miércoles, 6 de mayo de 2020

ESPEJO DEL ALMA.

Sabes, hoy no quise dedicarte tiempo
Escribiéndote poemas (si se pueden llamar así)
Cosas que nunca vas a leer
Y la verdad, yo tampoco.
Nunca leí lo que escribo
Quizá por miedo, vergüenza, no sé …
Me da miedo ver mis sentimientos desnudos
Nunca quise ver mi alma sin máscaras, me asusta verte dentro.
Nunca quise leer lo que inconscientemente escribo de ti
Sé que sí los leo, voy a sufrir
Así que, es mejor anestesiarlos
Y tú dime, ¿con qué derechos juzgas mis decisiones?
¿Acaso sabes cuánto duele vivir con un fuego permanente en el alma?
¿Sabes cómo duele echar de menos alguien que nunca tuviste entre tus brazos?
¿Sabes lo que se siente, esperar un beso de unos labios prohibidos?

Por eso, escribo sobre ti sin leer,
escribo para no morirme por completo,
escribo para sacar eso que me duele
y me sigue doliendo en el alma,
escribo porque es mi única forma de llorar discretamente,
escribo para sacarte de mí todo.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

EL ALMA EN LA MESA.


Te advierto
Soy de alma libre, irresistible, y siempre loca
Sobre todo, nunca me ha gustado las cosas a medias
               
Ahora, si me vas a amar
Ámame con el alma o no ames
Porque siempre he creído que el alma es más importante que el corazón.

El corazón puede dejar de latir
Pero el alma va más allá de la muerte
El corazón suele equivocarse
Solo se fija en lo visible: una sonrisa, una mirada, una caricia, una palabra ...

El alma mira el alma
Y los ojos del alma nunca se equivocan
Puede sonar pretencioso, estoy acostumbrada a tener todo o nada

Sabes, es difícil para alguien que ha tenido todo resignarse con poco
Ahora, te entenderé si te entrara el miedo, y quieras irte
No todos tienen el valor de entregar su alma ¿Para qué?

Ya es bastante entregar el corazón, pero a mí, no me basta
Soy exigente, te lo concedo
Es una exigencia hacia mí misma, a no aceptar migajas de nada
Soy exigente en lo que doy y lo que recibo, porque sé quién soy
Soy exigente en dar lo mejor de mí.

Por eso, yo cuando río, río con el alma
Cuando lloro, lloro con el alma
Cuando veo, veo con el alma
Cuando hablo, hablo con el alma
Cuando siento, siento con el alma
Y siempre amo con el alma o no amo.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

EXIBICIONISTA DE CICATRICES.


No, nunca he tenido heridas de amor
Tengo heridas, muchas, muchísimas
pero no son de amor
El amor no hiere.

El amor no duele sino cura
El amor es felicidad
Por lo menos, es el sueño que me han vendido, y que he comprado de buena gana
Quería creer en algo.

Así, mis sangrientas heridas son provocadas por mis relaciones
la desconfianza
la inmadurez de aquellas personas y sus infidelidades repetidas.

El amor no es solo un sentimiento
Es una decisión día tras día
Una decisión de superación
Amamos pero decidimos amar lo que amamos
Correr el riesgo
Decidimos entregarnos a este amor
Pero, unos con los ojos cerrados o con un ojo cerrado el otro abierto
otros con los dos ojos abiertos.

¿Para qué?
Nos gusta medir, poner una cifra, un límite a todo, hasta medir el amor
Nos gusta tener el control, a veces perderlo
Nos gusta ser mártires, héroes, ganadores o perdedores.

¿Acaso hay una clasificación en el amor?
¿Qué es eso que llamamos amor?
¿Será diferente para cada uno o es igual e inaleniable para todos?

No, definitivamente no tengo heridas de amor
Nunca me ha gustado ser mártir
Nunca mi ego ha sido  tan grande
¿Para qué hacerse daños?
Por favor, no me vengas con tus frases recién aprendidas: quien no tiene heridas nunca ha amado.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

VEN A LA CALLE POETA.


Ven a la calle poeta,
sal ya de ese agujero
donde te amargas la vida
rodeado de recuerdos.

Sal conmigo, ven al mundo
que la luz ciegue tus ojos
de esa oscuridad que vives
cada noche en ese hoyo.

Vamos poeta a la calle,
tomemos algunas copas
improvisa algún poema
de esos que escribes
en las sombras.

Recita esa poesía,
hay gente que quiere oírte
leer con esa alegría
que hace mucho la perdiste.

Deja ya esos versos tristes
para cualquier otro momento,
ahora escríbele a la calle
alegres y bellos versos.

Vamos poeta respira
el aire de la alegría que
inunda todas las calles
cada noche, cada día.

No te encierres en esa cueva
que tu vida va segando,
vente poeta a la vida ...
la calle te está esperando.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

EL VERSO EN LAS CARNES PRESO.


Un rincón de la memoria,
guarda retazos de tiempo,
sobresalientes momentos,
que viven en el recuerdo.
Aquella cálida tarde,
aquel esperado encuentro
y las risas y alegrías,
que se quedaron impresos,
como huellas indelebles,
grabadas a fuego lento.

El sabor que deja el beso,
apasionado y sincero.
Bajo la sombra del árbol,
en la placidez leyendo.
La caricia de la arena,
hormigueando los cuerpos.
La suave brisa peinando,
los aeróbicos cabellos.
La belleza arrebatando,
los sentidos y el deseo.

Una gota de ternura,
que edulcora el pensamiento,
la voz acariciadora,
de un profundo sentimiento.
Unas diminutas lágrimas,
rodando entre los recuerdos
y la mirada que mima,
suave como el terciopelo.
En el centro el cosquilleo,
del enamorado cuerpo.

Volutas de fantasía,
que la realidad adornan,
imaginando otros tiempos.
Una palabra perdida,
en los labios entreabiertos,
en el infinito espacio,
donde declaman los elfos.
La dibujada sonrisa,
en el expectante espejo
y un soplo de irrealidad,
para soportar los huesos.

Ojos profundos y diáfanos,
que no esconden recovecos,
mirando de frente al día,
con la verdad y el misterio.
El verso en las carnes preso,
junto al amor prisionero
y sobre el rostro la brisa,
dando a la piel su concepto.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

DETALLE DE ROSAS Y CORAL.


Siempre quise regalarte
Un ramo de rosas
Adornada de caracoles
Y conchas para ti.
Con Amor que saliera del mar
Y sentía que no eras mía.
Igual que la ola del mar
Que golpea la piedra y la rechaza.
No soy tuyo
Porque eres ajena.
Yo sé que voy a vivir
Con ésta pena de amarte
Siendo ajena.
Igual que la piedra a la mar
Que la siente ajena.

Si la rosa es bella,
el coral mucho más,
dos joyas que se juntan
para hacerte un collar
en tu lindo cuello tú lo lucirás,
y tanto la rosa como el coral
de ser un precioso adorno presumirán ...

Al pasar por ese jardín.
Contemplé una temprana rosa
Muchísimo más primorosa
Terciopelo y seda carmín;
Me dije, eso eres para mí,
Una flor que siempre rebosa
De una ternura que me acosa,
Muda promesa a ser feliz;
Soy roca cercana a ese mar
Que moja un terreno vecino
Pero no la puedo tocar
Un coral siempre es su destino:
Déjame en sus aguas saciar
Esta sed ya vuelto un espino …

mía tengo esta piedra salada
para cuando la quieras golpear
con tus rosas ajenas,
tan tuyo es el coral
que te regala mi pena
parte hacia mi cuello
adornado de soledad
con el detalle precioso de tus manos
quiero lucir en mi alma
la joya de la felicidad

Las rosas lloran rocío
si no sales de mañana
a los jardines perdidos
donde te esperan temprana.
Y el coral roza tus pies
y se funde con tu alma
mientras el mar te mece
suavemente para tu calma.
Ríe entre alegres colores
de coral, rosas y albas
que a tu cuello va prendido
iluminando tu cara.

