Me recreo ante tu cuerpo
Como ante un paisaje imprevisto.
Me sorprende verte en la desnudez juvenil
Y ansío recorrerlo
Como una anhelada geografía.
Me ves pensando
En la umbría vegetal de algunas grutas
O en el agua del muslo
Donde brillas las venas.
Me perderé en un bosque
Que cruzo con mis manos
Y pediré una larga estepa
Donde los labios hablan.
Me ves sorprendido, anonadado,
Pensando en hablarte,
Y tú, mientras,
Abandonas al cálido primor del aire,
Te alejas de la luz que te navega,
Y si miro tus ojos,
Vuelvo al jardín oscuro
Donde es verano el verde.
Te miro otra vez
Y casi no te creo posible.
Fulges, encantas, guardas en tu cuerpo
El hechizo insípido de la tierra,
Y despacio sonríes al irme acercándome atónito hacia ti,
Mientras el sol nos cubre con su luz,
Nos desdibuja y nos va metiendo
En la inmensa y rubia tarde.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri