sábado, 4 de abril de 2020

ESTA ES LA CUESTIÓN.


Ojalá y nos tome la vida,
Nos estruje tan fuerte que terminemos
Tan cerca y próximos uno del otro,
Hasta sentir tu pulso, pisar tu sombra,
Sentir tu aliento y tocar tu boca.

Maldita es la distancia,
Pero justa es la esperanza.
¿Será cuestión de melancolía?,
¿Soledad o del exilio?
Pero de esto estoy seguro;
Que, a los dos, nos importó poco el orgullo,
Y ya lo antes sucedido.

En unos minutos será abril,
Y yo estaré en mi cuarto esperando por ti,
Y tú pensando en lo que yo nunca sabré.

Las dudas son largas, y el problema no son ellas,
Sino lo que viene después de las preguntas.
Por ejemplo; ¿Si estás aquí porque me quieres?
¿Estás aquí porque te gusto o simplemente
Porque te has sentido sola?



Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

ESTE AMOR.


Mi fiel acompañante,
Mi confidente,
Ya no duermes en mi pecho.

Ya no me dices tus penas,
Ya no me despiertas
En las mañanas.

Ese mi pesar,
Ya no tengo a quién contarle mis cosas
Mis emociones.

Mis sentimientos,
Desde el día que partiste,
¿Pues a quién he de adorar?

¿Ahora a quién he de acariciar?
Pues al perderte todo cambió
Dentro de mí.

Amiga mía hoy sé que eres feliz,
Que estas en otro plano,
Hoy sé… que tienes paz.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

LOS RECUERDOS SON PRESOS.


Lentamente la noche,
arrastra la nostalgia.
Los recuerdos afloran.
Se presenta la magia.
La canción redentora,
que suavemente sana.

Coros de letanías.
Anuncian la llegada.
El sueño tibio espera.
Los sentidos alerta.
Mientras la madrugada.
Juega a seguir soñando.
Demora su presencia.

Se altera la conciencia.
Sabiendo que está cerca.
Las promesas se rompen.
El deseo se alimenta.
Y en la ciega vorágine.
Sin normas ni fronteras.
Se van forjando a fuego,
verdades y quimeras.

Las batallas en liza.
Peleas son internas.
Del recóndito anhelo,
de sin lucha ganarlas.
Sin dar nada vencerlas.
Las victorias son nuestras,
y las suyas no cuentan.

El tesoro está oculto.
Soportando la espera.
Las razones son muchas.
Pero todas ajenas.
En el limbo soñando,
se resuelve el dilema.
Los recuerdos son presos.
Eternamente medran.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

PASA BORDEANDO LA VIDA.


Pasa bordeando la vida,
mientras el tiempo indeleble,
va jugando su partida.
Haciendo bodoques gira,
como una noria infinita.
Impasible se desliza,
sin ojos, manos o vida.
No espera ni tiene prisa.

No se salva la cordura,
con arrumacos de magia,
ni es la locura más trágica,
cuando es corta su andadura.
No se rodea la distancia,
que crece en la criatura,
cuando falta la experiencia
y están sus pasos en duda.

La flor marchita y sucumbe,
en su condición fenece,
como nueva flor que crece,
en el lugar que otra ocupa.
Así, se va y nace la vida,
entre nacer y crecer.
Es constante su deber,
para subsistir poder.

Se va suavizando el gesto,
cuando la mente transita,
por senderos de esperanza.
Va sembrando la templanza,
granos de semillas sabias
y se relajan las olas,
de las agitadas aguas,
en una corriente en calma.

De puntillas se desplaza,
el recuerdo en la nostalgia,
en los diminutos pasos,
que en los sueños se retratan.
Se van cruzando las penas,
con ruidosas carcajadas
y los destellos se apagan,
cuando la sombra es más larga.

Pasa bordeando la vida,
los abismos que la acechan,
los ojos como luceros,
en la penumbra se avivan.
Pasan bordeando los sueños,
las dudas y los anhelos
y van pasando entre brumas,
los amores verdaderos.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

ACARICIA MI ALMA.


Pasa el río de aguas tranquilas y transparentes;
que acaricia la flor con suave remanso...
¡Que recorre grandes praderas...!
Y, yo, con el pensamiento llego hasta el infinito...

... y a lo lejos diviso el jardín de mi madre,
que hace tiempo no riegan sus plantas,
que ya sus flores... marchitas están;
hay una planta que se llama albahaca            
o creo, que también le dicen hierbabuena.

... y diviso la niña que cruza y acaricia las flores,
riega el jardín con suave rocío...
Y el viento que sopla, acaricia las hojas;
¡me encanta este aroma que acaricia mi alma!...

Y, entre recuerdos me llené de suspiros,
como quien llena un poema de lindos versos.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

POEMA A LA INJUSTICIA.


Al Gobierno de Coalición PSOE  Unidas-Podemos en plena crisis covid19 en España.  Basta de tantos sinvergüenzas. A la oposición por su apoyo a medias al gobierno, pues si ellos estuvieran en el gobierno, ¿qué hubieran hecho? ¿Se creen dioses?


Si el sistema de salud es una mierda o no da abasto
¿qué culpa tengo yo?
Cuando me empiezan a hacer muchos pedidos
O las plantas y malezas me comen el jardín
No paro a decir:
"¡Ey paren todo!
¡No llego a repartir!"

"¡Ey! ¿Qué tanta maleza?
¡Manden jardineros del Estado
A solucionar esta plaga!".
Cuando los comunachos
Salían a pedir proteccionismo
Los mataban a todos
Y ahora que se puede morir un viejo
O un joven que vivió para la mierda
"¡Estado!" Claman todos.

Más daño hacen las caries,
Y más se contagia,
Y ahí esta Coca
Con su publicidad santa
Y se la ofrecéis a los pibes
Con huevos de pascua.

Coherencia pido yo,
Viajando estaba,
De monte en monte,
Y vino la cana
Y me esposó tirana
Y me sacó una foto
Frente una pancarta
Que del "coronavirus"
Es que hablaba

Muriendo del humo,
De chico, yo siempre estaba,
Y cruzando las esquinas
Un auto me atropellaba...
Ahora encerrado
Debo estar en mi casa,
Donde no pega el sol,
Y la plaza, de enfrente, cerrada;
Unos días aguanté
Hasta que un día salí
A abrirla con mi maza:
"¡Oh el sol! ¡Cuánto lo necesitaba!"



Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

MORIRÁS CONMIGO.


Si un día muriera,
morirías conmigo
como hoy que vivo,
morir no quisiera.

Es que me eres vida,
y hálito en mi muerte,
que por letal y temida,
no me impide quererte.

Y así estamos unidos,
por vida y por siempre,
que importa la muerte,
potestad de los nacidos.

Y vivirás mientras viva,
como la muerte de la vida.
Morirás cuando no vivas,
en mi alma guarecida.

Es tu vida y la mía,
extremo preconcebido,
por nacimiento un día
y omega desconocido.

Más entre vida y muerte,
Alfa siempre seremos,
y perpetuos viviremos,
unidos por el amor.
                                                                


Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

jueves, 2 de abril de 2020

ERES COMO ROCÍO EN LA AMAPOLA.

Eres como rocío en la amapola,
como níveo copo en la hierbabuena,
como álgido fuego sobre una ola,
como blanco aroma de una azucena.
Eres el rubio oro de la mañana
y el subido carmín de la tarde,
eres el blanco lucero del alba
que de mi sueño viene a despertarme.
Eres la trémula luz de una estrella,
eres la risueña lluvia de abril,
dulce fragancia de la primavera
que me embriagó con su frenesí.
Eres fuego del delirio que pasa,
eres hielo de la pasión que quema,
eres flecha de Cupido que mata,
la rosa que mi corazón se lleva.
                                                                


Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

DESDE QUE TE CONOCÍ.

Shara, desde que te conocí, dejé de vivir y empecé a soñar
Quisiera ver otra vez, esos hermosos ojos
En todos mis sueños yo te vuelvo a ver
Shara olvidarte no se va poder.

Shara si me ves en tus sueños, llévame contigo
Que quisiera amanecer en tus brazos
Desde que nos alejamos, yo deje de vivir
Shara te juro que mi corazón, late por ti.

Shara yo te he de seguir, hasta el mismo cielo
El cielo será testigo, del amor que te tengo
Te confieso que mi corazón, me reclama cada noche
Porque es mucho tiempo, el que he pasado lejos de ti.

Shara en todos mis sueños te quiero tener
Solo te pido que si un día nos vemos
Me des la oportunidad de hablar contigo
Shara déjame decirte, lo mucho que me gustas
Y lo enamorado que estoy de ti.


Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

AÚN SIGUES EN MI MENTE.

Atravesada en mi alma te llevé largos años
Pues desde niño andabas vagando en mis anhelos.
Pasaban los inviernos, llegaban los veranos
Y    tan intangible, como el azul del cielo.

Después llegue a tu vera como llega un extraño
Y tu cual golondrina que mendiga un alero
Llegaste a mí, y unidos en un abrazo largo
Compartimos un poco de mi pan y mi fuego.

Uniendo nuestras suertes nos fuimos por la vida
Sin rumbo prefijado, sin metas a  la vista
Porque nunca se sabe que nos guarda el destino.

Y así fuimos sembrando semillitas de amor
Y tuvimos un techo, un huerto y una flor
Y aun sigues en mi alma, pero no en  mi camino



Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

EN EL CENTRO DE TU ALMA.

Mariposita, ¿por qué siendo volátil,
te aprisionas en la compañía
de la soledad?, mariposa linda,
tienes libertad, eres tan ligera,
pero al mismo tiempo un tanto deleznable;
la exaltación de tu alma no está
en el frenesí impulsivo
de entidades encendidas,
está en tu alma, incinerada
en la ansiedad de ser habitada,
deseo inherente a tu origen transcendental,
no es bajo tu saya donde se halla
tu valía, es en el centro de tu alma.

El amor es tan espiritual,
que se puede amar
aún cuando esté ausente
el ser amado, se le ama
en la distancia insospechable
que acerca a las dos almas.

Fueron tus retóricas que nacieron,
en los tétricos trances ...
pero conforman un himno hermoso
que los reveses de la añoranza
se trasforman en progresos alegres
de eterna esperanza.

En tu tálamo déjame acostarme
desde el alba al ocaso ... que presiento
que en tus sueños creo sabrosuras
con tu arte en el valle de mi soledad.

Tú y tu filosofía atrevida,
y tu espiritualidad además ...
en vez de hacerme mal,
siempre me hace tanto bien.

Etérea eres, porque con destreza,
te introduces en cada ávida alma
que afana y espera con mansedumbre,
hallar en tus cánticos sublime sosiego ...



Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

QUE VUELVA.

Que vuelva el tiempo atrás
que regresen mis días de luz
que florezcan la flores sin prisa
que escuchen las calle las risas de niños felices

Que vuelva el tiempo atrás
donde la música era poesía
donde el romance duraba una vida

Que vuelva
que vuelvan los corazones valientes
los héroes sin capa
la belleza del alma
que vuelva y se quede
 o que Dios me de fuerzas
para seguir esperando a que vuelvas


Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

UNA NOCHE COMO ESTA.

Noches como esta se dejó amar,
abandonada dócil a mis brazos
y me era presagio su marchar,
como al atardecer los Ocasos.

Fueron noches calmas. Serenas,
de abrazos, suspiros y promesas,
la sangre agolpaba en las venas,
cual agua de risco a represas.

Inquietaban el alma sus besos
y mi piel en su piel entibiaba,
mas horda de temores inconfesos,
quitaba la calma y la duda reinaba.

Sí: La duda de una noche más,
que inusitado pregón negaba
y desconcertaba toda la paz,
aunque en mis brazos estaba.

En mi tálamo la veía dormitar,
sintiéndola virtual como un sueño
y sin ostentarme serle su dueño,
la sentía mía y sólo mío su amar.

Noche como esta estuvo conmigo,
y la calidez de su brasa y mi fuego,
fueron a nuestras pieles Estío y abrigo,
húmedas y tersas  cual rocío veraniego.

Y esta noche como otras la amaré,
dormida en mi alma y mis brazos,
y un nuevo amanecer despertaré,
en la beatitud casta de sus besos.


Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

DEBISTE DECIRME

Debiste decirme que iba a perderme, pudiste advertir sobre la falta de alivio, habrías hecho tanto por mí...

Me entregué, lo entregué, cedí cada espacio de mi corazón para que habitarás en él, hasta que decidieras partir.

Debiste hablarme de las consecuencias, fallar en algunas encomiendas importantes. Decir que sólo sería feliz junto a ti...

Presencié el amor y el dolor más agotador, existentes que pude encontrar. Allí tienes la explicación de tu significado para mí.

No tengo arrepentimiento por las ocasiones en las que te juré amor, ambos sabíamos que las palabras son letras al viento...

Te llevaré, siempre lo haré. Aún queda espacio para los días de amor en el roto corazón, abandonado por el afecto, sin ti.

Debiste advertir que único y verdadero amor lo conocería, en aquella primavera, al verte sonreír feliz, junto a mí.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

miércoles, 1 de abril de 2020

UN AMANECER CUALQUIERA.


El amanecer de un día cualquiera,
sin recuerdo, sin reloj, ni fecha,
hizo mi noche agobiante endecha,
desvelando mi alma en tu espera.

Divagué en tu realidad y quimera,
entre mi ventana y mi frío lecho,
deliré porque la puerta se abriera
o de repente entraras por el techo.

Y pasó lo que nunca quisiera,
el sol sorprendió mi desvelo,
mi realidad se hizo quimera.
Tu ausencia no bajó del cielo.

Mi esperanza ya evanescente,
pronunció tu nombre apenas
y en rogatoria pálida, yacente,
clamó por ti: Cosas buenas.

Y al yacer de otra tarde sin fecha,
en la voracidad de noche indolente,
mi alma será persistente endecha.

Acaso por tu ausencia inclemente
o por la necesidad  vital de tenerte.


Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

QUERIDA AMOR MÍO.


A ti amor mío. 



Querida promesa mía, querida amada.
Quisiera que me leyeras con los sentidos
más profundos y más intensos que aprendimos
bañados por cristal de luz que despertaba.

Sólo me resta la vida,
se me evaporo el escudo
que cuidaba mi dolor,
me venciste en la batalla
de la lucha del amor
y navegué prisionero
de una barca a la deriva.

Amada mía quisiera,
yo quisiera que supieras
que el sonido de tu boca
era el sonido de besos,
que la noche fue más clara,
que la niebla era secreto
y el sentido de mi vida
en tu mano apareciera.

Y me refugio en el llanto
convertido hoy en consuelo,
más no se aclara la sombra
que me proyecta tu ausencia,
pero aquí estoy caminando
con mis pasos sin cadencia
hacia un único destino
que cobija tu recuerdo.

Querida mía que luces dulcemente,
nunca sabrás la importancia que tenías
y allá donde se te despierten los días
caerá la noche que en mi corazón duerme.

Nunca faltará ocasión
para amar y ser amado
y hallarás un corazón
que quiera cantarle al tuyo,
mas no tuve la ocasión,
y perdón le pido al mundo,
de vestirme de ese quien
de mirar ilusionado.

Amada promesa mía,
amor sin amor pagado,
eras luna en cielo azul,
eres ángel en el lago,
fuimos trigo y amapola
en algún campo olvidado,
yo te hablo y tú no me miras,
no me miras cuando te hablo.

Hoy te remito estas letras
como un eco del sentir,
tendrán alma de responso
que se oirá en la lejanía,
y las leeré en silencio
para recordar el día
en que te dije te quiero
sin llegártelo a decir.

Adiós a mi amor secreto,
hasta la vista después,
sé que estás cuando te quiero,
cuando no quiero también.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

¿QUIÉN ES EL?


¿Quién es Él?
Aquel que camina por el jardín.
Tristeza se ve en su rostro.
Acaba de desechar a dos de sus buenos amigos.
Una espada y una promesa cubren la puerta.
Algún día volverán.
¿Quién es Él?
Cuya voz se encuentra detrás de una nube gris.
Un amigo ha aparecido después de tanto tiempo.
Detrás de sus palabras le da un gran regalo.
Una gran herencia parecida a los granos de arena.
Un poco más y el tiempo también se lo lleva.
¿Quién es Él?
Cuya mano abrió el mar rojo
y su ira se extendió a los que oprimían a su pueblo.
Aquel que por la sangre de un cordero salvó a los suyos.
El que por su boca trajo libertad de la opresión.
Aquel que se esconde detrás de un hombre.
¿Quién es Él?
Que por tantos años esperó hasta que envió su mayor regalo.
La tierra sedienta de sangre estaba y él lo sabía muy bien.
Toda su esencia mandó detrás de huesos y carne.
Sintió dolor, frío y hambre.
Caminó entre los suyos y aquellos no le reconocieron.
¿Quién es Él?
Aquel que cuelga del madero.
Mis ojos no soportan verlo.
Grande fue su desgracia y nadie entiende por qué.
Unas maldiciones donde antes hubo milagros.
Vinagre de aquel que convirtió el agua en  vino.
¿Quién es Él?
Cuyo lamento se escuchó desde lejos.
Aquel que soltó su último suspiro.
Una mujer llora y no halla consuelo.
Un soldado se ve al pie de la cruz.
Un velo rasgado y un quebranto en el espíritu de los hombres.
¿Quién es Él?
El que se levantó de la muerte con poder.
Aquel que dejó la tumba vacía y la piedra removida.
Aquel que estuvo en medio de los hombres
y que por cuarenta días caminó entre ellos.
El que ascendió hasta lo alto con la promesa de que él volverá.
¿Quién es Él?


Autor
Antonio Carlos Izaguerri