domingo, 21 de junio de 2020

DETRÁS DE LA PUERTA.


Escribo mis versos en una taberna.
Los miro instalarse en la rueda
del tiempo que tengo
gozando una plena.

Yo escribo los versos sonoros
vestido de fiesta.
Apunto a la luna con una escopeta
rellena de dulce de fresa
y beso la jarra de vino
con labios de hoguera.

Me embriago de luces
y voy caminando a la esquina
del sol y la luna
ansiando los fuegos
que anidan en ellos.

Hay noches que leo mi historia
con lentes viajeros
son ellos gigantes maestros
que cuidan la huella
que deja en mi puerta el dueño del circo
que alegra la escena.

Hoy veo la vida pasar
en paz y sosiego.
No temo a la muerte
y voy a pedirle que espere diez años
detrás de la puerta.

Su ausencia me otorga la gracia
de amar sin mesura.
Con cuatro claveles
y cinco laureles
yo invoco a la diosa del beso
le leo unos versos eróticos
y ella permite que el tiempo
transcurra más lento.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

QUIÉN SABE ...


Quién sabe si el viento sabe,
quién sabe si el árbol piensa,
quien conoce la verdad,
que en la oscuridad se encierra.
Quién sabe si la mar sabe,
quien en sus aguas navega.
La sabiduría se esconde,
en las más lóbregas cuevas.

Sabe el sabio en su ignorancia,
que hay más misterio que ciencia
y en su no saber se encuentra,
la verdadera sapiencia.
La piel al amor recuerda
y en su memoria se queda,
la caricia del ayer,
grabada a fuego en la piedra.

Saber que el saber embebe,
de la vida sus esencias
y construye el intelecto,
para generar ideas.
La planta sabe que el Sol,
da a su cuerpo su apariencia
y nutre gratuitamente,
la savia que la sustenta.

Sabe la vida que el tiempo,
marca su endeble existencia,
sabe que solo el amor,
vence al tiempo con su fuerza
y así sabiendo que sabe,
que su vida es su conciencia,
vive tambaleante entre dudas,
sin apenas darse cuenta.

Quién sabe si el verso es fruto,
del subconsciente que piensa
o vive en el interior,
como la sangre y las venas.
Si sabe que su voz queda,
a grito puede cambiar,
en aclamada protesta,
también tornar en dolor.

Saber sin saber sabiendo,
que se quedan sin saber,
quienes mirando sin ver,
observan solo lo necio.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

TE VI.


Te vi por primera vez y quede delirando sentimientos ruidosos, me gritaban que me acercara, te hablará, te motivará a seguir viéndome a la cara para que de mí ¡sí! De mi te fijaras; te enamoraras; y que poco a poco en tu corazón mi alma hiciera cama.

Te vi pasar y no pensé que fuese todo tan profundo, que el tiempo en que te vi se detuviera, quedándome en la utopía de tus pensamientos, muy sediento cada vez que te escrito mientras recuerdo aquel momento en el que te vi pasar sonriendo.

Mientras hoy me enfocó en tus pensamientos pierdo los míos, mientras solo te veo, me olvido del todo y lo desconocido, mientras escucho tu voz, me siento en un mudo sin sentido, pero el sabor de tu vos conquista más que todas mis poesías, tu voz tan dulce me ilumina.

Con un profundo suspiro mío, pienso que serías la perfección maravillosa de mi vida, que me pongo a tu pies con tan solo un gesto tuyo, que pienso en tu presencia esa que me alimenta, que desde aquel momento en que te vi, mi tiempo se detuvo por siempre.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

BASTANTE NO ES SUFICIENTE.


Puede parecerles poco,
o que no fue suficiente,
pero es cuestión de la fuerza,
de la sangre en los torrentes.

Puede parecerles poco,
o que el tiempo ha sido escaso;
pero es cuestión de la esencia,
cuando estuviste en mis brazos.

Puede parecer en vano, 
o que fue larga la espera;
pero, es cuestión de una chispa
para encender una hoguera.

Puede parecer que el tiempo,
dijo que  ha sido “bastante”,
pero es cuestión de un instante,
de tus ojos en los míos.

Puede parecer que el frío,
ha invadido lo restante,
y que no he dicho palabra,
y que hasta he sido cobarde.

Pero el amor está vivo,
y no peca de coherente.
El amor es más que el tiempo.
¡bastante, no es suficiente!




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

CARTA DE CONFESIÓN.


