Con tu boca cautivante, despiertas la
tentación,
un impulso dominante, que apresa mi corazón.
Tu sonrisa es fantasía, fuente de dulce
ternura,
hacedora de alegría, con la sencillez más
pura.
Eres suave sinfonía de celestial tesitura
que me envuelve con porfía, consiguiendo mi
atadura.
Estoy de ti enamorado, siento por ti, algo
profundo
un sentimiento esperado cargado de amor
fecundo.
Te entrego mi ser amante, rebosante de pasión
porque eres mi poesía convertida en la ventura
que me tiene trastornado, librándole miel al
mundo.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri