viernes, 27 de abril de 2018

EL MILADRO DE LA FLOR.

Nuestros deseos
solo son realizados
en aquel momento cierto
que aunque sin comprender
es el momento correcto.
De tanto esperar llega
y nos da la impresión que no iba llegar
que no fuimos oídos
que estamos abandonados
que no valemos nada,
allí en ese momento está la fe
en ese preciso momento
puedes creer
y como una flor en su capullo
comienzas a nacer.
Y crés
es cuando todo puedes tener
por lo menos así puedes alcanzar
la vida comienza a te sonreír
y disipan las nubes de la duda
florece la esperanza
y misteriosamente sucede el milagro.
Nace el amor
que por más que creas es natural
es el amor
aquel que todo lo puede
y nadie puede con el.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

LICOR DE LLANTO Y AMOR.

Mientes, lo sabes, eres un ventanal abierto ante todos.
Mis ojos contemplan tu caída libre sin compasión.
No finjas, te duele, lastima y no sabes por qué.
Intentas, corres, luchas por seguir de pie...
Habrá una gran recompensa para los de corazón profundo como el tuyo.
Juro que al dormir, volverás a sonreír y verás que los muros se derrumban.
Al fin, tus lágrimas se volverán diamantes y los tragos amargos serán licor de llanto y amor.
Voces me llaman en auxilio por tu dolor.
Miradas pesadas desbordadas de lamentos y frustración.
Mientes, me mientes y lo sabes bien.
Se justa y dame una señal para ir en busca de tu voz.
Habrá un regalo de Dios para los seres de corazón puro como el tuyo.
Te prometo que al dormir, llegará el alivio a través de mí.
Verás que los laberintos se hacen polvo y las fronteras se derrumban entre tú y yo.
¡Ahora quién lo pide soy yo, que se detenga el reloj, y se me conceda un respiro para escuchar tu voz!
¡Sólo necesito escuchar tu voz!
Habrá un reino de amor preparado para ti y para los tuyos.
Al dormir, las pesadillas ahora serán sueños de eterna libertad
Y al fin las tormentas se convertirán en nuves blancas, y los tragos amargos serán licor de llanto y amor. 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

¿SERÁ CIERTO?

He anhelado siempre quimeras
que sabía imposibles,
hasta que llegaste tú para hacer
mi esperanza tangible
y a mi corazón,
a la razón desobediente.
No necesito mucho para quererte
y es inmenso lo que te quiero,
basta intuirte cerca,
imaginar que tú me sueñas,
desear a solas tu piel acanelada de seda,
buscar sin descanso tus ojos
en miradas ajenas,
recrearme a oscuras en tu imagen,
y aunque no pueda tenerte,
de ti, como loco enamorarme.
Sufriendo un dulce dolor
de ausencia que no desaparece.
¡No quiero!
Para mí es bastante amarte
sin tú saberlo.
Pero quisiera gritarle al mundo:
¡Me he enamorado!
Absolutamente…
De todo lo que tu ser desprende,
de lo que busqué sin cesar
por caminos inciertos donde solía
perderme, hasta encontrar
la guía del agridulce de tu aroma,
la melaza de tus besos
que saben a dulce de gloria,
el delicado tacto tus manos amorosas,
la calidez de tu abrazo al despertarme,
ese deseo de locos que aguarda paciente,
tu llegada a esta quimera y vuelvas
cristalina el agua de los lodazales que me bañan.
Nada espero a cambio de quererte tanto.
Llevarte en el iris tatuado,
me hace sentirte tan dentro
que hasta sediento de amor,
ya he bebido de la fuente
de tus carnosos labios
e impaciente aguardo,
comerme a besos…
ese fruto sagrado. 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

DE NUEVO TE AMO.

Te amo, amo tu pelo ondulado enredándose en mis dedos,
Mientras mis besos te recorren de la boca hasta el cuello,
Amo acariciar tu cuerpo delgado por las noches,
Mis manos encendiendo tu piel a fuego lento,
Hasta provocar que tu ser erosione,
Quiero tomarte entre mis brazos y mis piernas,
Hasta fundirnos en un abrazo de amor, en un grito de pasión...
Te amo, amo cuando tomas mi rostro suavemente,
Para besarme apasionadamente,
Amo tus manos deslizándose por mi espalda al descubierto,
Y que me hagas prisionera de tu cuerpo, entre las sábanas, que ya no sirven de nada...
Obligame a gritar tu nombre en voz baja,
Mientras repito en tu oído, entre gemidos, lo mucho que te amo...
Amo librar estas batallas imaginarias por las noches,
Aún cuando las cosas se ponen un poco rudas,
Cuando nos abarca el silencio o la risa,
Cuando nos dominan las historias románticas, de amores eternos,
Te amo, amo hacerte el amor en cada rincón del universo...




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

jueves, 26 de abril de 2018

CUANDO LO DICES.


Te amo, cuando lo dices
el tiempo se detiene de un latido,
el pasado y futuro se hacen uno,
y desaparece la nada del vacío.

Cuando me dices te amo,
el aliento de la confianza
acaricia el rostro de mi dicha,
la mano de universo me toma
y con ella tiritan las estrellas,
fieles testigos todas ellas,
de ese sentimiento que brota,
que riega la tierra del anhelo,
limpia las machas del miedo,
purga la maleza de la razón,
contenido en un solo corazón.

Cuando lo dices. Te amo !
las olas cantan en mi playa,
el tambor retumba mi pecho,
y esclarece la luna mis ojos.

Te amo! Cuando lo dices,
la bruma de la duda se va,
el sol brilla aún en invierno,
las aves dejar de emigrar.

Cuando lo dices, te amo!
las cuerdas de mi guitarra resuenan,
la nota de un sostenido también salta,
como muestra de un correspondido amor.





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

TUS VENTANAS.


Nadaré por un océano
de paralelos rostros,
hasta descubrir tus ventanas.

Tú fulminante misterio
llegará hacia mi como bala sin  blanco,
como manto estelar extendido,
como blancas alondras.
.
Tus brillos impíos cristalinos
llenarán furtivas constelaciones,
sin miopías y astigmatismos.

Tú fortuna en una nave desterrada
Se extinguirá junto mí,
en el núcleo entretejeremos leyenda.

Nos propondremos como la luna
se destapa ante firmamentos,
aún más el destello celebrará
nuestras remembranzas.

En lo boreal de la añoranza
nos pintará la luminosidad,
la fincada luz lanzará en eco infinito,
mareas extensas como  cosmos


Sigilosamente nos hundiremos
como dejar profundo,
el lazo de fuego su traslúcido secreto.

Aliados puliremos los sueños,
conjunto , él aura moverá su ritmo
tomaremos bríos de estelas ondeadas.

La llama de la fortuna mareará
frente nuestro,
el calor qué habrá en tus cortinas
nos cobijará de eternidades. 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

miércoles, 25 de abril de 2018

EL DOLOR DE SER HERMOSA.

Escondido por entre la hierba silvestre
abrió nuevamente el trébol
no quiere que lo vea el sortilegio
ni la magia que se vende por dinero.
Él tuvo la ingrata y cruel fortuna
de nacer con cuatro hojas
y por ser tan finas sus hermosas formas
egoístas para usarlo a él lo buscan,
y por ello ocultándose del sol
prefiere vivir entre penumbras.

Pareciera culpable de ser hermoso
mas la belleza es cosa por demás fortuita
pues pudo ser solo un abrojo más del campo
o la hierba que inclemente el Sol marchita.
Él no escogió inspirar las poesías
dónde los versos hablan de su encanto,
si en verdad la suerte estuviera de su lado
no viviría con el alma tan vacía.

La edad y la belleza no son virtudes
no hay quien sea joven porque quiere
ni quien untándose de cosméticos mil anaqueles
haga que su belleza por siempre nos deslumbre.
Así es ella, como un trébol queriéndose ocultar
de todo aquel que ambicione su belleza
soñando que vendrá a quien pueda amar
y que la ame tan solo por ser ella.

Hay estrellas que a lo lejos son hermosas
pero son tan solo rocas congeladas,
así es la belleza que artificial engaña
invita a todos a volar,  y ni siquiera tiene alas.

El trébol morirá como cualquiera
pues como cualquiera él ha nacido
su belleza es grande en primavera
pero en invierno habrá quedado en el olvido.
Es la vida un puñado de quimeras
que redundan en amar y ser amado,
y esta mujer prefirió vivir entre los cardos
a que por bella… la quisieran ver usada.





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

ELLA ES MI VIDA.

Ella me busca
Y me encuentra donde quiera
Jamás me asusta
Es sincera
Por eso es que yo creo
En el amor que proclama
Y me mantengo como reo
Encerrado en su cama
De donde nunca quiero salir
Pues siempre quiero estar acorralado
Y me mantendré hasta el fin
Como su fiel enamorado
Aquel que no desfallece
El que nunca la traiciona
Pues traiciones no merece
Y menos de quien la adora
Se merece mi cielo
Y en esencial mi mar
Sin duda es lo que más quiero
De mis días mi pensar
Y como no he de pensarla
Si al besarla roso la infinidad
Hasta el fin del mundo iría a buscarla
Para tenerla en la intimidad
Por mucho tiempo rodearla
De suspiros y caricias
Y con mi apoyo abrazarla
Cuando su vida desperdicia
Sufriendo por pequeñeces
Ella es demasiado hermosa
Ser su luz cuando oscurece
Quien sus penas destroza
Así como desaparecen mis dudas
Cuando sin pensar me entiende
El pilar de mi ayuda
La preciosa que me atiende
Ella es mi vida
Lo mejor que me ha pasado
Nunca quiero ver su partida
Tenerla siempre a mi lado.





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

TUS OJOS.

Oscuros y brillantes
cada que me miras
se posan cual luceros...
tus ojos…
tus ojos tiernos e inocentes
Se adueñan de mi mente
haciendo arder mi frío corazón,
mi pluma empolvada
no tiene más remedio
que hacer caso a este amor naciente,
ya, que el miedo se ha marchado
no existe ningún pero
para dejar libre el sentimiento.
Tus ojos…
guían mi pluma
sin complique
ni tropiezos,
mis ojos…
se fijan en los tuyos,
¡que complique!
cada que los míos se pierden
en tu mirada inocente
debo contener
las ganas que me entran
por volverte a besar,
y mi cuerpo…
se estremece al pensar
lo cerca que estas,
no sé cómo puedo controlar
que mis brazos
rodeen tu cintura
y mis manos con las tuyas se entrelacen,
no sé cómo,
aún tengo voluntad
para contener estas ganas que me dan
de abrazarte fuerte,
y delicadamente
el contorno de tus labios delinear…




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

TE NECESITO.

Necesito escribirte, en verdad lo necesito.
Necesito decirte que… otro día será tu voz.
Mi alma yace cansada, posada en el olvido.
Pensando que tal vez soy yo; … no, sabes, ese no soy yo.
Necesito imaginarte, visualizarte en mi mente.
Pendiente, elogiarte, después mirarte y besarte,
Mientras escucho tu respiración que es muy deprimente,
Que necesite imaginarte feliz. Triste pensante.
Desesperación; sentimiento árido que fluye en el asedio.
Esperanza; triste receta, perfecto complemento.
Necesito observar la luna, efímero remedio.
Distantes las estrellas, brillantes al mismo tiempo.
Me amaste, así como yo te amo y aún más,
Mas difusos son tus sentimientos impulsivos y fríos,
Pero me amas. Vas, regresas como las olas de mar,
Saladas y muy solas en algún lugar desconocido,
Queriendo ser amadas y queriendo amar.
Queriendo vivir con el corazón roto es cruel.
¿Cómo expresar tristeza sin la soledad?
¿Cómo escribir amor en un cuaderno sin papel?
¿Cómo estar en la habitación sin sobriedad?
¿Cómo olvidarte si siempre te quiero ver?
Tu dime cómo, dime cuándo y en dónde que ahí estaré.
Necesito decirte que, te necesito.
Tú dime cómo, ¿Cómo lo hacemos para poder volver?
Necesito. Es… es solo que te necesito.
Necesito más de aquellas tardes con sonrisas inigualables,
Tus besos tus carisias y tus abrazos.
Noches en desvelo, perdido en tu mirada, estar saciable.
Sin saber bailar. Intentarlo descalzos.
Bañados en la noche, disparándonos sonrisas.
Te extraño y sé que tú también me extrañas,
Me piensas, me sueñas, en realidad me quieres.
Te confieso que mi silueta te acompaña,
Y yo con ella si así lo prefieres.
Te necesito. No será hoy. Es lo que siento.
Quiero estar contigo, pero ya será luego.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

VIVIR PARA AMARTE.

Lejos de la fiel penumbra, que antecede a mi aurora,
he pensado estos versos de amor sublime,
en sus cálidos labios, en sus sueños que añora,
he verseado mis sonetos para a usted pedirle
que ame mis labios que amor profesan,

Sí, he de vivir para seguir amando tu recuerdo,
tu esencia palpita dentro de mí
pecho, enlutado, pero entero,
No me abandones mi amor,
no quiero que me dejes en la cuneta
de esa ausencia que llega y en casa se queda,
he de vivir para seguir amándote
hasta que a tu lado pueda ir para quedarme.

Apiádese de este trovador humilde,
que en sus sueños de epopeyas le nombra,
su recuerdo lleva en su piel como sombra,
en sus cantadas victorias impetuoso pedirle,
que ame los versos que escribo para usted señora.

No me pidas que te deje ir.
Cómo puedes decirle a un buzo
Que nade a lo más profundo,
Que deje su tanque de oxígeno,
Porque éste pesa mucho y estará mejor sin él.
Así es mi vida sin ti,
Prefiero nadar contra corrientes
De lavas de mil infiernos
A no tenerte más junto a mí.

Si profesa usted conmigo
de este credo,
y con sus ojos me dice
lo que creo.
Déjeme amarla sin remedio,
oh señora.
No por necesidad enferma,
locura idiota.
Más sí porque mi espíritu
a usted añora
y ha sido de felicidad
perfecta cuota.

Permita señora que le arrope mi aurora,
que cada noche de luna tenga yo la fortuna de preguntarle
quedo al oído si desea ser la autora de este corazón
que cada día más la adora.                                                                                                 

Escuche de mí un concierto palpitante,
del interior que creí una y mil veces muerto.
Déjeme con estas notas abrigarle
y desvanezca con sus labios ya mi miedo.
De que la noche oscura me cobije
y en el silencio profundo yo me hunda
Sin haber rozado piel más bella.
Sin haber podido amarle, mi señora.

Como la metáfora más brillante,
"eres el soplo de vida en mi boca",
como el símil más excitante,
"eres como el perfume en mi piel",
que da el sudor en mi cuerpo,
y el hálito entre mis labios,
dejando la vida toda en ti...




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

LUCERO DE LA MAÑANA.

A la luz de la mañana
te he comparado amiga mía,
clara, intensa, cálida y radiante
esencial para crear el día...

a tus ojos le pertenecen
los dones celestes de las estrellas,
más conservan en su brillo
el lenguaje verde de las praderas...

constelada aurora,  y brisa mañanera,
rocío del alba tan temprana...
tu nombre arderá siempre en mi hoguera;

pequeña flor, y linda hechicera
lucero azul de la mañana...
mi alma es por siempre tuya compañera!





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

lunes, 23 de abril de 2018

QUIÉREME COMO SOY.

Si me vas a querer hazlo ahora,
así sin restricciones.
Quiéreme cuerdo
o un tanto loco,
acéptame como soy,
sin ponerme condiciones.
Quiéreme con defectos y virtudes
cuando me siento eufórico
o me encuentro pensativo,
quiéreme con mis aciertos
y mis imperfecciones,
porque puedo jurar
que aunque tengo mis fallos,
el cariño que yo ofrezco es incondicional,
transparente, sincero
y me nace del alma.





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

LA LUNA GIME POR VOS.

Luna gime por vos con gran demencia
Un llanto triste en la fugaz estrella
Navega en tumbos, sin dejar en huella
Algún vestigio en tanta incoherencia.

Gentiles versos fueron la sentencia
Inconclusas metáforas en ella.
Mirada a media luz por ser doncella
Engañado su brillo sin clemencia.

Pero la Luna ríe y se adormece
Olvidando que gime por un hombre
Retozando en tranquilo y bello sueño.

Viaja estrella por cielo y se estremece
Orbita gran constelación sin nombre
Sola, con solo un corazón de ensueño.





Autor 
Antonio Carlos Izagueri 

sábado, 21 de abril de 2018

LAS MALAS RACHAS PASARÁN.


Miramos a nuestro alrededor
Y se nos es fácil
Compararnos a nosotros mismos,
Juzgarnos con severidad
Y con un cierto punto de crueldad.

Porque tal vez no hemos logrado aun
Lo ya propuesto y decidido,
Pero luego vamos pensando con calma,
Tomando en cuenta que nada es fácil,
Nos recordamos que debemos tener paciencia,
Porque lo grande y maravilloso
No se edifica en un solo día,
Solo debemos ser constantes
No rendirnos, ni desesperarnos
O caer en aquellos impulsos
Que nos desvían de nuestro objetivo.
                        
Nada es para siempre,
Las malas rachas pasaran
Mientras pasa la tempestad,
Hay que aprender, persistir
Con valentía y bondad,
En esos momentos difíciles
Y de necesidad; son perfectos
Para que tú mismo
Sepas de lo que eres capaz de hacer,
De saber hasta donde puedes llegar.
¡NO TE RINDAS, TÚ PUEDES!




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

HORAS ROBADAS AL SUEÑO.


Después de tanta dedicación  y estudio,
Después de tantas horas robadas al descanso...
Después de tantas noches inmersas en mis libros...
Después de tantas cosas para seguir estando viva...
Conociendo los mecanismos complejos y fisiológicos de la delicada y humana maquinaria,
No es casual que tanto respires, palpites, transpires Y sientas...
Hasta que algún mecanismo se revierta, o alguna pieza diga: Por favor, basta...
Y entonces un poco de tierra lo cubra todo, sabía mezcla entre la tierra y el lodo...
Algamaza final  que nos espera...
Por eso al levantarte cada día y mirarte azorado en el espejo,
con el cepillo de dientes en la mano,
sin fiebre, sin dolor, y sin diarrea,
tienes que admitir que se renovó el milagro...
Tu si crees tienes que agradecerlo...
                                                    

Siempre a tu lado...
Si!...
No me olvides...





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

EL PEDAZO QUE LE HACE FALTA A LA LUNA.


El pedazo que le hace falta a la luna se la robó mi abuelo. Me dijo que la luna solía salir llena todas las noches,hasta que un día él se enamoró. Ella, la mujer de quien se enamoró, una mujer muy hermosa para que el abuelo se atreviera a tal hazaña.

El abuelo para tener una oportunidad con esa dama debió robar a la luna un pedacito, quiso solamente tomarlo prestado más bien, con el fin único de conseguir que sus ojos brillaran al pronunciar su amor.

Se dice que el polvo de luna es la mejor medicina para el corazón roto, así él creía poder quitarse de la mirada esa sombra que dejan las lágrimas. Y lo logró.

Siempre que me contaba esa historia volteaba a ver a la abuela con una mirada tan profunda como quien lo ha perdido todo para alcanzarlo todo. En ese entones no entendía sus razones. Ahora las sé.

Ahora soy yo quien contempla el pedazo que le hace falta a la luna...
¡Vaya abuelo! me hubieras dejado un pedacito para mis ojos tristes y poder reparar un poquito el corazón. Ahora que ya he encontrado al indicado, a destiempo, después de una vida sinsabores, no queda más medicamento.

Sólo me dejaste el lado oscuro de la luna y el recuerdo que alguna vez estuvo llena. O quizá llegue al punto mi valor que siguiendo tus pasos abuelo, me robe la luna completa para mí.





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

VISITA AUSENTE.


Las palabras se me agotan tras tu partida
Ausencia desgarradora en las noches callejeras
Una visita invisible fuera de la casa
Donde la luz casi apagada está velando por ti.

Una voz rota por la respiración agotada
Y una mano que se aleja del camino de cemento
Prefiriendo el paisaje amontonado de arena
Que ves desde la altura de tu garita
(Un paisaje siempre igual que inspira tus canciones).

Las fotos que muestran tu estadía
Aumentando la agonía en estas calles vacías
Por las que ando desvalida sin tu mano amiga.
Estaba perdida,
Y desde la lejanía esperaba tu voz encendida de risas
(Que nunca llegaron).

Ni en tu partida logré una despedida,
Una sonrisa, una mirada, una caricia,
Ahora solo en mis pensamientos quedas
(Solo eso queda).






Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

VIVIENDO DE AMORES DEL PASADO.


Duermen en el jardín de la añoranza
las flores que corté en mi primavera
y en mi invierno tan falto de quimeras
extraño su fragancia.

Esas flores tan solo hoy son fantasmas
arrastrando cadenas de romances.
Marchitas, no fueron los azahares
que enlazan a dos almas.

Mi juventud perdida en lontananza
ha pasado el umbral de los recuerdos
y ahí en donde reposan nuestros sueños
se acaba mi esperanza.

Pues mi vida ha quedado desgarrada
por los años que pasan inclementes
secando cada gota de mi fuente
dejándola agrietada.

Tantas flores corté en mi mocedad
que si no es por ellas ya habría muerto
pues aunque esté al final hoy de mi invierno…
me ayudan a soñar.





Autor 
AntonioCarlos Izaguerri 

TE MIRO Y CALLO.


Hoy estuve cuerpo a cuerpo a tu lado,
Y tú, reclinada en mi pecho
Dispuesta, confinada en mis brazos
Y te miro con amor profundo;
Para ver tus mejillas sonrojadas
Cuando miro desnudo tu cuerpo.
Te miro, te miro y callo,
Mi silencio te abraza
Aun cuando no te alcanzan mis brazos.
Miro tus suaves piernas
Cuando sostienen mi cansancio
Y beso tus tibios y tiernos senos
Haciéndolos una extensión de mis labios.
Te miro, Te miro y callo,
En silencio se ondula tu vientre
Al rose de mis manos
Mientras te susurro que te amo
Suspiras y te aprietas a mí
Y dejas salir un llanto
Sin tristeza, ni lágrimas, ni espanto,
Son simplemente voces
Que dicen que nos amamos
Y las cosas de éste cuarto
Escuchan todo,
incluso cuando estamos callados.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri