Poco a poco entre despierto y dormido,,
intento no pensar en mi deseo y mi desdicha,
sin embargo el roce de tu mano sobre mi piel
cae,
cae en un duelo del que no quiero pensar,
pero mi alma te busca , mi pensamiento me
consume,
¿cómo volverte a tocar?
Mi piel excitada y mi garganta nerviosa,
recuerda aquel inicio en que te sentí para mí
por un segundo
Maldigo aquel momento porque lo quiero eterno.
Maldigo aquel momento porque quiero que sea
una historia y no tan solo un fragmento,
Maldigo aquel momento porque desde que paso no
estoy tranquilo,
Y pienso en ti tan rápido y constante como se
respira,
casi recuerdo tu olor, y ni decir que puedo
oler en la brisa tu cabello,
así que decido imaginarte, decido sentir tus
ojos en mis ojos,
tu boca sin poder escapar de la mía,
Tu aliento trémulo porque al igual que yo
maldices ese día.
Tal vez todo sea imaginación mía,
tal vez solo está en mi cabeza, mi yo y el deseo
ardiente, virulento,
tal vez esta historia solo se pueda contar en
mi sueños,
pero aquí estas, en mi subconsciente puedo
desnudarme despacio,
aquí puedo tomar tus manos y llevarlas a mis
caderas,
puedo darle rienda a esta fantasía, puedo
ponerle maldad y suavidad de mi parte,
aquí no está mal que pueda tocarte,
que sienta tu respiración con un deseo
agobiante,
que pueda dominarte y llevarte hasta el fondo,
que pueda seducirte y morderte hasta que te
olvides tu nombre,
que seas mi público y yo tu espectáculo,
que te deje sin palabras porque solo desearas
tenerme,
quiero estallar tu más sucio deseo,
quiero besarte hasta que me duelan los labios,
poder jugar despacio y con violencia contigo,
que en tus ojos de lujuria sólo yo me vea
reflejado,
pero el problema es que solo en mi mente y
solo aquí,
podría combinar mi pasión contigo
con un sentimiento que en la realidad no puedo
decir,
sólo en esta realidad no duele tenerlo todo,
el deseo, el amor y a ti.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri