domingo, 10 de mayo de 2020

EL AMOR ES ... ¿SUEÑO?


EL AMOR ES … ¿SUEÑO?

¿Dónde el amor está?
¿Dónde se oculta?
sonriendo me pregunta,
-sonrisa la suya sin fisuras-

-bien pensado,
-si mirando el cielo
… como referente,
te respondo, sonrisa
resplandeciente:

Desde el principio
de todos los tiempos,
cuando todo se hizo:
-de pretérito, lo perfecto,
que el primero es amor
y lo segundo, fundamento.

… en ese preciso instante,
o antes,
que no ha de ser el tiempo
preceptos ni fundamentos
cuando la tierra era vientre
sin fecundar, Tú, ya existes
y antes de ese antes,
antes de que yo fuera tierra
Tú ya eras agua
con los ingredientes
para alumbrarme.
Es ahí: sembraste la esencia
de lo que luego sería,
-fue en mí:
Sonrisas y suspiros,
Besos y caricias.
Mar y olas,
espuma blanca
y claridad salada.
Que, al tomar sentido, al ser,
se muestran:
desvelos y ensueños,
miradas furtivas y cautivas.
Deseos insaciables
-ante, voces que susurran
-ante, miradas profundas,
consumido en un fuego
que devora y nunca se apaga.
Llamas que se escapan
por entre negras pestañas negras,
-puertas de entrada
a un mundo que, de la nada,
todo lo crea.
Y da lugar a:
-los aromas del Jazmín y la Canela,
-inventa el rojo y se hace visible
en unos labios
donde bebe mi esperanza
y se calma mi locura.

El amor está,
-si me lo preguntas-
en tu apasionada ternura
… por mí,
en lo hermosura que abarcas
para mi exigente empeño:
vivir enraizado en ti
por ti fecundado,
y en ti y para ti, brotar:
abrir la espiga y llenar
tus graneros de mis semillas
doradas y henchidas.

Y de la ternura que me alcanza
-cuando todo se realiza-
con tu mirada enamorada,
la que llega a mi corazón
y con tus palabras mudas
me envuelve como seda:
roces de besos como promesas,
es soñar, que, cuando suspiras,
es amor,
amor, que por entero me acaricia
y si me miras,
-me cambias,
-me transforma
de antes, en la nada,
de ahora, a la espiga que brota.
Que, el principio,
es tierra ávida de agua
y el amanecer, aurora
que siembra y riega
los surcos donde te espera
la semilla que te añora

Todo, cuando se crea,
me sabe a ti,
porque todo te espera
y así, se vuelve a mirarte.
Te mira cuando apareces
y antes de que lo hagas,
te presiente,
como presiente la hierba
el rocío que le salva.

Envuelta llegas con la brisa,
me envuelves y me cubres,
siembras y me inventas, 
me devuelves a la vida
enterrada y apagada
y en la vida, que es tierra,
te tomo y te hago mía,
porque eres más que agua,
eres agua y claridad salada.

¿Dónde el amor está?
¿Dónde se oculta?
sonriendo me pregunta,
-sonrisa la suya sin fisuras-

-bien pensado,
-si mirando el cielo
… como referente,

-Te veo reflejada:

Y allí, en tu inmensidad
que es tierra dorada
y agua azulada

Apasionados besos te sueñan:
Besos abiertos como surcos
que esperan la semilla.
-Besos de húmedas marismas
y aromas de tomillo.
-Besos perfumados de menta,
Poleo y fragancia de romero.
-Besos como pan recién echo
con el que sueña el hambriento
-Besos de amor y por amor
te sueña tanto como te extraña.

- ¿Qué dónde está en amor?
En los besos en noches de estrellas,
entre los olivos en flor y luna llena.
-¿Y dónde se encuentra?
En los besos de pasión y ternura.
En caricias que calman, que se dan.

Es delirio y cordura, tierra y agua.
Romero en flor y húmeda marisma.
Es tu piel de seda y la mía desnuda.
Son tus besos abiertos y mi locura.
Tu cuerpo de agua, en mis orillas:
mar que me baña cuando suspiras.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

LA HABITACIÓN DE LOS SECRETOS.


A pesar de los pesares
cuando todo haya acabado
cuando te pongas la ropa
cuando no estés a mi lado,
entonces ya qué seremos
después de pasar un rato
compartiéndonos caricias
encerrados en un cuarto.

A dónde irán las palabras
que repites si te abrazo
pues después de tantos besos
se esconde la frase, te amo,
porque al final del deseo
nos volvemos dos extraños,
tú eres flor de invernadero
y yo soy hierba del campo.

No me inquieta cómo fue
mi pregunta es, hasta cuándo
seguirá ardiendo esta hoguera
porque la siento entibiando,
la rutina y la costumbre
al sabernos traicionando
disminuyó la pasión
de la que tanto gozamos.

Hoy todo esto y mucho más
me la pasé razonando
tuve tiempo, no llegaste
y le dije a tu retrato,
que te doy la libertad
que cada quien por su lado,
siempre y cuando esto suceda …
¡Después de estar en el cuarto!




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

EL LIMONERO DEL PECADO.


Te descubre tu mirada
y tus labios entre abiertos
me dicen que estás ansiosa
por cerrarlos con mis besos.

Y tus ojos dos desiertos
que producen espejismos,
me señalan al mirarme
que te lleve al paraíso.

Tan solo debo tomarte
para amarte a mi manera,
sé que puedo y no podré
robar una fruta ajena.

No me juzgues de ligero
me gustas y me deseas,
te deseo pero adiós ...
sabes bien que alguien te espera.

Mas cuando caiga la noche
recuerda que yo te espero,
para darte mis caricias ...
debajo del limonero.

Tanto tiempo lo hemos hecho
que no sé si ya es costumbre,
pero no es amor sincero
es pecado … y huele a lumbre.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

MADRE, MUJER VIRTUOSA.


El Ángel que fue encarnado
Y su corazón renovado
Con los sentimientos más nobles
Para tu familia  fuiste  el roble
Que le brindo  paz y cobijo
Fuiste  el símbolo de la excelencia
Porque tu bondad y tu paciencia
Eran parte de tus virtudes
Virtudes que eran  divinas
Porque tu alma  pura y genuina
Fue dotada de una oración prodigiosa
La herramienta poderosa
Que lograba  lo imposible
Porque Dios fue tu escondedero
La roca poderosa y firme
Donde edificaste su altar.

¡Madre, mujer de belleza sin igual!
La joya de valor incalculable
Que lleno de lindos detalles
Toda mi existencia
Para mí siempre serás!
La musa de mi inspiración
La que con su cariño y con devoción
Me enseño la  proeza
De vivir con la certeza
Que Dios dirige mi camino
Como poderoso gigante
El que con su unción divina
Nutre mi mente y mi espíritu
Impregnando  mi alma
De tranquilidad y mucha calma
Al estar en su presencia

¡Hoy  no estas a mi lado!
Pero estas allá en el cielo
Al lado del padre eterno
Disfrutando de sus grandezas
¡Madre,  mujer virtuosa¡
El motivo de mi  esperanza
El  deseo puro y  latente
Que me invita estar  de pie
Sin temerle al enemigo
Porque el que está  conmigo
Es el santo de Israel
El nombre sobretodo nombre
El poderoso en batalla
El que le da a mi alma
Mil razones para alabarle
Por medio de mis poesías.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

AMOR VERDADERO.


Un amor verdadero
es aquella lágrima que salió
al contemplar que entre sus brazos
una nueva vida llegó.

Un amor verdadero
es aquella mujer guerrera
que contra viento y marea
por mí y mis hermanos luchó.

Un amor verdadero
es aquella madre tolerante
que sin importar cómo fuese
seguiré siendo parte de su corazón.

Un amor verdadero
son aquellos abrazos confortables
que me sirvieron de refugio
cuando mi corazón se rompió.

Un amor verdadero
son aquellas palabras de fortaleza
que me subieron el ánimo
cuando mi camino se derrumbó.

Pero mi amor también es verdadero
y ¿cómo no amarte?
si eres mi ejemplo
y también mi motivación
te doy gracias por brindarme tu amor
aquel amor que jamás caduque
y que por siempre vivirá en mi corazón.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

DUENDES, ESPÍRITUS Y MUSAS.


Un espíritu burlón,
danza siempre alrededor,
burla burlando se ríe,
del necio que se encontró.
Va recitando poemas,
saltando sin ton ni son
y resbala entre las notas,
de un violonchelo de amor.
                                                        
Baila el duende ilusionado,
sobre el espíritu inquieto
y escribe sus fantasías,
en circunspectos cerebros.
No conoce de codicias,
ni de odios, ni recelos,
su baile anuncia las vidas,
que crecen a ras del suelo.

El viento al bobo acaricia,
como al sabio y al viajero,
no mira el color de piel,
ni si es flaco o gordezuelo,
si es poderoso o mendigo,
si es gentil o si es grosero,
su caricia, iguala siempre,
al ricachón y al obrero.

Así, el viento y el duende,
son más sabios que el humano.
El espíritu es consciente,
del honrado y del villano,
su efluvio al mundo se extiende,
dando a cada cual la mano,
más rebelde u obediente,
con desprecio o con agrado.

La musa baila en las teclas,
en el infinito piano,
del instrumento que toca,
con su talento a quien piensa,
quien da armonía a sus pasos.
Dando piruetas voltea,
ideas, pensamientos sabios
y no se rinde jamás,
aunque el camino sea largo.

Duendes, espíritus, musas,
necios, villanos y honrados,
pero en la misma marmita,
todos ellos cocinados.
El Sol a todos calienta,
aunque sean tontos o sabios.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

CANTO AL AGRICULTOR.


Amigo agricultor de faz curtida
Por el viento y el sol de la mañana…
A esa tierra generosa que cultivas,
Te entregas en cuerpo y alma.
En estos momentos de ahora
En que tu tecnología avanza,
Nos das un ejemplo cada día
De amor y perseverancia.
                     
¡Qué sería de la humanidad
Si las tierras no se labraran!
¡Qué sería de la humanidad
Si los campos no se sembraran!

Las semillas que vas dejando
En la recién labrada,
Serán el sustento de la vida,
Serán fuente de esperanza.
                            
Esos ojos que miran al cielo
Preguntando cómo será el mañana,
Lleva la luz del sol en sus pupilas
Como lo tienen las personas elevadas.

La luna con su influjo te ilumina.
El sol con sus rayos te da fuerzas.
La tierra con su manto te da amor
Y la lluvia con sus gotas te acaricia.

Todo está dispuesto para ayudarte,
Tan sólo falta que tu mano amiga
Vaya sembrando los rayos de sol de tu mirada
Que serán el origen de una nueva vida.





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

MADRE CAMPESINA.


Con puntualidad de amanecer
como el celeste canto de los gallos,
la madre campesina
comienza su ingrata jornada.
Patrona de la intemperie y del alba,
reina herida en su trono de barro.
Te llevo acunada entre mis brazos,
estoy viajando leve
por el mapa rugoso de tus manos
y bebo el vino amargo que inunda
las cisuras de tus párpados;
no quiero romper
tu espejismo de lirios llanto amado,
porque es el grito que rebasa,
el jarro inmaculado de la arácea.
               
Te dejo entre mis versos;
río de la memoria que no olvida:
la vaina del frijol como cofre de sueños,
los capis desgranados en tus faldas,
primicias solariegas de un ayer que ya no encanta,
estos puñales dulces
con los que abro tus atezadas venas,
el pájaro que afina su lira entre los hualles,
la esfinge de mi padre con su azadón al hombro
y el río que horada la fuente del pasado.

El viento que cabalga los signos del presagio
llevando en su morral tu áspera fragancia,
te canta con mil labios, el poema más bello,
esparce entre tus manos la oración de las aguas:
redímenos en tus manos virgen nuestra;
tus manos que llevaron el pan del sacrificio y la ofrenda;
curandera, sabia machi, profetiza o guerrera.

Venimos de tu sangre morena y empedrada
y el oscuro pelaje aborigen que nos vive,
resiste los embates de un tiempo
que día a día va mudando los caminos.

Te debemos madre mía …
madre de toda América
la canción de las parvas, seis lunas menguantes
decretando el nacimiento de semillas
desde el peñón del cielo,
el baile de la rueca
en su sueño ancestral de hilos y nostalgias.

Madre nuestra, de la ingrata simiente que se aleja
madre de tantos hijos sin padres,
muéstrale a Dios tu rostro
ennegrecido de ausencias,
tus brazos cansados de batallas perdidas,
dilatados de sombras y cenizas,
la ortiga amarga de tus labios …
el sol detenido en tus caderas de paridora fiera.

¡Oh dríada mía de solitaria belleza!
cómo mueres alejada de tus robles,
de la algazara de tu voz serena.
Para ti esta pequeña ofrenda,
esta sangre compartida
para honrar tu marchitada frente,
para avivar tu candil bajo la tierra
y levantar el fruto de tus arcanas manos,
sobre las frías mesas urbanas …
Diáfana arquitecta de la santísima pobreza;
los labios de mis versos
para tus encanecidos párpados de lirios,
para el dormido aquilón de luz que me gravita.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

ROMANCE DE SOL Y LUNA.


El Ado lo quiso radiante y fuerte
Le dio la alegría y una amable sonrisa
Con sus rizos dorados tuvo la suerte
De enamorar a la mañana y a la brisa

que al juntarse en el jardín con ellas
alegraban a todas las flores, y lejano
también el mar hacía gala con olas bellas
y así juntando alegrías … jugaron al verano.

Las flores en su jolgorio con brisa mañanera
Dejaron lucir su encanto de colores y esencia
Creando sin querer una hermosa primavera
Donde siempre, siempre se sintiera su presencia.

Él Ado feliz en su creación llamó a su hijo:
Serás dueño de la mañana y de todos los días
Y llenarás de colores el arco iris, le dijo
Y cuidarás a la más bella princesa de alegrías.

La amiga de las estrellas y de las noches
La misma que lleva tu luz con tonos de plata
No por cambiar el color de tu luz le reproches
Ella es la Luna que a los poetas versos arrebata

Es buena y alegre, y si alguna vez la miras menguar
Es que se siente sola y quiere un abrazo
Entonces manda un rayito tierno para adulciguar
Mientras la acoges con cariño en tu regazo

Sol era feliz, tenía de todo en aquel bello jardín
Donde alcanzaba hasta más allá del horizonte
El abrazo de las montañas y a los montes su verdín
El arco iris, perfume de flores y cantar del sinsonte

Luna impaciente esperaba el abrazo para brillar
Y sintió celos de las estrellas y de las nubes
El Ado no acepta celos, están hechos para amar
Mejor la llevan lejos del Sol, dijo a querubes

para que reine sola en las noches sin celos ni envidia:
Te dejo las estrellas, luciérnagas y el amor del lucero
Y no atormentes a Sol en tu mundana perfidia
Que yo he hecho de él mi mejor caballero

Pero el Ado nunca preguntó a Sol si la quería
Si la extrañaría en su inmenso jardín del Edén
Ni al ver la falta de resplandor y opaca alegría
Ni al verlo solitario esperar a Luna en el andén

Sol:

Distante e inalcanzable
Como el horizonte de un sueño
Que de pronto se ve palpable
E imposible por más empeño

Distante ... se siente su estadía
En los jardines de mi amistad
Cuando parece que amanecía
Llega una noche de oscuridad.

Luna:

Yo solo quería un abrazo de verdad
Que fuera mío y no compartirlo
Pero sin saber de celos ni terquedad
Los achares me llevaron a afligirlo

Y hoy lejana de su luz extraño su calor
No quise que nos separaran, amada amiga
Dame un rayito de tu luz, devuelve mi color
O quédate eterno en las noches conmigo.

Desde entonces, se escapan los veranos
Algunas veces a escondidas para verse
Luna baila de día junto a Sol de las manos
Solo así, distantes para siempre quererse.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

SOL Y SOMBRA.


Sol en la cumbre,
sombra en el bajío,
cristalino es el río,
por incipiente lumbre.
                            
Entre la hierba el grillo,
trova desafinada sonata,
indiferente en su estribillo,
la rana sigilosa lo mata.

Y el sol se torna bravío,
quemando verdes follajes,
como así quema el Estío,
sembradillos en el paraje.

La naturaleza y el amor,
son de sumo cambiantes,
tantas veces excelso calor
o frialdad de luna menguante.

Perpetuos como sol y luna,
alternos como noche y día,
y unidas dos almas en una,
son del amor regia ambrosía.

Sol y cumbre son extremos,
como desilusiones y anhelos
que entre esfuerzos supremos,
intentan surcar los cielos.


Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

sábado, 9 de mayo de 2020

ME VAS A ENCONTRAR.


Me vas a encontrar mirando el horizonte,
y contando después las miles de estrellas,
para encontrar la del reflejo que deja estelas.

Me vas a encontrar suspirando con los ojos
bañados en recuerdos, me vas a encontrar
con la boca sellada, solo dejaré que hable la pluma inspirada.

La noche llegará llevando en su mochila ausencias,
y un silencio intenso, que descargará en mi aposento,
como hace siempre, yo seguiré en la ventana,
mirando la estrella iluminada.

Me vas a encontrar serena, aunque el alma esté rota,
porque quiero que veas en mi a una guerrera, que sabe
que a la fuerza te coses en la piel, las derrotas,
y como los felinos hacen, lamiéndose las heridas siempre a solas.

Me vas a encontrar paseando por la orilla del mar,
y un día me vas a encontrar al final del camino,
preparada ya para  llegar a tu nuevo y eterno destino.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

LA BELLEZA DE LA CONSTANCIA.


La belleza de la constancia,
el mérito extraordinario de la persistencia,
la extrema valía de la resistencia,
mi respeto y admiración hacia la resiliencia.

La belleza de la constancia,
Es muchas veces secreto del éxito o de supervivencia,
no sólo en el arte, en el amor, o en la escritura,
sino también para afrontar la vida.

La constancia continua en el trabajo,
hacer todos los días lo que marque tu conciencia,
adecuar tu esfuerzo a tu capacidad,
pero siempre ser ejemplo, quizás aportar un poco más.

La constancia como ejemplo a tus hijos,
no ser brillante que es distinto,
Ser constante en esfuerzos y sacrificios,
poder legitimar con tu ejemplo un rango.

La constancia en el cuidado de tu cuerpo,
no ser obeso, ni excesivamente descuidado,
aunque estés felizmente casado,
si te ves Bello o sano estarás más satisfecho.

La belleza de la constancia,
constante en agradecimiento al cariño recibido,
persistente en la defensa de la justicia,
constante , a tu ritmo en las caídas, y en las alegrías.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

QUE NO SE TRUNQUE LA VIDA.


Dejar que el viento acaricie,
dejar que el roble de sombra,
dejar que sea la artífice,
la voz que adorne la boca.
Dejar que el amor sea el fin,
que en el corazón se aloja.

No dejar que el odio anide,
ni sea el rencor la victoria,
que nade apacible el cisne,
que trine alegre la alondra.
Que no se pongan fronteras,
al corazón y a quien ame.

Tiembla el tallo con la brisa,
y con el amor la carne,
como conmueve las fibras,
el sentimiento que nace.
Que no frene la avaricia,
la verdad de quienes hablen.

Dejar que crezcan los árboles,
que la tierra sea la madre,
que a los seres amamante.
Dejar que viva el distinto,
con sus derechos , sin hambre,
sea la humanidad la clave.

La diversidad enriquece,
praderas, montes y valles,
en la múltiples especies,
de seres que aman y sienten.
La paleta de colores,
que da belleza, sin nombres.

Amar sin tregua y sin prisa,
que se funda en el paisaje,
que solo existan cadenas,
de personas que se abracen.
Brazos y manos se extiendan,
para ayudar a quien yace.

Se va aproximando el alba,
con sus cristalinas luces,
la luz poblada de vidas,
pero que no falte nadie.
Que el mar sea un lago sin ira,
donde la vida se bañe.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.