Un pimpollo de rosas me regalaste
con él mucho me enamoraste
así, un collar de amor formaste,
cuánto amor me regalaste.

Una rosa y un coral,
del mar y tierra,
son dos cosas tan diferentes,
que son en tu vida hoy presentes,
si yo te hago un bello collar ...

Mis manos sobre el mar,
el agua de aquel beso,
¿recuerdas?,
te quedaste mirando,
la rosa se escapó,
la ola la llevó al cielo,
me besaste,
el cielo floreció para siempre,
¿sabes?, te quiero.

Se siente la brisa que acaricia nuestra mañana
junto a las flores que adornan tu vida Rosas y Margaritas,
tus flores favoritas, sin olvidar las orquídeas,
o crisantemos que a tu paso el aroma se siente,
se disfruta tu fragancia que alborota el ambiente
Hermosa figura con el Mar a tus pies,
tu sombra se desliza suavemente entre rosas y corales
que se dibujan con el vaivén de esas olas alegres y casual.

Entre un lecho de rosas y tus labios de coral
me perdí para siempre sin encontrar
la razón de haberme enamorado
y haberte entregado mi delicado corazón.

Estoy confundido porque te vivo entre rosas y besos de coral
Delirantes besos que me arrojan al mar de tus deseos, de tus dudas
y celos pecaminosos cuando no me tienes cerca y no me ves.
Eres tan eventual en tus apreciaciones de amor, no sabes cuando
Te aman y cuando te engañan,
te dejas seducir por sus piernas feas,
Por sus senos exuberantes y su mirada obsoleta
y su decir y sentir tan pasado de moda,
no seas pesimista cuando escribes de mí
y no seas cursi cuando escribes de ella,
si te fijas bien tiene cara de yo no fui,
antes te dejabas amar por cualquiera
y ahora no hayas que hacer con tus mentiras,
bah deja eso,
antes nos teníamos y éramos felices,
tus rosas siguen intactas en el Jarrón de tus recuerdos y yo
Disfruto su olor porque huelen a ti,
yo solo creo que nos volveremos a ver
entre rosas y noche de amor, en videos y canciones y café.
No me olvides mientras nos vemos, me gusta ver tus ojos en tu foto
Porque me reflejo en ellos y tú en los míos. ¡Me gustas mucho!
Si te olvido no te ofendas ya las rosas se secaron y tu foto la tire al mar.
Estas oculto entre corales de amor todo el tiempo que amé entre rosas.

Y había visto tulipanes flotar
en la marea calma, en el horizonte
junto al atardecer que se traga el sol
de tus pupilas y recordé la playa
sumergible como la infinidad de tu boca,
la áspera caricia que me dejó tu roce
de coral y el aroma a rosa.
que emanaba de tu cabello,
fuimos escarcha de olvido,
fuiste sirena sin mar,
ramo de flores perdido,
un girasol en un rosal.

Adelante, demos un vistazo al mar,
Deleita un poco ese paladar
Que en este preciso momento no puedo pensar;
En todo caso empezaré a actuar.
¿Es una rosa un detalle inolvidable?
Si al pasar de los días llegué a concluir
Que lo nuestro es inefable;
Y confieso que siempre lo llego a percibir.
Cuál es la razón para este amor,
Si transformas los días grises
Y los llenas de un dichoso color
Y el fruto se observa en los árboles.
Y centrándome en ti,
Es que salí
A la ciudad, para así hacerte llegar
Una rosa no, sino un girasol.

Con cada rosa dedico cuánto te amo
En cada coral el tiempo que he esperado
Para reunir el valor cada vez que te llamo
porque sé que se debe respetar a quien tienes a tu lado
Siendo ajena me vuelves necio
es por lo que ahí suena
pero mi corazón reconoce el precio
y amarte siempre vale la pena

Siempre me entregabas
ramos de rosas olorosas,
luego íbamos a la playa
y para obsequiarme, el coral buscabas.
Eran días de alegría, de rosas y amor,
días llenos de gran esplendor,
pero se apagaron,
no habrán flores ni corales para regalar,
con tu muerte se acabaron los días de amor fuerte.

Y ahí estaba mi obsequio,
tan sólo un detalle de rosas y coral,
la cual mi respiro se fue frunciendo
en una agonía de espinas en el dorsal.
No eres mía, nunca eres de nadie,
por lo que mis recuerdos en ti
se están evaporando.

Las rosas florecen en
mi jardín como agua de rocío.
Bellas como el coral
resplandecen en manos
de las enamoradas.
Los detalles, pequeños o no,
son bien apreciados
por el ser amado
y las rosas con su aroma,
logran conquistar
los corazones de coral.

Siempre te imaginé como una rosa de terciopelo,
de carmín rojo, de suaves pétalos que son caricias al besarte.
Tu perfume de rosas silvestres despierta el aroma de la primavera,
los corales adquieren vivos colores como tus mejillas al ruborizarse.
Por eso te amo, por florecer siempre en el jardín de mi pecho.

Siempre quise regalarte un ramo de rosas,
para que supieras todo lo que te quiero,
cuando se acerca el mes de abril
y las olas del mar se empiezan a alejar
de la orilla en su ir y venir.
Siempre quise que conocieras de mi sentir,
que como los corales del fondo del mar,
crecen y se hacen más grandes
hasta el momento en que todos los pueden ver ,
y no se puede ignorar tanta belleza ,
que vive dentro del mar y dentro de tu ser.
Siempre quise adornarte de rosas, perlas, corales,
para que acompañaran a tu belleza de mujer,
la cual a ratos añoro porque ya no estás aquí,
pues te fuiste como la aurora de mi lado,
una mañana de domingo cuando el sol empezaba a salir,
por eso añoro tu presencia y siempre me acuerdo de ti,
queriendo que regreses a mis brazos nuevamente,
para poder hacerte mía, para con mis besos hacerte feliz.

Siempre busqué cómo llegar a tu alma
Con pequeños gestos porque aún creo en el amor puro
Sincero, honesto, siempre supe que quizá otros te puedan dar,
aún más de lo que podría darte,
pero te aseguro que nadie podría amarte
como este loco lo haría.
Te quise regalar siempre un ramo de rosas
con una carta que diga para mi amor,
porque el corazón lo elige a quien amar,
solo ama y te amo con las fuerza del mar
como el sol a la luna
y tan cálido como agua de manantial
solo te amo.

Una rosa y un coral,
porque realmente eres tú,
la que no marchita jamás,
la que me das la luz del sol,
y todo como un bello control,
desatas en mí la euforia,
como la inmensa alegría ...

Me sumergiré en el mar
para traeré corales,
más las rosas que aquí están
cortadas de diez rosales.

Con aromas y colores
de deslumbrantes matices,
como si fueran mil soles
cual muestras de lo que hice ...

Por ti y este gran amor
que siento dentro del pecho,
porque tú eres mi ilusión
y el sentimiento más bello!

Detalles de rosas y coral
De los días que enfadé y tu voz me sirvió de bozal
Cuando menos lo espere quitaste la espina del mal
Que me estaba dañando, y no dejaba respirar
Mi ser, mis diez falanges que componen mis manos
La temible flor curando este mundo insano
¿Somos uno o dos? El viento me había blindado
Y ahora tus labios se acercan, y estoy ruborizado
Tu piel tan verde y suave, ya no me arde
Mi corazón sintió miedo de parecer cobarde
Y en tus ojos comprendo lo que tratas de insinuarme
Sos esa osada flor que se atrevió a conquistarme

Ruidos de la noche
que vienen y van
buscando una rosa,
un grito, un coral
que forman collares
que tengo que usar
si quiero acordarme
de aquella mañana
donde de tus brazos
tuve que volar.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

¿QUÉ ME SUCEDE?


