Estoy cautivo, pensativo,
pensado en mí mismo.
Cantando las versiones
de la vida sin descripciones.
Es bueno compartir un pedazo de ti
al instinto agitado que llevo en mí.
No hablaré de la vida, pero sí de tu risa
Que causaste cuando todo comenzaba a
derrumbarse.
Nos quedamos cortos para amar,
pero como punto final,
puedo agradecer los días infinitos
que comencé a extrañar
Ahora vienen los vasos y las noches
Que a veces ebrio estaba
Y como loco mareado, pensaba que tú estabas.
Te susurraba al odio, que no te vayas
Que aún hay tiempo para hablar
Y sobra para bailar
La pieza rota de un tonto niño
Que algún día soñó.
Tu mirada cristalina, sostenía la mía.
El piano guiaba todos nuestros pasos,
cuando era niño , cuando era niño.
Me doy cuenta que estoy solo,
Meditando tú presencia.
Creo que necesito, un poco más de vino.
Para que vuelvas o al menos
que mi conciencia se confunda,
Que estas aquí para mí
Autor
Antonio Carlos Izaguerri