo;
Que mereces: sentarte ante la inmensidad del mar,
ser atendida mimosamente con un refresco,
por una mano que solícita te cubra de aceite bronceador,
unos labios que te besen cuando quieras, no cuando debas.
Que nacer, crecer, reproducirse y morir es para los
animales,
que para ti, hay otros oficios también obligatorios…
Disfrutar, reír, bailar, cantar, ser amada y amar,
caminar de la mano de alguien, que conecte la tierra con tu
cielo.
Aquella legendaria frase: “ya llegará el momento de
descansar”,
puede quedar en puntos suspensivos, como tu epitafio.
No cabe la menor duda, que la humildad también es vida,
que ingerir fríjoles recalentados con arroz, en buena
compañía,
mirando al horizonte, desde el umbral de la casita de la
playa...
Alimentan más que, un filet mignon con tinto Bordeaux
supérieur,
consumido en la elegante terraza de un restaurant,
de esos en los que cobran, hasta por leer el menú.
Como hacerte entender, que el amor es lo más sencillo,
que el amor se vive, no se pelea, no se compite,
que todo lo que ganas luchando, se convierte en obligación,
y que amor es un sentimiento, no un deber.
Como hacerte entender, que nuestra lucha es por la
felicidad,
que el amor reposa tranquilo en los corazones...
Como hacerte entender, que te necesito para ser feliz,
y así desde la mía, darte la felicidad que quieres... a mi
lado.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri