Brisa que acaricia mis estrellas.
Hermosura que juegas en mis olas.
Son los pensamientos que me acogen.
Eres una canción arrulladora.
Cada palabra e instante que conmigo compartes,
Son toques de hadas danzantes.
Eres fuego y emoción en este corazón,
Brasas que avivan nuestra pasión.
Eternos sean los deseos de nuestro conjuro.
Mientras tu corazón apasionado arrullo.
Mese mi alma como las olas,
Ninguna es igual por el viento que soplas.
Caminemos juntos este camino.
Conquistemos el cielo que está plácido.
Combinemos nuestras llamas apasionadas.
Conjuro que parece cuentos de hadas.
Bellos son los adornos que surgen en tu media luna,
Intrépidamente con los míos se vuelven una.
Naveguemos los versos de nuestro amor,
Que la vida luego nos pida perdón.
Trazado ha sido el camino de nuestro encuentro.
Nacen las vísperas que no tienen final.
Seamos en conjunto la luna,
El universo vamos juntos a conquistar.
Construyamos la torre de Babilonia,
Creemos códices eternos.
Metáforas que no se lleven el viento,
Nuestro destino escrito hasta el más allá.
Ven, danza, quédate y bésame.
Ven, quiéreme y encontrémonos.
Los designios del destino están dados,
Te invito a vivir nuestros sueños.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri