Hay silencios que guarda un alma
sangre y lágrima gotean sus ojos
gritos etéreos que el viento guarda,
jardín secreto donde habla con Dios.
Sombra oscura, sustancia seca,
Jardín sin hojas, oscuro, yerto.
un pájaro negro picotea una mueca
y la araña teje hilos en su cuerpo.
Envía una red al mar con preguntas:
¿Por qué permití la primera caricia?
¿Por qué aquel rostro infecta mis días?
¿Por qué ese juego borró mi sonrisa?
¿Por qué aquel en quien confiaba,
es una fina cuerda que ata mi alma?
¿Por qué la ilusión azul se apaga?
¿ Dónde estaba tú regazo … mamá?
En el jardín secreto reina el rencor
marchita la dalia y el jacinto azul,
no hay mariposas ofreciendo loor,
frágil te miras con tu vestido de tul.
Pero un día … miró su cara en el lago
percibió en él su clara belleza
olvidó ser la muñeca rota de trapo
y la luz alumbró una bella princesa.
Echó al agua el rencor de la hiedra,
ataban manojos de mil ilusiones,
rompió los hilos con filos de piedra,
Ahora es libre cantando canciones.
Y cuando la ansiedad teje sus hilos,
o la hiedra empieza a subir sigilosa
envía a diario incienso a los cielos
ya no hay secretos … sonríe la rosa.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.