martes, 5 de mayo de 2020

TU BOCA DE AGUA BENDITA.


Grabaste mis labios a fuego con tus besos
de esos que reemplazan los deseos
y los besos de otra boca ayer querida

Me sujetaste a tus labios, tus labios de agua bendita,
y sin yo quererlo, a ellos me he hiciste adicto,
Devoto de esos besos que has tallado con delicia y sin cordura
en las orillas de mi boca que besaste con locura
hasta cortarme el aliento, casi quedando sin vida
Ya no quiero despertarme ansío vivir dormida
con el perfume de tus besos en mi boca enloquecida.

Atrevida esa … tu boca … tu boca de agua bendita
que me ha colmado de besos hasta gastarme los labios
y se ha hincado en mi cuerpo como si fuera un sagrario.
Se me hacen largos los días esperando tu regreso
para que colmes de besos el trayecto que te lleva
de mis labios afiebrados al martirio de mi sexo.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

AMAR LA VIDA SINTIENDO.


Regresa el viejo fantasma,
del recuerdo enamorado,
sombra que a veces reflota,
en el lago del pasado.
Una voz la mente alerta,
que en un destello ilumina.
Un pensamiento que brilla
otro que nubla y altera,
la cotidiana existencia.

No ennoblece la conciencia,
el desprecio al diferente,
ni ensancha la inteligencia,
camuflarse entre la gente.
No vive mejor quien medra,
a hombros del indigente
no se adquiere la nobleza,
con gestos grandilocuentes.

Se desprenden las caretas,
que encubren siniestros rostros
y surgen las transparencias,
que desvelan los despojos,
mientras la gente sincera,
queda atrapada en el lodo.
La venda cubre los ojos,
de quien ni duda ni piensa.

Ni miente la mar, ni se arredra,
que con sus carnes abiertas,
demuestra todo su enojo.
Fuego vomita la Tierra,
mostrando su airado rostro
y sus entrañas se agrietan,
ante el humano destrozo.
El cielo abre las compuertas,
de sus torrenciales ojos.

Ama la vida el viajero,
cada brizna del sendero,
que su mirada acaricia
y pisando con esmero,
deja una huella precisa,
en cada sincero gesto.
Ama la vida quien ama,
aunque difiera el acento
y no impone sus premisas,
para ayudar a un tercero.

Amar, amando sin prisa,
como acariciante viento,
que a los corazones mima.
Amar la vida sintiendo,
para que el amor perviva.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

DESNÚDAME.


Ven, tocarme, acariciarme lentamente, suavemente desliza tus manos por mi espalda, ve mi mirada la cual solo te llama, ves esa llama encendida, bésame como si no hubiera un mañana, el fuego se siente en mi piel, tus besos provocan esa sensación de ardiente pasión, déjame quitarte la ropa, sé que quieres que lo haga, déjame deslizar me con mi lengua hasta llegar a tu miembro, quiero sentir tus respiración y corazón acelerado, desnúdame completamente, solo soy de ti, cada vez tu nombre se graba en mi piel, mientras juego con mi lengua, sigue tocándome, ¡no pares de hacerlo!, pasa tus manos por cada rincón, llévame al cielo y no me dejes caer, termina en mi boca eso deseo, probarte a ti, siente que estoy temblando, cambias de posición bésame, tócame, enciéndeme, muérdeme, solo hazme tuya, escuchas mis gemidos, mientras juegas con tus dedos dentro de mí, me tienes solo para ti, porque así lo a dicho el destino, mírame las ganas no se hacen esperar, quiero tenerte dentro, quiero sentirte, nuestros líquidos se unan, se siente tan húmedo, pero tan rico y tan vibrante, no quieres parar, trata de controlarte que ¡me encantas!, bésame una y otra vez, no pares que estaba deseosa de ti, nuestros cuerpos Sudán, estamos al borde de la pasión, quiero m-as estamos insaciables, siento que voy a explotar, quiero que te vengas dentro porque no puedo más, es un deleite tenerte y hacerte mío, como tú me haces tuya, mi amor no puedo con estas ganas pero me estremezco porque no quiero que pares, no te detengas aunque nuestros cuerpos cansados están me encanta hacer el amor contigo, desnúdame no solo con tus manos, si no con la mirada, envuélveme en tu ser y sedúceme para hacerme gritar de placer.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

AMOR HUMILDE.


No suelo deslumbrar, solo soy lo que soy,
hago lo que puedo, tu sabes que ha sido así,
mis besos más sentidos, todos te los doy,
porque eres lo más importante para mí.

No tengo carro, muchas veces solo camino,
no tengo moto, pero si un caballito de acero,
no todo es dinero, lo dicta mi destino,
te ofrezco mi vida, yo sin ti me muero.

No poseo propiedades, ni cuenta en Suiza,
solo tengo un sentimiento real y sincero,
no miro lo material, solo tu rostro me hechiza,
millonario de amor, y mis bolsillos en cero.

No soy fino, pero me visto bien para ti,
no soy altruista, solo contigo me siento bien,
no demuestro ego, soy alguien mejor por ti,
el querer no se compra, te lo digo también.

Acéptame como soy, humilde y sencillo,
la riqueza la tengo aquí en mi corazón,
si te gusta el oro, las joyas y el brillo,
debo irme, estar aquí no tiene razón,

En cambio, si deseas un hombre amoroso,
"aquí estoy, y prometo todo será hermoso".





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

PARAÍSO DE AMOR.


Desperté en el paraíso
de tu cuerpo deseable para mí.
Éramos fruto prohibido
Y envuelta en la piel
De tus caricias comimos
el fruto prohibido.
Tú con sutileza me mecías
en cóncavo y convexo
en el árbol de la vida,
del bien y del mal nos debatía.

Fruta madura del manjar
Comíamos, saciando el hambre
de amor entre sus ramas,
seguía mecida de pasión
y de deseo entre tus piernas
que fuerte me apretaban
y me retenías entre tus brazos,
ahogando con pasión desmedida
desobedecer para comer del árbol.

Abrazamos la grandeza
y la fuerza del amor
con el calor del cuerpo
sabiendo que lo prohibido
nos lleva a los infiernos
y sin remordimiento alguno
prometimos vivir amándonos
y como buen vino tinto
bebimos la piel en cada beso
sin culpa y sin castigo.

Y abrazados nos tuvimos  
en un paraíso desconocido
que nos hizo despertar
pasiones llevándonos a tener
fuego en la sangre y luz en los ojos,
para sabernos salvos de vivir
este amor sin penitencia,
sólo por pecado venial
para darnos en cuerpo y alma
en vino de amores terrenal.

Soltamos el desnudo
para amarnos
sin pudor y sin recato:

En el paraíso terrenal
de los deseos:
Despertamos mañanas
 envueltos de amor
y nos comimos
el fruto prohibido,
éramos fruta codiciable
en un paraíso de amor.






Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

A TUS PECHOS.


Tus pechos son dos gráciles palomas
de pico estimulante y encarnado
que dejan en mi boca el delicado
regusto de las más selectas pomas. 

Los pruebo cada día en varias tomas
y el gusto de manjar tan refinado
me quita los disgustos y el enfado
al tiempo que consumo muchas gomas. 

Chupándolos los dos me regodeo
con tal delectación que se me pasan
las horas sin notarlo si los cato. 

Por ellos yo contigo me apareo
mañana, tarde y noche, pues se basan
nuestros amores en tu busto grato. 




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

MITOS Y ALABANZAS.


A Pan por modelar tu cuerpo hermoso
le canto enardecidas alabanzas,
traviesa ninfa que conmigo alcanzas
el éxtasis más húmedo y fogoso. 

También al numen ciego y veleidoso
alabo por sus gratas enseñanzas
que te hicieron doctora y que con lanzas
y no con flechas nos hirió alevoso. 

A ti por tus mil gracias más te alabo,
más bello que las Gracias monumento,
insólito y magnífico guayabo,

y alábome a mí mismo -y así acabo-
pues sólo yo he triunfado en el intento
de que engulleras sátiro hasta el rabo.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

A TU CUERPO.


Tu cuerpo es la delicia de mis días
y sobre todo de mis noches locas,
en las que con seis labios de dos bocas
contra el pudor perpetras tropelías, 

y es brújula de amor con que me guías
al norte del deleite, en cuyas rocas
estrellas mi razón y la dislocas
haciéndome venéreas virguerías. 
                               
Tu curvilíneo cuerpo es el anzuelo
en el que puso Venus carne fresca
que muerdo con furor y así me pesca. 

Tu cuerpo -que a dos leguas funde el hielo-
es una logradísima añagaza
con la que el hábil Eros me da caza. 





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

CALLE DE DIRECCIÓN ÚNICA.


Como el agua entre los dedos
el tiempo se me pasó,
jamás pensé en retenerlo,
mi trabajo me costó
asumir que el tiempo pasa
y nunca jamás volvió.

Recuerdo, cuando de niño
tan lejos veía yo
este extremo de la vida
al que el tiempo me empujó.

 Esto es lo que ocurrió …

La vida es una calle corta,
con poca numeración.

Empieza el uno, y el dos.
Pasa el veinte …
Pasa el treinta …
Y de pronto se acabó.

Quedan huecos en la calle,
solares donde existió,
el cuarenta, y el cincuenta,
números que no alcanzó
el que a ese punto de calle
la vida no le llevó.

Otro llega hasta el sesenta
y puede mirar atrás,
viendo ya una larga calle
que no volverá a pisar.

Recuerda que por el veinte,
una mocita le amó.
Muy poco más adelante,
un hijo le trajo Dios,
el cual por su propia calle
hace tiempo se marchó.

Cuando niño te parece
esa calle sin final,
ya que tu visión no alcanza
ni siquiera a la mitad.

Mirando desde el principio,
no llegas a imaginar,
que a vuelta de aquella esquina,
ahí mismo,
puede acabar.

Te parece que ni un bache,
en ella te encontrarás más,
puede que queden tramos
que estén aún por asfaltar.

Existen calles que acaban,
contra un muro que saltar,
otras llevan al abismo
imposible de pasar,
también caminos de rosas,
perfumadas de azahar,
nunca sabrás al principio
lo que te vas a encontrar,
cuesta arriba o cuesta abajo,
avenida principal,
autopista gratuita,
o camino vecinal.

Lo de que sea larga o corta,
eso se verá al final.

Hay calles que se acabaron
sin ni siquiera empezar,
proyectos que se abortaron
y nunca vida tendrán.

Las hay largas y estrechas,
sórdidas,
sin sol jamás,
 de las que dan miedo si tienes,
 por ellas que transitar.

Otras,
son largas,
con docenas,
y aún más,
de números, que en sus fachadas
brillan con felicidad,
anchas,
bien iluminadas,
cómodas al caminar.

Sea cual sea la calle,
que te ha tocado pasar,
no dudes, ni tengas miedo.
Síguela hasta el final.






Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

EL PASO DE MIS SUEÑOS.


La realidad me muestra una verdad absurda …
Pero la esperanza surge para enterrar la muerte
Por sobre el antifaz que entretiene a la Vida;
Porque lo amargo es dulce si deja una doctrina.

Mis pasos se cansaron de andar tras de ilusiones,
Apenas me doy cuenta que el sendero es de un vado …
Ahora cambio el rumbo para metamorfosear mi senda
Y gozar los tesoros que me ha retenido el mundo.

Desde la acogedora tumba donde yacen mis sueños
Brotan los esqueletos que me brindan su mano …
Me aterra sólo el verlos … pero extiendo la mía
Porque ellos son la nada que dan Vida a mi vida.

Me distancio del mundo para ver en mi universo …
Porque la razón confunde lo cierto con lo espurio;
No existen ya las dudas … ya no cuentan temores,
Cuando mi paso sigue la voz de mi consciencia.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

AMOR EN LA DISTANCIA.


Limitados estamos,
Por el tiempo y el espacio.
Cerca nos queremos,
Pero la distancia nos tendió  sus brazos.

Para algunos es una prueba,
Y para otros un absurdo.
Amor de lejos no concuerda,
¿Pero cómo te saco de mi lado zurdo?

Tú sueñas conmigo
Y yo por mi parte no te olvido
Aún no se ha enfriado
El deseo de compartir el mismo destino
Comunicación : he allí el milagro,
Chispa para mantener el fuego ávido.

¿Cuánto faltará  para verte?
Cara a cara quiero tenerte
Oír tu voz clara por la mañana
A quema ropa, y yo apegado a tu pijama.

Decirte al oído todas las fantasías
Esas escritas mientras lejos estabas
Migajas : que mantienen vivas mis ganas
De poseerte en cada uno de mis días.

Ha corrido mucha agua bajo el puente
Un sin fin de experiencias constantes
Nuestras vidas tomaron rumbos diferentes
Pero por mano de Dios pude reencontrarte.

Solidificada relación de amistad
La flecha nunca vuelve para atrás
Una semilla en tierra fértil brotará
Segaremos la cosecha, y ya verás ...
El amor en los graneros prosperará.






Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

UN BARQUITO A LA DERIVA SOBRE LA MAR PROCELOSA.


En lontananza, apartado de todos y de todas
su silueta se pierde,
y luego, emerge,
de cresta en cresta y de ola en ola,
como un punto de luz apenas luminoso
que en la distancia se pierde y se recrea.
Como una almena imaginaria,
como un espejismo sin ninguna duda.
Abierta una rendija, en la proa o en la popa,
corre el agua                           
dulce y salada, dulce y salada,
aunque sin sumergirse todavía.

Sus dos cañones por banda, su corneta,
su palo mayor nunca vencido, erguido,
hirsuto rompe velas.
Casi a punto de zozobrar
a cada instante,
pero sin penetrar en la bahía cómoda
y consoladora. El barquito chiquito
en manos de la brisa.
Sobre la ola gigante a la deriva.

Y una vez en la tierra,
recorre, la avenida, la arboleda:
sobre la orilla firme pega un salto.
Luego retoma con arrojo la aventura
fiel a su modo de atacar la ola.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

lunes, 4 de mayo de 2020

RÍOS SECOS.


Se nubló la fría mañana al oír la noticia
que portaban llorando las golondrinas,
se hará puño la mano de caricias, decían,
de cantares y ruegos a la hora amanecida.

Dicen: ''Se agotaron de años las aguas,
le retiran los caudales de celestes vetas,
despreciado pan no lo quiso la tierra,
disponen regreso sus añosas maletas.

Fue un olvidado rocío, verbo desechado,
era benigno como el vino de las parras,
fue brisa de verano limpiando espigas,
después de ser grano en eras de caballos.

Se agotó el tiempo de hacerlo adoptado,
en esos corazones que procuran el amor
ya no estará más con sus verbos de aguas
para los sedientos de paz que sufren dolor.

Adiós, dice al bosque guardador de secretos,
a sus tantos paseos de nocturnos con la luna,
un llanto último en piedras y rocas sagradas
de su íntimo altar rústico de piedras bruñidas.

En ese barniz virgen de milenarias piedras,
dejó tantos nombres con ruegos esculpidos,
despertarán mañana hecho canto al cielo,
mostrando manos contentas, llenas de rocío.

¡Adiós! Ojos benignos de paz nunca agotados,
alma de amor eterno, manos llenas de Poesía,
el otoño con llantos de vientos va a tu lado,
con coronas de hojas, ocres y amarillas.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

QUIÉN PUDIERA ...


¿Quién pudiera escribir?
Lo que no está escrito,
lo inédito y arcano.

Lo que no se piensa,
lo que no se dice
o lo que se está por decir.

¿Quién podría decir?
Lo que no se ha dicho,
lo que no se sabe
o lo que se está por saber.

¿Quién podría pensar?
Lo impensable,
lo inexistente,
lo no esperado
o lo no pensado.

¿Quién podría esperar?
Lo jamás tenido,
lo nunca pretendido,
lo que no se espera.
O no conocido.

¿Quién podría codiciar?
Lo nunca deseado,
lo tenido arcano
o no revelado.

¡Oh: Quién pudiera predecir!
Lo impredecible
y lo imposible,
de lo posible.

¿Y lo indescifrable?
¿Quién podrá descifrar?








Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

MI AMOR.

Mi amor es tan duro como una roca,
tan eterno como tu pecho,
tan claro como los lagos de mi patria,
mi amor es verdaderamente duradero,
no es frío en el invernadero,
Te llama cuando sientes frío,
y es frío cuando te sofocan las llamas.

Mi amor es tan largo que no existe medida,
tan sincero porque parece una sonrisa de lucero,
mi amor parece mar que adorna tu playa,
sensible como un niño,
fuerte como un guerrero.

Mi amor es tan blanco como las perlas en la arena,
se crece cuando cree que no te merece
y se encoge para recoger tu palabra perdida,
mi amor es ese que cabalga por los años acompañando tu silencio
y es la palma de la mano que hoy te aplaude.

Mi amor no es reciente,
mi amor te besa la frente,
te escribe cuando la poesía lo exige
y te canta cuando lo acompañan las melodías.

Mi amor está en el árbol que te da sombra,
en el pájaro que algún día te dará mi mensaje,
en el devenir y en el horizonte,
en la paz que dicen sentir tus ojos.

Mi amor es tuyo desde hace mucho tiempo ...




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.