viernes, 13 de marzo de 2020

VERSOS QUE VIENEN Y VAN.

El mar se torna violento,
la vida vuelve y se agota,
el verso sueña y entona,
de nuevo sus fundamentos.
La voz seduce y adorna,
con matices lisonjeros,
mientras la mirada brilla,
enamorando al lucero.

La ausencia se va quedando,
en los olvidados huecos,
en la grisácea penumbra,
donde dormita el deseo.
Nuevas sensaciones nacen,
como bellos rododendros,
elevándose orgullosos,
a los espacios sin tiempo.

Versos que vienen y van,
en controvertidos tiempos,
ahítos de sentimientos,
siempre libres de maldad.
Presos en el interior,
pero rebeldes saliendo,
abrazándose a los vientos,
para entonar su verdad.

La mar en calma dormita,
como una manta de brisa,
que respira dignidad.
La vida en su seno cambia,
vive, muere y sacrifica,
en sus regazos envuelve,
vivas pasiones e iras,
de un enorme corazón.

Se va alargando la luz,
que se refleja en las risas,
brillantes en las sonrisas,
que en los labios se perfilan,
un lucero se arrodilla,
en el sutil resplandor.
Rojas rosas de pasión,
en las palabras sencillas.

Verso que al amor incita,
con su intermitente voz.
Susurra, pero no grita,
para sosegar la prisa,
que le pide el corazón.
La vida es un diapasón,
que al unísono se agita.
La impenitente canción,
que no muere ni se olvida.





Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

SOY EL MEJOR POETA.

¿Ser poeta de verdad?
¡Es esa una aberración!
pues si se es o no poeta
nunca habrá definición.

El poeta ama las letras
y no así a la adulación,
pero es libre en lo que expresa
y es su derecho mejor.

Mas si agrada o desagrada
es cuestión ya del lector
y por tal al yo leerme
pienso que soy el mejor.

Si un poeta no me gusta
no lo vuelvo yo a leer,
pues solamente conmigo
benévolo puedo ser.

Y aunque a veces mis poemas
sean tan solo unos churros
que escribí todo un portento
vanidoso me figuro.

Mas también yo se los juro
y hasta les doy mi palabra,
que respeto a los poetas
donde esté y a donde vaya.

Porque no existe batalla
donde salga un vencedor
si se nos descalifica
y se nos pisa el honor.

Porque no es igual el alma
ni tampoco el corazón
y la madre poesía...
¡No tiene un hijo mejor!

Y por tal es mi opinión
que si se es o no poeta
no es cuestión de camiseta
pues simplemente... ¡Es un don!

Y ya para terminar
no soy un pone palabras,
soy poeta y hago versos
porque quiero, porque puedo...
¡Y porque me da la gana!



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

jueves, 12 de marzo de 2020

ME QUEDÉ PENSANDO.

En las horas de ensueño
con fragancia a eterna primavera
donde todo era magia y color
en la gloria de tus manos
cuando se deslizaban armoniosas
para dibujar caricias
en la relieve de mi piel de amapola
o para bailar una balada
en el terciopelo de mi dorso...        

Y los "te amo"

que susurrabas en mi oído
eran como dulces melodías
que despertaban las mariposas
dormidas en mi vientre
para bailar la danza del amor.

Al recordar aquellos momentos
me di cuenta de que estás
tatuado en el lienzo indeleble de mi alma
como lo más sagrado y lo más bello
que guardo en la custodia especial
del corazón.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

AURORA ETERNA ERES.

Aquella tarde, la aurora salió de tus mejillas,
 y la virtud de tu gracia impactó en todas las tardes que llegaron a mis días,
eres la misma tarde, la misma de ayer, y serás mil tardes más.

Desde aquella tersa luz que iluminó tu semblante,
pude admirar la aurora retozando más allá del amanecer,
mientras el destino se abrazaba de Morfeo,
sueños danzaban al ritmo de angélicas voces,
un preludio que deleitaba desde el principio.