Estimada:

Me entregué a la mentira al decir que te olvidé, de que ya no te extraño ni te guardo cariño y que me siento más vivo; que lo nuestro es pasado, que ya todo ha terminado, que ya no hay un "continuará" sino un punto final.

Me engaño ya que la fantasía es mejor que la verdad, porque en la realidad te reflejas en mis versos, de ti trata mi cuaderno; testigos son mis desvelos, está enmarcada soledad Perdón por la intensidad, este es mi mayor vicio: no soy tibio para amar.

No me resumo en ti porque tú eres el principio del fin, de todo lo que he sentido, de todos los gemidos, de los momentos que he llorado, de los que dormí amargado, de los que felicidad me han dado, del nacimiento y el funeral de un amor quebrantado.

Si tu amor era el mar yo era el marinero; mi nave ha naufragado en la isla del remordimiento; si tu cuerpo era mi patria, yo era tu soldado; hoy me encuentro exiliado y  esta es la condena, el destino del Amante que se enmarca en la lejanía del ser amado.

No es que quiera volver, sino que quiero iniciar otro nuevo camino que me lleve a buen puerto contigo, donde ya no me engañe y trate de convencerme de que no te quiero, de que no te extraño y que no quiero estar a tu lado;

Si ya no pertenezco más al reino de tus anhelos, de tus "te amo" y tus dulces "te quiero" déjame aquí tirado, donde siempre estuvieron tus peros. Me volveré olvido, tu te harás eternidad, en mis poemas estarás y en mis sueños quizás, tristemente célebre final para un amor sin igual.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

sábado, 20 de junio de 2020

LA CITA.


Despojados de las caretas y corazas,
Con las que acostumbramos vestirnos
Para el diario vivir;
Nos encontramos,
Como metódico ritual en nuestras vidas,
Como  fórmula alquímica
Del arte de vivir.

Intercambiamos fragmentos luminosos
De tu ayer y mi ayer
Y en tetera cantarina los escalfamos
Como escalfan los chinos el té.
Los bebimos sorbo a sorbo,
Decantando los recuerdos, degustando
Sus nostalgias umbrías y su mágica luz.

Las horas nos trataban con respeto,
Como si a dioses contemplaran,
Y en un acto reflejo, inesperado,
Sincronizando tus sentidos y mi sentir,
Nos quitamos los años de los hombros
Y por un breve instante
Nos sonrió juventud.

Bregamos por la mar de los recuerdos,
Apartando los deformes de los bellos;
Confeccionando, entre risas y suspiros,
Historias de café,
Donde tu vida y la mía, entrelazadas,
Iban tejiendo la urdimbre de una historia
Ajena a los demás.

Sentados, mirando al horizonte,
Descubrimos que el tiempo no es quién pasa
Y que muere quien no aprende a vivir.
Con la voz delesero,
El presente volvió.
Y se tragó la luz de los recuerdos
Con la barca y la mar.

Mientras el hoy me pinta lo despinto;
Mientras me quita y le quito y nos quitamos;
Abro mi agenda para anotar en ella
Nuestra próxima cita.
En tanto llega, mientras te vas,
Los fragmentos luminosos que me diste,
Me bastan para vivir.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

PUDIMOS SER Y NO FUIMOS.


Aunque nunca llegué a saber
 como era la textura de tu piel,
 que sabor tenían tus labios,
 tampoco llegué a saber
 como era caminar de tu mano
 ni saber si juntas encajaban.

 A pesar de que nunca
 llegué a sentir tu aroma,
 ni a memorizar tus miradas y tus gestos,
 a pesar de todo eso
y aunque no lo creas
 dolió no hablar contigo todos los días.

 No sabes cuantas noches
estuve pensando en escribirte
y decirte que si te quería
 que ya estaba empezando
 a sentir algo más fuerte,
pero por si no sabías
 en una guerra los dos lados
 dan todo de sí para ganar,
 y no es que hicieras mucho que digamos
para lo que estabas intentando funcionará,
créeme que si quería que funcionará,
solo las cosas no se dieron
 créeme que aún en este momento, 
pienso en todo lo que pudimos ser tu y yo,
 pero nunca fuimos.

 No sabes el tiempo que pasó leyendo
una y otra vez de principio a fin
nuestras conversaciones,
 todo lo que planeamos,
 pero se quedó en simples y vanas palabras,
 solo palabras que se dijeron,
 créeme que también pienso
 en lo que pudimos ser y no fuimos.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

COMO NADA EN LA NADA.


No abarates la vida,
que el valor avasalla,
la sintonía precisa,
de la noche y el alba.
No rebajes la esencia,
del aroma que emana,
del ser que se reaviva.

Cuando el asfalto quema,
la verdad se retrasa,
como un Sol que se oculta,
en la invisible nada.
Un alma que camina,
con la voz desgajada.
La presencia sin nombre,
del amor que acechaba.

Corazones de arena,
que las olas azotan,
separando los granos,
que conforman y besan.
Un latido se olvida,
del latido que pasa
y el matiz que condena,
porque no sabe nada.

No reduzcas el ansia,
de la sutil idea,
que en su febril estancia,
cabalgando se queda.
No maltrates los ojos,
de mirada serena,
no rompas la madeja,
de los hilos que abrazan.

Una premisa llora,
una lágrima rueda
y la faz misteriosa,
refulgiendo se alegra,
en la límpida piel,
de la esperanza nueva.
Una cigarra canta,
si la hormiga la deja.

Amor de terciopelo,
henchido de fragancias,
de espinas tachonado,
como una bella rosa.
Los pétalos del sueño,
alegrarán la almohada
y una imagen curiosa,
romperá la mañana.

Se ha quedado sin nombre,
como nada en la nada,
en la cara que esconde,
la sutileza vana,
del gris de la otra cara.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

viernes, 19 de junio de 2020

BESÓ LA LABORADA AL ÚLTIMO VERSO.


Si acaso poder pudiera
arrancarme el corazón
a tus pies te lo pondría
aunque pisaras mi honor,
y al derramarse mi sangre
moriré con la ilusión
que escribí mi último verso
cuando al verso luz le dio.

Mas si te es insuficiente
también el alma te doy
si acaso poder pudiera
te regalaba los dos,
y al corazón junto a mi alma
para ti sin condición
como flor te los daría
te los daba como flor.

Y si tampoco te alcanza
a mi mente y mi razón
los sacaba a mi cerebro
para hacer un eslabón,
pues si poder yo pudiera
con tan solo oír tu voz
una cadena yo haría
para encadenar tu amor.

En fin, te entrego mi vida
mi vida toda te doy
si acaso poder pudiera
te convertía en mi Dios,
pero poder ya no puedo
porque te vas con el sol,
una visión es mi Musa
es mi Musa una visión.

Cada noche una mujer
cada noche un nuevo amor
y mientras ella me inspira
mi enemigo es el reloj,
si acaso poder pudiera
fuera de día escritor,
mas soy soñador nocturno ...
soy tan solo un soñador.

Para acabar el poema
solo un verso me faltó
no pensé poder y pude
declararme vencedor,
porque llegó la alborada
y a mi Musa luz le dio,
ya escribí el último verso ...
pues al irse … ¡Me sonrió!




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

NAVEGANDO, NAVEGANDO ...


Surcó el mar de los deseos,
en el batel de sus ganas
y arrulló junto a su pecho,
el amor que le quedaba.
Soñó despierto al timón,
mientras el blanco velero,
en la mente navegaba.
Vivió sin saber viviendo,
el pensamiento en el alba.
                                       
Quereres que se perdieron
o en la oscuridad quedaron,
pululando entre las nieblas,
de los sueños olvidados.
Andares que se plasmaron,
como grabados a fuego,
entre las sombras chinescas,
de los nebulosos vetos.

Cantó sin pausa el poeta,
con los labios en silencio,
la voz preñada de tiempos
y a flor de piel los recuerdos.
Soñó sin soñar que amaba,
como solo ama el anhelo
y volcó sobre su espíritu,
la pasión que le quedaba.

Pensando cruzó la vida,
entre dudas y tropiezos,
dejando sobre la almohada,
lo banal y verdadero.
Anduvo errante entre ideas,
con los brazos entreabiertos
y amó sin saber que amaba,
lo que llevaba por dentro.

Caricias que se quedaron,
que en la piel fueron luceros,
amantes desarbolados,
sin saber si eran auténticos.
El amor se fue adentrando,
entre la carne y el hueso
y se desnudó la vida,
al ver su hermoso secreto.

El tiempo se fue sonriendo,
a carcajadas o serio,
mirando cómo se iban
o venían los deseos.
Los ojos grises de bruma,
se posaron en silencio,
como nubes tormentosas,
sobre el invisible lecho.

Huellas quedaron impresas,
sobre el corazón sincero
y amándose entre los tálamos,
quedo enterrado el secreto.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

jueves, 18 de junio de 2020

SE MEZCLAN LOS OTOÑOS.


