lunes, 27 de julio de 2020

SINFONÍA DE PALABRAS.


Cada noche duermes tus sueños,
sobre hojas de papel, ya escrito,
que bañados con el eco de tu voz,
inundan mares de almas, hasta convertirlas
en la más pura de todas las poesías,
Estampas tu huella más sensata
en senderos luminosos, y tu voz,
inquebrantable, pasea por sus letras,
derribando con su eco,
las murallas de su fina memoria.
Dominas las palabras de los versos,
y avanzas por sus renglones,
como si flotasen en el aire,
manteniendo viva esa llama,
que junto al eco de tu voz,
las convierte sin dudar,
en las más bellas poesías.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

NO LA DEJES QUE SE VAYA.


Si sabes que ella te ama
Y tú no le has hecho nada,
Insístele que se quede
No le dejes que se vaya.

Si el amor entre los dos
Ha sido un amor bonito,
Llego el momento preciso
No la dejes que se vaya.

Si luchaste por su amor
Para evitar el dolor
Y buscar vivir mejor
No la dejes que se vaya

Cuando vives con amor
El amor nos nutre el alma
Y si tu mucho la quieres
No la dejes que se vaya.

Cuando se inicia un amor
Mucho debemos luchar
Y para no luchar solo
No la dejes que se vaya.

Si el amor fuese eterno
Nunca se acabaría,
Pero es mejor entre dos
No la dejes que se vaya.

El amor es siempre sano
Y nada lo debe dañar,
Para que nunca estés triste
No la dejes que se vaya.

Si su amor recuperaste
Mucho lo debes cuidar,
Evita hacerle daño
No la dejes que se vaya.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

EN MIS NOCHES.


En mis noches
tú vienes de prisa,
me besas
y me dejas tu risa,
te confundes
con mis pecados
y te escapas
cuando has amado.

En mis noches
te paseas conmigo,
yo soy el amante
y también el amigo;
me persigues hasta
hacerme cautivo
y entre tus rejas
¡sí que he vivido!

En mis noches
deslizas tus manos
por mi cuerpo
y así nos amamos,
tus temores no existen,
tu pudor se desviste
y me dejas ver
lo que jamás permites.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

VIAJA LA NOCHE SERENA.


Rimeros de sensaciones,
como cascadas de ensueños.
Vibrantes voces ocultas,
que susurran emociones.
Cataratas de recuerdos,
como torrentes de sueños.
Notas que vienen y van,
como sentidos arpegios.

La sangre envuelta en pasiones,
busca el corazón a tiempo,
en cada latido ansía,
un torrente más intenso.
La gravedad se desprende,
del humano desperdicio,
aflojándose los hilos,
que cosen los sacrificios.

Repta el ánimo aterido,
en busca de lo divino
y va tejiendo jalones,
para alcanzar al instinto.
La boca abierta a otra boca,
sortilegios redivivos,
buscando con los alientos,
enzarzarse en un ovillo.

Temprano llego la aurora,
para despertar al mito,
en sus ropajes de seda,
en sus rostros variopintos.
Nubla el sueño cuando el alba,
temprano ocupa su sitio.
Los deseos se quedaron,
presos a medio camino.

Gota a gota, como notas,
de un diapasón de suplicio,
va entrelazando la hojas,
que se desprenden del libro.
Los ojos entrecerrados,
manteniendo el equilibrio.
La vida construye el sitio,
donde dormitar su sino.
          
Viaja la noche serena,
plata y nata, como un mimo.
La flor plegando sus ojos,
para después revivirlo.
La calma llamó al amor,
con exigencias de niño
y el mar de los arrebatos,
tornó sus voces en gritos.

Ligera brisa que ama,
la faz que mira con brillo,
querencia pura del alma,
que se entrelaza al sentido.
Besó sin pensar la cara,
que reflejaba cariño.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

NO SOY DE NADIE.


No soy de nadie.
Me hice el amor durante mi holocausto.

Pasé horas viéndome en el espejo pensando de forma constante el por qué estoy viva, buscando un significado para no dar fin a mi vida, me perdí en mí. Deje de pensar, note el color de mi piel y la suavidad de esta, el cómo se sentía tocarme y mi propio calor. Una idea paso por mi mente: "¿Alguien te ve como tú lo haces?", noté cada parte de mi cuerpo, observe mi habitación con atención, me gusto ver los libros tirados y la taza de té con una marca de labial café. Saboreé mi saliva después mordí mis labios, me sonroje y una risa pícara salió de mí, me gusté.

Deseé poseerme, auto aclararme.
Nadie me tocará sin causarme dolor.
Nadie me verá con atención.
Nadie me entenderá.
Nadie mantendrá mi interés.
No amo, no odio a nadie.

Me invité una cena con una copa de vino rosado, puse un suave jazz, me hice el amor al caer la noche. Ya extasiada tomé una navaja corté a lo largo de ambos brazos. Me miré desnuda al espejo mientras mi sangre caliente me recorría de acuerdo a la gravedad, mis extremidades se helaron. Me vi tirada en el suelo, la música sonaba, un ángel negro, la muerte me visitó.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

domingo, 26 de julio de 2020

EL AMOR QUE EN MÍ FLORECE.


Me avengo en este ir y venir de las cosas
en una intelección amorosa del mundo
que me atrapa, en su devenir connatural
como una solemne advocación perentoria.

Me dejo seducir por las pardas luces
de un atardecer que se vuelve eterno;
me acicalo los recuerdos del alma,
suspiro y nuevamente vuelvo a creer.

Nada es claro cuando de soñar se trata,
forjas grandes castillos que al paso del aire
se desploman, así es el amor cuando
entra por la puerta sin ser invitado.

Crea submundos internos llenos de color,
nos hace fuertes, capaces de conquistar
lo inconquistable; es adrenalina pura
corriendo por todos nuestros huesos.

Y el amor que en mi florece es fuego,
atemporal y misterioso, luz que enciende
al corazón como bola de fuego, pasión
que resucita encaramándome al universo.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

¿QUÉ ES EL ALMA?


El diccionario y los psicólogos nos dicen lo que es,
como parte inmaterial o espiritual de un ser vivo,
y que el alma no muere, es eterna.

El alma está sobre todo en sitios determinados,
aquellos lugares que has estado con el amado,
notas como llega una brisa suave, y nos besa,
piensas; eres tu amor mío que estás a mi lado,
y sigue acompañándote mirando el mar azulado,
o el vuelo de las aves, que van el horizonte perfilando.

O cuando escribes un poema, o lees alguno intenso,
de un poeta excelso, o de un buen compañero,
o cuando escuchas una bella melodía, entonces el alma tiembla,
porque la emoción nos llega.

Notas a veces que el alma te da toques de aviso,
como si fuera un pequeño ''Pepito grillo'',
y se emociona mirando un bebé dormido,
o los ojos de tus hijos, o un pajarillo cuidando de su nido,
y al día siguiente como canta y los alimenta con cariño.

Subes a la cima más alma y contemplas el panorama,
se asoma la luna roja como la grana, porque tuvo un eclipse,
luego al atardecer, el sol se irá a dormir, pero sabes,
esperas, contemplas como el cielo de color va teñir.

Y recuerdas cuando unías tu cuerpo al del amado,
entonces se fusionaban las almas en una de sola,
y añoras, sigues amando y el alma duerme a tu lado,
sabe que dejas deseos y anhelos bajo la almohada,
y te acompaña...eso para mi es tener, y sentir el alma!




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

MIS DEMONIOS.


¿Si te digo que te elegí a ti para vivir conmigo el resto de mi vida?
¿Y si descubres los miedos que escondo detrás de mi "linda sonrisa"?