Un beso mudo mitigó la ardiente pasión,
 todo palpitaba en nuestros labios,
 recorriendo los cuerpos infinidad de veces,
 hasta que la locura se perpetuó en el resto del tiempo.

Nada podría ahondar más mi escasa razón,
 al sentir tu armónica presencia,
eres inexorable parte de un indivisible existir de mi alma,
despiertas mis ojos en toda tu piel.

Nunca podrás imaginar cuando te quiero,
 no existe cordura humana que pueda imaginarte,
 ni tampoco existe una aurora,
como la que se posó aquella tarde sobre tus lozanas mejillas.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

AMOR QUE VIVE Y QUE NACE.

Frondosos son los desvelos,
ligeros los sueños son,
en la profunda emoción,
que pueblan temor y miedo.
Perdón en las pesadillas,
lo real vive en el suelo,
donde la vida se agita.
Una ráfaga de viento,
se lleva lo que claudica.
                               
De cera la soledad,
que se amolda a lo que late,
como se adapta la vida,
al día que muere y nace.
Vive pensando en vigilia,
para poder encontrarse,
No se para en la orillas,
mirada de largo alcance.
En su interior se concitan,
versos, temor y verdades,
su acento entre nieblas vibra,
como una cuerda en el aire.

Espesas las alegrías,
cuando el deseo es tan grande.
En las reglas de la vida,
se cruzan penas y amores,
para empujar los resortes,
que impulsan la vida misma.
Profundas grietas vividas,
con cicatrices y goces,
insondables son las dudas,
que en el camino se abren.
Vida que sintiendo nace.

Ave que en caminos vuela,
construidos en el aire,
como la flor mira al cielo,
prendida desde su talle.
El mar sobre el mar camina,
dando pasos de gigante.
Un latido da la vida,
otro en sus alientos yace.
Amor que vive y que nace,
cual fructífera semilla.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

ATRAPADO EN TUS REDES.

No sé si podré aguantar
esta ansiedad de no verte
pues estar sin ti me pierde
y conmigo va a acabar.

La ausencia de tus caricias
la falta de tus abrazos
esas constantes vitales             
que los dos necesitamos.

El amor nos alimenta
y con él nos embriagamos
cuando en ciertas ocasiones
del uno el otro pasamos.

Esa red que nos atrapa
no nos permite alejarnos
es un cariño tan fuerte
que hace inútil separarnos.

Quisiera sentirme así
en tus redes atrapado
esclavo de tus pasiones
seguir sintiéndome amado.


Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

miércoles, 11 de marzo de 2020

AMAR EN SECRETO.

Ssssh,
eso que se escucha a la distancia es mi corazón,
que con un latir lento,
quiere hacerte saber
lo que nunca he de decirte,
que nunca probé tu boca
pero que sé sabe a cielo,
que nunca logré abrazarte
pero he sentido tu cuerpo,
y que si partiste un día
yo te seguiré queriendo
aunque entonces ya mi vida,
morir vaya en tu recuerdo.

Si por tan solo un momento
mirarte una vez pudiera,
claro yo te dejaría
que al amor no solo encuentras
en unos labios dispuestos
a darse el más grande beso,
ni en unas piernas que en alas
abren a ese amor al vuelo,
te diría que la virtud
del amor que es verdadero,
te dirá mano estrechada
que para ti habrá de estar
sin importar que tu mano
la suya nunca tendrá.

Si supieras, sin embargo,
que me he guardado de ti,
lo mejor de tu mirar
y tu olor a rosa fresca,
si supieras que me quedo
con tu esencia en mi recuerdo
y que estarás junto a mi
cada noche en cada sueño,
si pudieras comprender
que aunque no pueda decirte
lo que me estalla en el pecho
cada vez que yo te pienso,
me consuela descubrir
cuanto amor por ti yo siento,
y que aunque nadie lo sepa
sentimiento tal no habrá,
porque lo que ahora siento,
nadie por ti sentirá.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

DE QUIÉN ES LA FLOR.

De quién es la flor
que roza mi mejilla
al ir flotando en el viento
y sobre mi deja su olor.

No soy quién la cultiva
mas sentimos el mismo sol
quiero saber si con amor
sus pétalos se avivan.

Y mirarla lucir radiante
al asomarme a la ventana
en cada hermosa mañana
ver su vestido de diamante.
                             
De quién es la flor
que se moja bajo el agua
y humedece sus raíces
hasta lo profundo de su alma.

Quiero ser el manantial
donde navegan los suspiros
o tierra fértil donde creces
y floreces para amar.


Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

LA ESTACIÓN DEL AMOR.

Ayer salí a pasear
para contemplar las flores
que brotan en primavera
y embriagan con sus olores.

Lucían verdes los campos
repletos de margaritas
volaban las mariposas
esas que son tan bonitas.

Me detuve en una fuente
que desde el suelo manaba
un agua tan cristalina
que al verla la sed saciaba.

El Sol quería sumarse
a toda aquella belleza
realzando con su luz
un paraje en su pureza.

Es la estación del amor
un amor que nunca espera
el campo vuelve a la vida
se acerca la primavera.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

martes, 10 de marzo de 2020

AYER.

Un ayer esfumándose en su lejanía
como sombras veloces de fuego,
yacen en un olvido difuso,
inerte entre el polvo y los tiempos.

Almas aferradas al espacio,
desde interminables lontananzas,
entre inmutables vacíos extraños,
sin palabras, sin rostros…sin nada.

La vida inmersa en su misterio
observa ilusorias las distancias,
pensamientos que susurran añoranzas,
una nostalgia dejando su sereno callar.

Un ayer habitado por el destino,
llevado por un viento calmo,
remembranzas de un peregrino lozano,
que sigue por el sendero de los sueños.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

TU AMOR ES CONMIGO.

Me permitiste poseer un poco de tu nombre, porto en la piel gustoso tus cicatrices, para ser parte de tu excéntrica esencia, antídoto al veneno sombrío.

Revelaste uno a uno los secretos guardados en tus deseos de olvido, tu confianza es mi alivio, las caricias están conmigo.

El propósito era ser amigos, como lo son el invierno y el frío, pero se tornó distinto, ahora nos enteramos que el orgullo es un saco vacío, la felicidad es contigo.

Era verdad cada letra, no exageraba en ninguna de ellas. Podía ver en tus ojos los míos y en ocasiones malinterpretaba tu silencio como mi enemigo.

Las fantasías cedieron terreno a los momentos más bellos, la realidad ya no es un castigo, ahora todo es tan distinto, desde que el amor es mi amigo.

Nuestra similitud es un completo desorden, mientras la rutina rige tus pasos, en cambio yo no distingo entre el día y la noche. Mi debilidad es motivo inevitable al desvío.

Creí estar en la senda correcta, sinceramente vivía con un hueco enorme en el pecho. En un destello, entre un limbo y el tiempo, la mitad de mi corazón es carne de tu carne.

Valió desviarse unos cuantos metros, que para algunos serían kilómetros y pérdida de energía. Para mí sólo fue una caída, un dolor lacerante, mi mejor atajo al cielo.

El paraíso en vida es contigo, mientras tú amor es conmigo, si alguien pregunta de dónde he venido, diles que fue una súplica al destino y un perfecto desvío en mi camino.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

SOMBRA Y LUCES ABRAZADOS.

Sombra que al verde oscurece,
sombreando de negro el tallo.
Sombra que al rostro parece,
que de la luz se ha olvidado.
Sombra que el cuerpo agradece,
con el frescor de su halo.
Quedan sombreados los tálamos,
cuando el gris reina en el ánimo.

Luz que a la vida reaviva,
con resplandecientes rayos.
Luz que bebiendo del rayo
a la vida sacrifica.
Resplandor que da la vida,
a la sombra que fenece.
Luz que en los ojos refulge
y en las pupilas se crece.

En las sombras aparece,
un reflejo que se expande.
Una imperceptible luz,
que nuevos caminos abre.
Sombrean las alegrías,
cuando el amor se deshace
y las dichas se oscurecen,
cuando el dolor regurgita.

Vive la sombra cautiva,
en los replegados párpados
Y las luces reprimidas,
dentro van iluminando,
como carceleros sabios.
La sombra se queda chica,
cuando se atreve a pensarlo.
Verde sombra, verde claro.

Luces que nacen sin vida,
porque el necio no hace caso
y apagándose suspiran,
en los egos agrandados.
Espectacular la luz,
que de la sombra ha llegado,
alumbrando al infeliz.
Tonos de luz irisados.

Sin luces se van quedando,
los huecos que van dejando,
los amores del pasado.
Entre luces pululando,
como viajeros sin rumbo,
entre nieblas deambulando.
Sin luz queda la pasión,
que en gris se torna menguando.

Amor de sombras y luces,
pálpitos descompasados.
Besos que en los labios vibran,
de luz suspiros alados.
Resplandores en los ojos,
como refulgentes faros.
Amor de luces y sombras,
pero que llenan espacios.

La sombra y la luz se unen,
en el amor abrazados.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

UN BESO.

Es el beso aquel suave respirar
que necesitan dos bocas al amar,
o puede ser quizás una traición,
que parta en dos al corazón.

Puede ser el beso aquella dulzura,
que en el alma se guarda con ternura,
la sutil chispa que enciende la pasión,
que hasta al más cuerdo
 hace nublar la razón.

Pero un beso tuyo
un beso tuyo es amor;
que habita en tus labios,
que florece en tu boca,
en cada sonrisa, en cada mirada,
Tu beso, que invade todo mí ser,
cual nube divina, que cubre
por completo a mi alma.


Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

TE SENTÍ.

Ante mi abrazo te sentí rendida,
te sentí tan sumisa, tan encantadora
y mis labios se posaron a los tuyos
desatando mil sensaciones llenándonos
de suspiros de ansias de amor y de placer.

Fue un instante tan mágico, uno de esos
siglos-instantes que el amor nos brinda,
escribiendo mil versos con cada beso que se
daban nuestros labios.

Y te sentí temblar al igual que las flores
al soplo de la suave brisa,
y en mis abrazos te abrazaba tan fuerte
una y otra vez para llenarme del perfume de
tu piel, para llenarme de ti.

Y te sentí perderte en mis labios,
al compás de un gran beso
que lleno tus labios de suspiros,

Y sentí tu corazón latir, tal como late
al manotazo del ciclón la hoja,
y me abrazaste tan fuerte que nuestros
corazones latieron en un solo compas,

Y te sentí vencida, con el lento
y anhelado y temido vencimiento
del sol, cuando la Noche llega

y adoré tu sensual ,tus muecas
de niña, tu forma única de abrazarme
por la espalda y caminar apegada a mi
¡y te sentí profundamente mía!...


Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

IMPERFECCIÓN.

Podría escribir de ti tantas cosas,
más todas serían triviales. Dudosas;
Fútiles a tus virtudes maravillosas.

Tampoco lograría perfección,
como Poeta, Escultor o Pintor.
Pues ni musa, destreza o imaginación
harían obra perfecta en tu honor.

Siendo Poeta:
No podría plasmar sublimidades de tu alma.

Escultor:
Incapaz sería esculpir aristas de tu corazón.

Pintor:
Mi lienzo no revelaría tu deidad interior.

Por tanto: Ni te pinto, ni te esculpo ni te verso.
Te pienso: Porque en mi mente llevo inmerso:
Lo que sientes, lo que tienes… Lo que eres.
Especial y única. ¡Suigéneris de Mujeres!

Y para no pecar:
De fatuo al esculpir, pintar o versar,
no te esculpo, ni te pinto ni te verso,
más te sublimizo en mi pensamiento.

En ese íntimo e inédito universo,
donde sin imperfección de verso,
te esculpe mi alma con dedicación
sobre el parnaso perfecto del corazón.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

ME QUEDO CON LA ESPERANZA.

En el orbe de tu cosmos estar busco,
porque es donde tu poder reside,
en el abismo de tu apacible mar
y con los fulgores de tu plenilunio,
sellando con un ósculo sagrado
al tesoro por el que en mí vives
y por ti yo muero.

Las caricias de tu rapsodia anhelo,
y que a través del viento tu expresión
viaje en el tiempo hasta mi nirvana.
Dame el ramillete de tus afanes desvelados,
que pondré en la vasija de mi hálito,
esperando que florezcan entre mi mano
los bellos recuerdos que los vendavales
del olvido quieren aniquilar.
Tus pulsaciones versificadas me regalan instantes
de ti y sé por eso que emprendes el vuelo
hacia mí y tus risas me mandas para seguir soñando.

Tus aullidos noto,
y el sonido afilado de tus colmillos,
que ya se me han clavado en mí
desde la distancia,
y ahora aguardo en las nocturnas
horas sin perder de vista
al esplendor de la luna
que te escuda;
espero una transformación
para tener el impulso
y el aullido,
que me haga meritorio
de irrumpir en tu soledad
detrás de aquel satélite,
sin alegatos
por la dicha sublime
de tenerte y de tenerme.

Amar, amar, amar,
amar también es sacrificio,
cuando arriba un «hasta siempre»,
cuando el amor prófugo
se transforma en estrellas
rutilantes,
en el céfiro que acaricia
la frente,
en el beso de las flores
recatadas.
Amar en la distancia
es un sacrificio
y casi un dolor apacible,
en el que añoras
pero no estás triste.

Sacrificio como abnegación…
un permitirse el desapego
del ser a quien se ama,
para cederle plenitud
si no la halló a nuestro lado.
No, malestar no.
Apacible libación, de acre añoranza,
puesto que es inolvidable,
que por amor,
se le permite volar
si cree encontrar la felicidad
en otro sitio.
No, dolor hiriente, no.
Queda la añoranza y esperanza
de hallar la fusión mutua
después del delirante trance.

Sí, el amor...
inefable, indefinible...
que me libera, que me alegra,
y me da felicidad,
que libero, que alegro
y hago feliz...
que me permite dejar ir...
aunque eso me duele
pero me quedo con la esperanza.
Sí, este dolor no del amor,
sino por amor,
es un delirante trance…
momentáneo,
y que ofrezco en sacrificio,
que brindo como ofrenda,
que entrego en holocausto…

Alucinante, estrambótico amor delirante,
si hacer daño y causar heridas no es tu misión,
¿Por qué haces viable las laceraciones
de dos corazones arrobados?
Por qué, amor, haces parte de ti,
lo que evidentemente no es tu naturaleza,
pesquisa que corroboras en las faenas…
Inevitable cuestión: ¿qué más queda?
Seguir amando de modo delirante, alucinante…

Amor, si eres plenitud,
si eres felicidad en su mayor expresión,
¿por qué permites que en el acto de un beso
la duda de tu consistencia arribe?
Si los destellos de luna
son tus aliados, ¿por qué pones
la impresión de que todo es ficticio en ella?
Amor, en los corazones,
que neófitos se encaminan
en un sendero unificado,
dilucida la incertidumbre y esfuma la perplejidad…
Para que demuestres irrefutablemente
que eres plenitud y felicidad
en su máxima expresión.

Sentimientos encontrados,
sentimientos compuestos,
cómo poder evitar la nostalgia
ante la privación de tus sagrados
tratos, de tu terneza... pero melancolía
induces combinada con regocijo;
mi pensamiento ya no es claro,
y pierdo mi indócil serenidad,
tristes añoranzas fusionadas con la alegría,
porque te tengo, pero te desvaneces,
solamente tu reflejo me da la certeza
de que tal vez, alguna vez, algún día,
tú también mi destino asumas,
para que se fusionen nuestras almas.




Autor  
Antonio Carlos Izaguerri