¿Qué me sucede?
¿qué pasa con mi cabeza y mi cuerpo?
qué sucede que cada vez quiero más diferentes cosas
que me sucede que no puedo definirme por un camino
que salto y salto por los charcos de la lluvia de la vida
buscando que no me atrapen las gotas del destino.

de hecho soy bastante bueno en ello,
en huir de lo que me implique una responsabilidad,
no quiero tenerla ni conmigo mismo,
menos con el resto,
menos con las flores del parque
y animales que me rodean pidiendo ayuda

que me sucede que cada que empiezo a hacer algo bien
se transforma en tedio y busco otra cosa
y comienzo a escudriñar eso que cueste aprender
para volverlo a dejar cuando me vuelvo diestro

¿Qué me sucede que cada vez que siento la estabilidad?
me hastía y quiero un derrumbe de energía
necesito sentirme inconforme con algo,
pero ¿qué?
¿el gobierno?
¿el país?
¿el estilo de vida?

Qué sucede que cuando todo anda bien
yo mismo me hago tropezar
solo para poder consolarme con una pizca
¿será que no soporto el sosiego?
o acumulo cargas como una madre que nunca quiere ser vista llorando por sus hijos.

Qué sucede que cada mañana me levanto y me veo al espejo aguardando …
Espero que algún día pueda saber que me sucede
no cuando mi cabello se torne ceniza y me cueste ver el papel donde apoyo mi lápiz
no cuando mi piel arrugada no me deje olvidar que se acabó el tiempo
y mi mano temblorosa intente escribir cosas que apenas puedo pensar.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

AMADA MÍA.


El amor es el dios palpable que veo en tus ojos.
La brisa es la unión de ambos, tan fugaz, tan libre, tan juntos y dispersos.
Las cadenas que sostenían mis manos ya no existen, ahora son libres de sentirte.
Sin culpar a nadie, sé que te amo y sin embargo ... llevo la culpa.
Por no poder amarte como me sentí hace años.
Soy culpable de no besarte, de no tocarte más.
Sus versos todos los días son más audibles, menos tangibles.
Tus versos mi amor, cada día son menos románticos.
Pero tan solo, un instante, un momento refrescante.
Ven, mi amado, ven a mis manos que estoy esperando acariciarte hasta que salgan nuevos amaneceres.
Ven, siente cómo extraño mis manos.
Mis dedos anhelan descubrir tus pensamientos y hacerlos un poco menos melancólicos.
Ven mi amor, ven a mis manos para que te haga un momento aún más volátil.
En el mar dejaré tus cartas, daré tus besos al viento.
Quiero que vengas de nuevo, para hacerme mía.
Seamos solo tú, yo y nuestros poemas.
Sé solo la inspiración y esa gran devoción nacida del arte.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

SON TUS OJOS.


Son ellos quien iluminan mis caminos, son ellos que brillan cual estrella fugaz, son ellos mi mejor espejo, son ellos que me duele el verlos derramar lágrimas y que se inunden como un gran rio, explota mi alma.

Son ellos, tus ojos que adornan tu hermoso rostro y los cual hacen juego con tu sonrisa, son ellos, las perlas más preciosas que he podido admirar, que he apreciado y que no podría dejar de mirar jamás.

No hay rubí, ni esmeralda, no hay piedra que se parezca a esas dos radiantes pupilas que me encantan, no hay nada comparado porque son ellos los ojos que deseo observar cada vez que te hablo.

Son tus ojos bella musa inspiradora, es ese el brillo causante de mis inquietantes letras, son las líneas de tu mirar que me hacen escribirte poemas, es ese color precioso que juega con mi mente y me hace ver arco iris aún cuando está el sol que quema; son tu ojos que me inspiran en esta noche de hermosas letras.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.