miércoles, 19 de agosto de 2020

A LA VIDA QUE RECLAMA.

Sigue el rastro de los años,

halos de viejos recuerdos,

cargadas van las alforjas,

llenos viven los cerebros,

mientras nace la cordura,

un embrión que crece dentro.

Una esperanza que rompe,

las entrañas, como un trueno.

                         

Llegó repleta de esencias,

efluvios de amor y anhelos,

atravesando la bruma,

del vientre vivo y auténtico.

De la carne generosa,

se escapó buscando el cielo

y en un valor infinito,

envuelto en amor su celo,

dio la vida, vio su aliento.

 

Asoma al aire la vida,

que presa llevaba dentro,

envuelta en amaneceres,

en primaveras de sueños,

de los néctares saciando,

su bello e ínfimo cuerpo,

embadurnado de vida,

de sangre, amor y deseo.

 

Llegó un soplo de alegría,

un torbellino de ensueños,

de realidades magníficas,

bordadas de bellos flecos

y prendida en los sollozos,

la esperanza va creciendo.

De ida y vuelta va el amor,

entre la carne y los huesos.

 

Acordes de una canción,

nueva melodía que rompe,

las penas del corazón.

La perfecta sinfonía,

de una vida que renueva,

la vida que la alumbró.

Una luz prístina y nítida,

exenta de odio y rencor.

 

Inundó de luz la estancia,

fresca ternura que emana,

vidas plenas, asombradas,

de una belleza tamaña,

a una belleza mayor,

que un gran artista plasmara.

Una exquisita fragancia,

perfumando en derredor.

 

Pletórica de emoción,

derramó su bello llanto,

grita la vida su canto,

canta con su propia voz,

a la vida que reclama.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

lunes, 17 de agosto de 2020

UNO A UNO LOS LLAMO.

borrables, invaluables,

ese suave roce,

ese deseo nuevo,

ese sentimiento encontrado, incierto.

 

Uno a uno los llamo,

evocando la sensación

evocando la imaginación,

de lo que fue y no fue,

de repetir, de no olvidar,

 

Uno a uno los llamo,

uno a uno de nuestros recuerdos.

 

y entonces imagino

imagino la niña delgada

de piel blanca y suave

 

y entonces imagino

la niña joven y sonriente,

de ojos verdes y expresivos.

 

Y entonces imagino

su voz cantante

su sarcasmo creativo

de musa que endulza mis oídos.

 

Y entonces imagino

que esta ella conmigo

y que hacemos el sexo

como amantes amigos

me pierdo en su entrepierna un domingo …  

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

ESOS BESOS QUE SIEMPRE QUISE DARTE.

Esos besos que siempre quise darte,

aún descansan en el lecho de mi boca,

con la esperanza vívida aunque rota,

de que pueda algún día al fin besarte.

 

De que pueda con mis manos dibujarte,

largas líneas de caricias en la piel

y probar la dulzura de la miel

de esos besos que tanto quiero darte.

 

Mas tornase mi empeño en imposible

cada vez que llego hasta tu frente,

y balbuceo palabras incoherentes,

y gélidas mis manos no te alcanzan.

Es el temor a tu rechazo quien me aparta

de la dicha de algún día poseerte.

 

Será que es tan pequeño mi valor,

que teme a tu desdén y a la derrota,

que en su pensar la posibilidad no toca

de que me des una respuesta positiva

que una tu vida con mi vida,

que junte al fin, tu boca con mi boca.

 

Me aniquila pensar que por mi miedo,

sea el tiempo quien te aleje de mi lado,

y que en el futuro mire a mi pasado

pensando arrepentido en cuanto quise amarte,

en esos besos que siempre quise darte,

en esos, que por cobarde no te he dado.

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

ERES TÚ ...

DEDICATORIAS PARA UNA AMIGA.

 

Eres tú, alegre, triste o desolada

que pones mis sentidos en batalla

como un viento rotundo que avasalla

dejando el pundonor enamorado.

 

Eres tú, sencillo, fresco y osado

segando un corazón con la cizalla

con boca que no rinde y no se calla

y firma un juramento maniatado.

 

Eres tú, cuna de tormenta pura

que burla a la razón con desafuero

y deja un sentimiento en la locura.

 

Eres tú, eco que resuena sincero

donando en la penumbra luz segura

y cura mi dolor con un te quiero.

 

 

Eres tú, sueño que vive consciente,

sueño de la realidad cautiva,

sueño de la subsistencia obsesiva,

sueño, que deja a este cuerdo demente.

 

Eres tú, sueño que vive creyente,

sueño de fe enamorada y furtiva,

sueño de la plegaria compasiva,

sueño de la esperanza permanente.

 

Eres tú, sueño sabor a hierbabuena,

sueño que quita al viento su sonido,

el sueño que enmudece toda escena.

 

Eres tú, sueño dulce de cupido,

sueño, felicidad de toda pena,

el sueño que soñando, ya he cumplido.

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

ENTRE TIERNOS ARRULLOS DE PÁJAROS CANTORES.

Entre tiernos arrullos de pájaros cantores

libaba la primavera el color de las flores,

aromas multicolores por el éter fluían

que en dorados sueños mi espíritu adormecían,

las dulces auras con sus blancos labios de seda

besaban suavemente la plateada alameda,

los cárdenos ardores de la alegre mañana

verdes se volvían junto a la fresca fontana,

a su lado una cervatilla bebía el viento

mientras sorbía el dulce licor con oído atento.

El ardoroso hálito mis fuerzas consumía

al acercarme lentamente a la fuente fría,

mi súbita presencia a la gacela asustó

y en un suspiro la plácida fuente dejó.

Al acercarme a aplacar mi ávida sed a ella,

en el fondo azul vi la imagen de una doncella.  

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

VOY A DECIRTE EN VERSOS QUIÉN SOY YO.

Voy a decirte en versos quien soy yo,

Para que cuando veas una rosa cerca de un

rio no me olvides,

y sepas que alguna vez sufrí por tu amor.

 

Yo soy el que te recuerda por las mañanas,

El que te sueña por las noches,

El que te busca entre mis sabanas,

El que te lleva en sus pensamientos,

El que al terminar el día te dice que eres bella

Como la primavera.

 

Ese que quiere saber si por el día me buscas,

Si conoces de mis deseos de besarte bajo la lluvia,

De acariciar con mis manos tus cabellos lacios,

Y de enseñarte la luna cuando te digo que te quiero.

 

El que busca entre tus palabras ,

El porqué de tus enojos, si tienes frio,

si tienes hambre de amor, si te hace falta ver el mar,

si te molesta mi ausencia,

o por que no estás aquí conmigo sabiendo que yo soy

el que te sabe amar.

 

El que trata de descifrar en tu mirada,

A que te sabe el agua del rio,

Como son tus días de domingo ,

Si te aburres por las tardes, si eres feliz con tu vida,

O si me recuerdas en las noches

cuando la soledad te visita.

 

Voy a decirte en versos quien soy yo,

Yo soy el hombre que de joven con poemas te enamoro,

el que está en tus desvelos,

él quiere verte alcanzar la otra orilla sin tropezar,

el que te haría feliz a pesar de la distancia

y que se quedó sólo mirando el horizonte,

pensando que como la brisa ibas a regresar.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

SENDAS, CAMINOS, SENDEROS.

El oscuro callejón,

donde se esconde la duda,

negro rincón donde muta,

la caprichosa opinión.

 

La razón quedó en cuestión,

al pensar que todo muda,

solo el tiempo no permuta,

en su inalterable son.

 

Palabras que son pregón,

de lo que vence y caduca,

el viento su rumbo oculta,

en su irascible interior.

 

Pasión frenética y cálida,

sutil y arrebatadora,

arrogante y seductora,

valiente, febril y loca.

Pasión que la mente nubla,

truena más,

que el mismo trueno.

Ardiente, se torna pálida,

cuando enmudece su acento.

 

Sonidos que el aire aleja,

como volutas de humo,

diluyéndose en el viento,

como una brizna, sin rumbo,

 

Caminos que diseñó,

en su caminar constante,

sembrando de duras huellas,

en busca de su destino.

Cuajado de sensaciones

y de emociones pletórico,

camina, siempre camina,

el eufórico pensante.

 

Un sendero laberíntico,

abraza dudas y sueños

y pensamientos recónditos,

acuden en su desvelo.

 

La senda se va cubriendo,

de pasos que la conforman

y van quedando pedazos,

de vidas que ríen y lloran.

 

Esa mañana radiante,

despejó la mente humana,

dando luz a las ideas

y a la pasión, la esperanza.

Caminó sin prisa, ufana,

ahíta de sabiduría,

en sus manos el valor

y en el corazón la calma,

salinas gotas de amor.

 

El verso el nervio cruzó,

para resaltar su esencia,

rima sabia en las retinas

y en la estrofa, el corazón.

Magia, que vive quien piensa,

que también sangra el amor.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

domingo, 16 de agosto de 2020

TU CUERPO DESNUDO.

Busqué en mi afán de acicalar mis letras

El mural que soportara mi condena,

Pues eran plomo las letras del poema

Con una trama trillada y obsoleta.

 

Con paso lento continúe mi andanza,

Y me encontré mojando mis letras en tu playa,

Sopló la brisa y me vino cuál metralla

La musa que hasta ahora no tiene semejanza.

 

Tendido estaba sobre fresca arena

El lienzo tan soñado, tan propicio,

Y fui cayendo cuál ave en precipicio

En vuelo enamorado y sin condena.

 

Tu cuerpo tan perfecto, tan desnudo,

Con esa simetría sinuosa y envolvente,

Me trajo pensamientos febriles y candentes,

Así como un amor alucinante y puro.

 

Tu piel madura y fresca enajenó mi mente

Tus labios tan besables tocaron a mi alma

Con su dulzura extrema me robó la calma,

Y me volví tu esclavo en éste amor Silente.

 

Invítame a tu isla y secuestra mis anhelos,

Que nuestras pieles sientan el golpe de las olas,

Y en número de besos juntemos caracolas

Y sean para siempre felices los desvelos.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

NOS VOLVEREMOS A ENCONTRAR.

Nos volveremos a encontrar,

aunque el mundo se detenga,

que no hay mal que por bien no venga,

para convertirse en libertad.

 

Nos volveremos a encontrar,

tal vez no seamos los mismos,

porque habremos de tomar otros caminos,

que nos lleven más allá.

 

Nos liberaremos de esta atadura,

que se nos ha impuesto

de alejarnos de los nuestros

y el amor por dentro se fecunda.

 

Un bicho ha tocado nuestra tierra,

que de corona se ha vestido,

no hay desastre que se haya vivido

ni vivos o muertos que la posean.

 

Porque en sus manos está el destino

de todos los que formamos la humanidad,

que de sus alas vuelve el camino

de la piedra que ha de tropezar.

Nos volveremos a encontrar,

no importa cómo ni cuándo,

todo habrá cambiado,

ya nada será igual.

 

A lo lejos del monte Olimpo

los dioses observan el descontento,

pues los titanes celebran desde adentro

el tormento que como humanos hemos vivido.

 

Pero en mi fuero interno

grito, la voz ahogada en un lamento

de ver la desidia de tantos muertos,

que se acumulan todo momento.

 

Y tú, que hablas de pérdidas,

yo te hablo de ganancias

porque del río brota esperanza

cargadas en sus aguas correntas.

 

Te repito sin cesar,

esto puede que termine,

pero cuando todo esto se deslinde

como las aguas que llegan al mar,

nos volveremos a encontrar.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

COMO UN MANANTIAL SE ALEJAN.

En un lugar recóndito,

donde todo es eterno,

solo existe el presente,

repleto de deseos.

Donde vive el instante,

cuajado de momentos.

Partículas de tiempo,

que flotan como versos,

entre nubes de sueños.

 

Se apropia la nostalgia,

en el sentido acento,

de un apacible tiempo.

Una fracción se aleja,

arrancada al recuerdo,

una brizna de ausencia,

una esquirla de beso,

una promesa efímera,

acudiendo a su encuentro.

 

Variopintos lugares,

donde el color es dueño,

lugares donde bailan,

las hadas y los elfos.

La variedad fantástica,

de formas y conceptos,

entretejiendo el tiempo,

de infinitos encuentros.

En la noche plateada,

el verso está despierto.

 

Corazón que palpita,

como golpes de viento,

sobre un pecho que grita,

henchido de deseos.

Se cuece en la marmita,

con febril aderezo,

una mágica pócima,

para vencer al miedo.

Una pérfida llama

se ha encendido por dentro.

 

Arcanos los recuerdos,

sobrevenidos, ciegos,

entrando en los cerebros,

con sutil desenfreno.

Una oculta corriente,

se desliza en el tiempo,

ágiles movimientos,

buscando el pensamiento,

acuden sin parar,

como ansiosos viajeros.

 

Un amor de contrabando,

escapó del corazón,

que palpitando sonaba,

como un viejo acordeón.

Huyó sin decir adiós,

llevándose mil pedazos.

En mil añicos, sin voz,

quedó el corazón pasmado.

La pesadilla acabó,

al despertar del letargo.

 

Lejos el agua se aleja,

del origen donde nace

y en su camino renace,

la vida que va mojando.

Amor y vida soñando,

como un manantial se crean.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

MI AMOR AÑEJO.

Mi amor añejo sé que me ama

Lo miro en sus ojos cada vez que me mira

Cada vez que lo dice sus ojos brillan

Como dos luceros hermosos

 

Mi amor añejo mi faro a lo lejos del mar

Me cuida con tanta devoción

Como un noble caballero cuida a la princesa

Jamás me sentí tan cómoda y tan segura

 

Mi amor añejo mi corazón te necesitaba

Lo encontraste destruido y humillado

Pero en pocos días lograste calmar ese dolor

Toda mi vida entera estaré agradecida

 

Por eso mi amor añejo te escribo estos versos

Noble caballero que llegó a mi vida de repente

Mi amor añejo cuídame toda la vida

Necesito de ti, como la tierra necesita la lluvia

 

Necesito tus mimos y tus te quiero

Necesito tus detalles y tu dedicación

Mi amor añejo mis ojos ahora brillan por ti

Eres mi luz, mi esperanza el Alba que espero.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

EN EL TIEMPO PERFECTO.

Recuerdo  aquel día eclipsado por la tristeza,

cuando rogaba al cielo  desraizar tanto dolor,

podía resistir hambre, sueño, miedo, carencia,

mas no hallaba  fuerza para soportar desamor.

 

Había escuchado que el amor todo lo soportaba,

alguien me dijo que si era real, no causaba pena,

el rechazo se comprendía, ofensas se olvidaban,

con satisfacción serviría, mi existencia sería plena;

 

pero se esfumaron los años exigiendo atención,

justificando comportamientos, avivando rencor,

ignorando las traiciones, postergando la acción

de, al respeto y al amor propio, rendirles honor.

 

Tras mi sempiterno duelo, la frialdad se manifiesta

y también la prepotencia que  alienta al cinismo,

ante la cruel desconfianza  las emociones hibernan,

la magia es enterrada entre amargura  y pesimismo.

 

Y en momento perfecto llegas.  Es intrigante,

pues al mismo tiempo que conozco tu infierno

e insistes primero a tus demonios presentarme,

igual pueda percibirte como misterioso recuerdo;

 

utópico e infantil,  afirmar  que ya te conocía

o que tal vez te buscaba, exacto como eres,

así luchando contra el romance y la fantasía,

permití al tiempo morir, entre dimes y diretes;

 

sin embargo, justo el romance y la fantasía

impasibles, precisos, sin metas ni acuerdos,

logran acompasar en nuestra diaria rutina,

certeza y duda; ahora es cómplice el tiempo.

 

Y así te amo, aunque fuerte es la palabra,

la que ha perdido el sentido en estos días,

la que depone mis argumentos, mis armas,

presenta al perdón, vuelve amable mi vida.

 

Nos amamos entre amistad y confianza,

entre benevolencia, alegría y servicio,

que me alegran con cada meta que alcanzas

y permiten agradecer el dolor antes vivido.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

PERFECTA MUJER.

Mujer bella, perfecta, pura y llena de emociones inimaginables, destacada como el encanto más cautivo en la tierra; podría decir que una diosa, llevas la fuerza entre tus ganas de vivir, mantienes la inteligencia con la que ganas batallas, tan solo eres de la perfección algo único.

 

Perfecta mujer, sea cual sea tu tiempo, tus años te hacen ser espléndida, eres como un ave en alto vuelo, te dejas ver, pero no todos pueden tener la gran dicha de un abrazo con tus hermosas alas de amor.

 

Hoy habló de ti, habló del pudor que lleva tu alma, hablo de la magia que transciende cualquier sin fin de tus vidas pasadas, eso eres para mí, del universo, la mejor creación jamás contada.

 

Habló de la perfección entre tantos desperfectos, habló porque en ti, veo todo lo perfecto que podría haber, veo luz, veo amor, veo vida, veo tranquilidad en las cosas pérdidas, veo calma en el caos, te veo mujer perfecta y me dan ganas de seguir viviendo.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

ENTRE EL CAFÉ Y TUS LABIOS.

Entre el café y tus labios,

tan sólo un paso,

Entre tus labios

y mi corazón un instante.

 

Entre tus manos

y las mías la suave caricia,

Entre mis ojos

y los tuyos la mirada cómplice.

 

Había ganas reprimidas

e ilusiones deseadas

de fusionarme entre

tus brazos, sentirte mía.

 

Y cada momento,

cada palabra,

en esa calle sin salida

beso a beso taponada,

una luz se encendía,

la complicidad alumbraba.

 

¡Qué dulce son los besos

cuando te salen del alma!

¡Qué dulce tu boca,

suave húmeda y con ganas!

¡Qué poquitos han sido

cuando quiero tener tantos!

¡Qué me arrebaten los sentidos

y qué me roben la calma!

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.