Ahora vengo yo
estático como la tierra
cuando empieza el otoño
y se desnudan los árboles
con las yerbas secas
y queda la tierra inmóvil
mientras el río
mueve sus aguas
viviendo hacia el mar.

Gritan las flores
silban los vientos
y la quietud madura dentro.

Todo vive
como el fuego en la música
o se rizan arenas
como dunas pequeñas.

Se ensalza tu boca
cuando brillan tus ojos
en el plano amoroso
en la unión de los cuerpos.

Entrelazan raíces
tierra adentro
en el mar de las sombras
otoños oscuros
con largada del tiempo.
Las nubes delgadas,
cirros entre rejas,
mueven caminos sin saber
(nunca lo saben)
donde está la meta.
Grietas nuevas
entre el frío y la niebla
o cuando silba el cierzo
formando remolinos
con hojas viejas.

Esqueletos vivientes
subyugados por hacha
árboles ascetas
en meditación profunda.
Se adelanta la noche, precisa,
con sus luces de velas
todo está en calma
la tierra medita silenciosa.

Los ríos andan bulliciosos
siempre hacia su meta
que con murmullo buscan
todo lo que no ven y se preguntan.
Aguas inteligentes
ponen espejos plateados
para que la luna refleje
su estática mirada.
En sus combates distraída
entre las nubes y sombras
la tierra que está enjuta
anda reservando energías
para dar la nueva vida.
Transcurre un otoño completo
con todos sus elementos.
La tierra con voz ronca y renovada
canta con alabanzas en la opacidad de la niebla.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

ALLÍ HAY UN LUGAR ...


Allí hay un amplio lugar
para vidas diferentes,
donde se pintan sonrisas
con sus tonos estridentes,
colores de insuficiencia
con sus sombras permanentes,
donde mora el carnaval
para que baile la gente.

Es muy alegre el lugar
y guarda muchos senderos,
pues hay muchos caminantes
vestidos de aventureros.
Camina la soledad,
lleva sus ansias en cueros,
camina vanalidad
con los vacíos floreros,
la mentira y la verdad
entre palmas de rocieros,
un tren de pluralidad
que lleva muchos viajeros,
transporta diversidad,
pitos, flautas y flauteros.

Es un lugar encantado
que esconde plantas hermosas,
todas desprenden olor
en sus corolas acuosas.
Algunas huelen a brujas,
y otras, huelen como diosas.
Hay aromas que emborrachan
con sus neblinas gangosas,
pero hay otros que te ofrecen
emanaciones graciosas
que dejan suaves vapores
que recuerdan a las rosas,
todas ellas decoradas
con sus pinturas verdosas.

Es un bonito lugar
con los vientos muy graduables.
Hay vientos suaves y briosos
con direcciones estables,
vientos fríos y celosos
de direcciones variables,
hay vientos muy vaporosos
con el aire condensable,
y los hay de aire muy seco
que no es fácil respirable.
Los hay que son calurosos
para la piel irritable,
y los hay muy besucosos
para pieles maleables.

Hay magia en ese lugar,
es allí todo posible.
El más profundo silencio
puede resultar muy audible
y el más profundo vacío
es objeto muy visible.
Una roca muy pesada
podrá flotar dirigible,
y se podrá enamorar
de un pedrusco muy sensible.
Un árbol puede cantar,
el aire es un sumergible,
y por la necesidad
será un dulce comestible.

Allí hay un amplio lugar
para vidas diferentes,
es un lugar muy tranquilo
donde cuerdos y dementes
buscan sentir resonancias
comerciando sus nutrientes.
Es el eco religión
y allí, son todos creyentes..




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

SENTIMIENTO.


Qué dulce la palabra que retiene el silencio
el cálido contacto de tu beso en mi beso
la mirada que cruza de tu mar a mi puerto
el murmullo armonioso de este oleaje secreto.

Sentimiento sencillo, que regala un te quiero,
fina lluvia de otoño refrescando tu suelo
jardín donde florece apasionado verbo
que seduce el oído, y alimenta los sueños.

Piel de miel y canela,  donde duerme los versos
que despierta en aroma de jazmín y romero
delicado es el roce de los dedos expertos
descubriendo caminos, manantiales secretos.

Alma de luz y sombra, caballero discreto
espiga de lavanda, ojos de gris tormento
tu cabellera larga como noche de invierno
donde hilos de plata van tejiendo recuerdos.

Voz sensual que caricia, que aún me llega de lejos
que se quedó grabada en el tiempo perfecto
cuanto me lleva y trae esa risa en el viento
tu piel trigueña, suave donde nace el deseo.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.