Qué hay si te hablo cada noche de los demonios que habitan en mi cabeza y se exaltan al ver que no tienen nada malo planeado para ti, que incluso ellos piden a gritos que te quedes para poder estar calmados, piensan que eres nuestra salvación y lo confirman cada que estamos cerca; sé que eres para mí porque cada vez que te alejas los demonios de mi cabeza sienten morir, sienten matar a cada persona que quiere ocupar tu lugar, ése que es solo tuyo, como yo me declaro.

Cada vez que te vas y mis demonios se quedan solos y no entienden que han hecho mal, ellos sienten matar a cada persona que no es capaz de entender que te aman con locura, porque cada vez que no estás me matas a mí y a todos los demonios de mi cabeza.

Aunque ciertamente no logro entenderlo, no comprendo el gran amor que sienten por ti, ni siquiera comprendo en que momento fueron capaces de quererte tanto, mucho menos recuerdo el momento en que ellos se dejaron seducir por ti.

me pregunto:

¿Qué te vieron a ti que no quieren conocer de nadie más?
¿Qué encuentran en ti que no quieren buscar en nadie más?
Quizá que ellos se enamoraron de todos tus demonios, o quizá de tus ángeles.

Aunque ahora, a mitad de estas confesiones puedo decirte que yo también dejo que ellos me controlen, que me convenzan, dejo que sus manipulaciones sean bienvenidas y cedo ante sus súplicas porque son bien correspondidas, son muy bien entendidas, porque no solo ellos te aman, yo lo hago también.

Nunca había conocido un infierno en el que mis bellos y tan dementes demonios disfrutaran tanto arder, no había conocido un infierno en donde la condena me sonara más a placer, a vida.

¡Éstos malditos demonios no entienden!
¡Ellos no ceden!
¡No escuchan otra voz!
¡Ellos no prestan atención a otros ojos!
¡No quieren contemplar otros malditos hermosos ojos!
Reclaman cuando no estás, ¿Por qué maldita sea no estás? Reclaman no poder oler tu cabello y no poder peinarlo.
¡Entiende que te amamos, más estos demonios!

Ellos te aman tanto a ti y a tu tan bello cabello, aman tus manos que son tan suaves, tan suaves y cálidas como se siente estar a tu lado.

Y es que cuando no estás nos matas un poco, siempre anhelamos regresar junto a ti, no queremos que nos dejes morir, no nos dejes morir. Nos matas de augurio, ansiosos porque regreses, pero no solo yo, también mis demonios; estamos ansiosos por probar de nuevo tus labios y estar entre tus brazos, solo para volver a vivir.

¡No te vayas, haznos vivir!




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

NO SABE, QUIÉN SABE.


No canta porque si el mirlo,
ni cae la lluvia por nada.
No llega la madrugada,
por azar o por nostalgia.
No brilla el Sol por capricho,
ni son las vidas tempranas,
por un mero sacrificio.
Todo gira y se conmueve,
por sentido y por sentirlo.

Todo emerge y se sumerge,
como el amor y el cariño.
La flor nace y se marchita,
para mostrar el camino.
Todo renace y fenece,
todo se expande y contrae,
como el corazón de un niño,
como burbuja en el aire.

No sabe el ave que es ave,
ni el viento sabe que es viento,
no conoce el fuego el tiempo,
ni son conscientes de serlo.
La voz no sabe que es voz,
porque solo es un sonido,
otra cosa es la palabra,
que nace de los sentidos.

Volver a los mismos pasos,
que grabados en granito,
en las mentes se quedaron,
para ser reconocidos.
Saber y reconocer,
cada paso que anduvimos,
con la impronta de las huellas,
impresas hito tras hito.

No sabe el tiempo de amores,
ni de penas ni de ritos,
implacable se desliza,
como un sibilante ofidio.
No sabe el verso que es verso,
sin sentirlo ni vivirlo.
La vida sabe que es vida,
porque nace del instinto.

Todo cambia, todo muta,
todo es vital y es extinto,
todo nace y se deshace,
cada matiz es distinto.
Todo se aleja y retorna,
pero con otro vestido.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

sábado, 25 de julio de 2020

EN EL CORAZÓN DEL VERSO.


En el corazón del verso,
vive silente la estrofa,
esperando al Universo.
Busca pensando las rimas,
o aparecen como flecos,
descolgándose sin prisa,
de las letras y sus ecos.
Inmersa está en el silencio,
como una cautiva rosa.

Siempre viva la nostalgia,
que agranda sus ojos negros,
mirando entre las fragancias,
que va dejando el recuerdo.
Su voz es queda y precisa
o intempestiva en exceso.
Así el verso se desliza,
con la realidad y el sueño.

Caminos intransitables,
de trampas, broza y deshechos.
En la espesura selváticos,
follaje oscuro y espeso.
Abriendo camino sueña,
el poeta con tenerlos
y miles de encrucijadas,
ponen en jaque sus versos,
vibrando su tenso aliento.

Figuras de filigranas,
entre recónditos huecos,
fisuras de ansias tempranas,
tejidas de versos frescos.
Amores entretejidos,
escapando entre los ecos,
de las verdades humanas.
Vientos calientes o frescos,
vibrantes o circunspectos.

En el corazón del verso,
se cocinan los latidos,
que palpitan como plumas,
aireadas por el aliento.
Matices entre las brumas,
de abandonados pertrechos.
A flor de piel la nostalgia,
que se recrea de nuevo.

Piedras que aparecen vivas,
para hacer puentes o muros,
para encerrar o extramuros,
construir refugios de tiempo.
Volcar sin pausa la esencia,
que vive anclada en el centro,
en el centro de los versos,
como pavesas, inquietos.

En el corazón, el verso,
con el amor va creciendo,
salpicado de las dudas,
de sus taras y defectos.
Abraza la rima al tiempo,
como abraza la criatura,
a su inmediato sustento,
en el corazón del verso.






Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

SOÑÉ CONTIGO ANOCHE.


Soñé contigo a noche y no se que pensar.
No se si fue casualidad o del destino una señal.
Te veía claramente, tan bella como siempre
me observaste fijamente y me sonreíste de repente.

Te tomaba de la mano y sentía tu calidez,
la alegría que en algún momento me dió tu ser.
Caminábamos y hablábamos de la vida
te veía y solo me sonreías.

No se que es lo que ello signifique.
No se si deba buscarte y de la mano llevarte.
Pienso que el hecho de que no me hayas hablado
es indicativo de que ya me has olvidado.

Espero que te encuentres bien,
yo te extraño, te quiero a mi lado.
Pero sé que obligarte a querer
sería nada más un desagrado.

Creo que esperaré a que el tiempo
por sí solo haga de las suyas.
Que de mi corazón borre este amor
y que pueda eliminar esta ilusión.






Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

viernes, 24 de julio de 2020

DAME TU MANO AMOR MÍO.


Dame tu mano amor mío
Y no me dejes caer
Sujétame con firmeza
Demuéstrame tu poder

Dame tu mano amor mío
Necesito de tu ayuda,
Tú sabes que yo te amo
Que no te asista la duda

Dame tu mano amor mío
Y no me la sueltes más
Porque el amor que te tengo
No se acabara jamás

Dame tu mano amor mío
Para sentirme segura
Y reforzar este amor
Para una vida futura

Dame tu mano amor mío
Llévame siempre contigo,
Porque solo a tu lado
Siento un cálido abrigo

Dame tu mano amor mío
Quiero recorrer el mundo,
Para perderme en tu amor
Como velero sin rumbo

Dame  tu mano amor mío
No me vayas a soltar,
Porque un amor como el mío
Jamás podrás encontrar

Dame tu mano amor mío
Aprétala sin medida
Para que este amor tan puro
Sea para toda la vida

Dame tu mano amor mío
Sola no puedo vivir
Y mi amor es todo tuyo
No lo puedo compartir.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

CON LA VERDAD DESNUDA.


Con la verdad desnuda,
se enfrentó a la locura,
de la dura vorágine.
Los pasos de gigante,
se quedaron exánimes,
de sortear obstáculos,
de acometer corduras.
En la realidad cruda,
se abrazó a la ternura,
se pausaron los pasos,
con la verdad desnuda.

El riesgo no es minúsculo,
cuando todo se entrega,
siempre a cortacorriente,
enfrentándose a la duda.
La pasión es el arma,
que al gran amor impele,
el impulso que ensalza,
el valor que conmueve.
La alegría y la amargura,
andan siempre presentes,
con la verdad desnuda.

Se ha cubierto de musgo,
la verdad cristalina,
donde anidan grupúsculos,
que la infectan y enquistan.
Se ha quedado la aurora,
en vapor sumergida,
ocultando las luces,
de su claridad lúcida.
Se ha cubierto la esencia,
de grumos que la ensucian.
Mientras pasa la vida,
con la verdad desnuda.

Con la verdad desnuda,
se tachona el camino,
de amores que maduran,
en la esencia translúcida,
de una belleza mística.
Con la verdad desnuda,
se han poblado los campos,
de vidas que respiran,
de enamoradas voces,
en el rocío que brilla,
con la verdad desnuda.

Con la verdad desnuda,
se viste el sentimiento,
de ropas de alma pura.
Se ensanchan los pulmones,
los prejuicios se achican.
La palabra es más suave,
más viva la alegría,
las miradas más limpias,
los versos más enteros.
Con la verdad desnuda,
se arropa a la criatura.

Que la verdad desnuda,
en las entrañas viva.


Mi patria es la Humanidad y mi bandera mi piel. Mi religión la conciencia y la razón es mi Ley, Mis sentimientos mi Secta, aprender mi fortaleza, mi meta el conocimiento y mi cuerpo es el vehículo, que transporta lo que soy...



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

CARTAS DE AMOR.


Fui tan niño al ocultarte que te amaba en secreto, me sentía tan nervioso cuando tan solo te veía de lejos, sentí un tierno sentir por ti y tus locuras, me sentí tan enamorado que en el hoy lo pienso y me causa ternura.

Te escribía cartas de amor con dibujos de corazones, te escribí tantas veces pero nunca el valor de entregártelas tuve, te escribía lo hermosa que estabas, te veía sonreír y era un dibujo el que te realizaba, te sentía tan cerca de mí, pero estabas a kilómetros; fuiste el amor que en cartas, quedó escrito.

Me sentía tan importante al gustarme la niña más bella que mis ojos pudieron apreciar, me sentía tan bien, cuando tus ojos se cruzaban en mi andar; me sentia enamorado aunque nunca te enteraste, me sentía en ocasiones como un tonto, pero en cartas de amor me sentía vulnerable.

Te escribí cartas de amor, describía sentimientos, escribía cada cosa que mi corazón sentía cuando te veía cada momento, te escribi muchas veces, describía tu ternura, describía en esas cartas que eras para mi la más hermosa, te escribía cartas de amor pero nunca te llegó una.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

A LA DISTANCIA.


Te escribo a la distancia,
un verso en el recuerdo,
en las memorias olvidadas,
que dejamos en el tiempo.

Junto a las sonrisas, a los besos,
a las miradas y los gestos.
Junto a los detalles infantiles,
dibujando los momentos.

Te escribo a la distancia,
sin rencor y sin despecho,
te escribo de madrugada,
porque te pensé de nuevo.

Pensé en cómo te veías,
en cómo me mirabas,
en la ilusión de tus días,
te veías enamorada.

Pensé en ese viaje suicida,
en la sensación de lo nuevo,
te pensé para toda la vida,
un sueño algo ingenuo.

Te escribo a la distancia,
mientras estoy acostado,
te escribo en esencia,
sobre cosas del pasado.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.