miércoles, 10 de junio de 2020

ANTES DEL ÚLTIMO INSTANTE.


La noche se puso oscura
mis ojos no tienen luz,
ya no tengo juventud
pero aún sigo adelante.

No quiero mirar atrás
remediar nada podría,
si el futuro es fantasía
el presente es un instante.

¿Cuántos instantes me quedan?
Qué bueno que no lo sé
pues ya el pasado se fue
y al ayer dejó distante.

Al pasado y al futuro
los separa un eslabón,
pues si ese dogal es mí hoy
¿Por qué vivo vacilante?

Me falta sabiduría
y me sobra la ambición,
sé que tengo un corazón
que es muy poco palpitante.

No seré beligerante
y por tal ya he decidido
que quiero vivir en paz
porque vivo sin sentido.

Sin vivir de mis recuerdos
me volveré un caminante
si es mi futuro brillante
al presente se lo debo.

Y por tal soy aspirante
para ser un tripulante,
de una vida delirante
que me invite a ser longevo.

Porque yo seré el causante
de mi vida en adelante,
y ya así con pipa y guante...
disfrutaré... ¡Cada instante!



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

VIEJA AMIGA.


Esta noche luces radiante, con tu blanco velo ocultando tus hermosos cambios,
he sido ingrato al ignorar tu presencia y por ello en memoria de nuestro pasado te dedico estos versos ...

Tú! Me viste nacer,
me viste crecer,
me viste llorar,
me viste reír, sufrir, disfrutar.

Tú! con tu sabiduría aconsejas mi alma,
con tu presencia me calmas los latidos de vida.

Tú! Amiga mía, que lloraste más de una vez junto a mi lavando mi mente de pensamiento negativo,

No acaricio tu cuerpo, pero soy feliz al saber que no hay noche que no estés.

Amiga mía,
vieja amiga,
sé que no abandonas
pero …
¿por qué te ocultas?
A veces solo parece que te alejas y me ignoras.

Mi alma posee un lugar obscuro y solo cuando estoy contigo consigo revelar lo oculto, algo más cada día diferente.

Yo, tu amigo,
que entre vinos una vela, tú y tus brillantes amigas escribo estos versos en tu nombre.

Muchos que presumen verte bella cuando asomas en aquel horizonte,
yo que he visto ese hermoso arcoiris que te rodea en tu punto más alto.

Esas frías noches que has llorado empapándome por mi ausencia en nuestras citas, tu ley del hielo por días a veces semanas.

Tú! Amiga
vieja amiga, que me enseñaste el amor y comprometiste mi corazón embolviendolo en una ilusión con ella, sumergiendo mi corazón en un futuro que solo era mi fantasía.

sufrí quizás por tu culpa,
tus celos,
o por la mía al no negarme.

Bajo tus ojos me viste llorar al quitarme parte de mi corazón,
el caucho esférico de aquel motor lo maltrató, en mi chaqueta su aroma a muerte,
su alma, quizás contigo.

Tú, viajas diario y sin descanso, conoces el mundo pero pocos realmente te conocen,
te estudian, te analizan, te exploran pero no saben nada de ti, quizás yo sea quien descubra tu lado obscuro.

Tú, mi mayor confidente, mi mejor amiga, mi vieja amiga,

Temo ese momento en que mi alma decida empacar e irse a tu lado.

Amiga, pareces verdugo de mi felicidad, te noto ausente aunque te vea, ahora me siento solo, eres buena, misteriosa y quizás conmigo un tanto ruda.

Hoy! Ocultándome de un luminoso cielo bajo una palmera, al borde de tu bello mar, mis dedos ocultos en la arena, mi alma desnuda, te ves tan cerca, tan cerca, que creo poder tocarte,
Pero estás tan lejos que solo puedo verte, tus caricias se deslizan delicadamente por mis pies, me agradeces sin palabras, tus sollozos al oírme recitar los poemas a tu nombre escritos por mi pulso me conmueven.

Vieja amiga,
hace mucho no te veo en el mar, a veces nado profundo intentando buscarte, se que estás más allá de las nubes, no sé si logre algún día poder acariciarte, pero por ahora me queda tu belleza, la curiosidad de ti y tu compañía.

Tú, mi mayor confidente, mi mejor amiga, mi vieja amiga,
yo, el hijo de la noche y el amante de su guardián, tu viejo amigo.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

VIVES EN MÍ.


Cómo desearía  que sintieras lo que siento,
podrías valorar lo tanto que te amo
No solo imaginarlo como un presentimiento.
así supieras por qué tanto lo clamo.

Me Invades cada partícula, en todas las moléculas
el cual me llenas de tantas emociones.
y cuando más pienso que te odio más me enculas.
extendiéndome a un mundo sin represiones.
                            
Si recordar es volver a vivir
El deseo es vivir lo que aún falta
El soñar te llena de una expectativa alta
controlándola con la realidad y desgracias prevenir.

Pero recordar, vivir, soñar y prevenir,
no evita que en el viento te deje de sentir
que cada susurro anhelo tu voz escuchar
que al venir no quiero dejarte marchar

Como aquel sueño que te compartí
nuestro amor deseo que se concentre
en donde nuestro hilo rojo se encuentre
tú estás conmigo, porque vivo para ti.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri

CÓMO QUISIERA DECIRTE.


Llevo días pensando
en cómo debo decirlo,
lo pienso y a ratos
quisiera  ya decirlo.

Es algo que llevo en mi pecho,
es algo que nace de dentro,
circula por todo mi cuerpo,
pero no encuentro el momento
de poder al fin decirlo.

No quiero que tú te alejes,
ni quiero perder tu amistad,
pero es algo que en mi corazón
ha crecido y no lo puedo apagar.

Será mejor siempre callarlo,
así nos llevamos muy bien,
soy tan feliz cuando te acercas
y sueño con ser tu hombre.

Te sueño y te anhelo tanto …
te busco y sé que no estarás
y aunque pasen las horas
espero creer que llegarás.

Como quisiera decirte,
pero no te quiero alejar,
pero te hago mía en las noches
aunque sé que nunca será.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri

ME ESPERABAS.


En tu sueño me esperabas,
yo te añoraba en mi desvelo
y entre extasío de oscuro cielo,
te desee como tú me deseabas.

Mi cuerpo divagó en tu cuerpo
y así tu piel extasió en mi piel,
tu cabello dorado casi crespo,
fulgía extendido cual oro fiel.

La noche se entró en alma,
y tu intimidad en mi pensar,
pero el viento enfrió la cama,
como enfría el alba el despertar.

Mi desvelo fue embeleso,
beatificado en tu soñar
y la noche lerda al pasar,
me ofrendó por ti un beso.

Desvelé soñándote despierto
y tú deseándome dormida,
pero lo verdadero y cierto.
Nuestra noche fue florida.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri

martes, 9 de junio de 2020

ALIENTOS COMO LATIDOS.


Oscuro valle de sombras,
verde jardín de colores,
amor que sangra entre rejas,
entre perdidos olores.

Hedor que el viento se lleva,
brisa que el aroma trae,
dolor que al fin se equivoca,
dañando a quien menos sabe.

Entre palabras se esconden,
las verdades que atormentan,
susurros que entre los labios,
llevan prendida la afrenta.
Amor que llega y se queda,
en el vergel que le acepta,
rencor que al débil encierra,
en las garras del agravio.

Tormenta de sensaciones,
que los sentidos alertan,
volcando sobre la sangre,
la pasión que las libera.
Temor de verter la vida,
sobre un vacío que la pierda.
Amor que lento navega,
hacia otro amor que le espera.

Oscuro temblor que vive,
esperando en las trincheras,
con la razón en la daga,
del peligro que la acecha.
Luz que rompiendo las garras,
de las tenebrosas verjas,
va desvelando los miedos,
que en los corazones medran.

Donde se quedó la idea,
que abrazaba la conciencia,
donde la viva presencia,
de las manos generosas,
donde la franca mirada,
que sanaba entre las cejas,
donde esas templadas voces,
de puro claras, sinceras.

Verde latir de los ecos,
de la vida que se altera,
con la verdad transitando,
sin pendones ni banderas,
ecos que traen los amores,
que se quedaron afuera,
de recargados portones,
que ocultaban su presencia.

Enérgico latir de alientos,
que la oscuridad desvelan,
para que afloren las luces,
presas en la duermevela.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri

TE VOLVERÍA A ELEGIR.

Te volvería a elegir
como ayer, como hoy o mañana,
yo no hice las reglas del amor,
pero si te elegí para reinar mi corazón,
es tu mirada, tu sonrisa, tu alma,
mi verdadera razón para amar.

Te volvería a elegir,
en este mundo, en otro o el universo entero,
dicen que solo Dios es perfecto,
pero enamorarme de ti, vivir junto a ti, es perfecto para mí,
tu querer, tu pasión y todo lo lindo que llevas por dentro,
son la razón por el cual me enamoro cada día más de ti.

Te volvería a elegir,
si volviera a nacer, más allá de la muerte o en otra vida,
no fue a la suerte o el destino quien nos unió,
fue la fuerza divina de nuestro amor,
todo de ti, sin quitarle nada o agregarle,
son todo para mí, me gusta quererte, son más de un millón de razones,
para elegirte una y otra vez para siempre.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri

EL COLOR DE TUS OJOS.


En unos versos robados te robé el corazón
y te hice el amor mil veces
las mismas veces, que tus versos leí,
era tan extraño pero muy clarito,
sentí que estabas ahí conmigo
y leíamos los mismos versos
mil besos te di y sentí qué tú estabas ahí.
... Y en tu foto mis labios posé,
y con gusto los mordí a beso y beso
... Y todavía te preguntaba;
¿Te gustó el beso qué te di?
Después sentí tu piel enredándose con la mía
y tu olor de hombre me atrapaba en tus redes
... olías a pasión y a ganas de mí y a mujer ardiente,
con ganas de poseerme y de hacerme tuyo,
de pies a cabeza, me sentí tu rey, tu amante y tu todo.
Hasta sentí que mordisqueabas el dedo gordo del pie
tan excitada estabas y me excité tanto que más no esperé,
tan apasionado te besé los senos y tus labios abiertos
sentí fundirse con los míos y éramos como volcán en erupción.
Todo por unos versos robados haciéndote poesía me poseías.
¡Segura estás pensando qué estoy loco!
¡Ah no! Tú sabes que tu poesía, es mi delirio y mi pasión,
 sabes que eres mi amor de poesía, verso y prosa de amor.
y mi poeta favorita y con versos robados te hago el amor
cuando te leo, siempre soñé con hacerte el amor en secreto.
...  y sin tú saberlo en versos robados
te robé el corazón y te hice el amor mil veces,
las mismas veces que tus versos leí
y en un orgasmo de amor mil besos te di.
¡Amándote, como te amo siempre mío!
no me arrepiento de nada, eres mi inspiración,
mi verso y mi poesía y mi Ángel amor
a quien en versos robados le hago el amor
y beso tu boca con tanto ardor y pasión
y a quien le escribo poemas en cuerpo y alma.
¡Eres hermosa mi amor! ... Me robaste el corazón
Y con versos y poesías nos amamos todos los días.
¡Somos destino, Amor! ¡Te amo mío, ojos míos de mi querer!



Autor
Antonio Carlos Izaguerri

EL COLOR DE TUS OJOS.


Tus ojos son como dos esmeraldas,
Joyas de faros de luz encendidos,
Donde mi alma se posa adormecida
De su largo vuelo, opiáceo y rutilante.

Son tus verdes mares que mi barca
Embelesan, y sigo en la tormenta
Tus cantos de sirena, esperando hallar
La calma, en lo frágil de tu puerto.

Pasada la tormenta de agobios y pesares,
Me adentro ya en tus valles y colinas,
Aparto con malicia, la yerba de tu monte
Y bebo del puquial que de tus muslos nace.

Portentosas melodías brotan de tus senos
Y un creciente río de estertores, parte de
Tus grandes ojos verdes hasta el centro
De tu vientre, a una final pequeña muerte.

Al cabo me doy cuenta que mi barca
Halló puerto seguro, ya no hay manera
Que el azar vuelva a jugar con mi destino,
Pues necesitaba paz y me la regalas tú.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri

lunes, 8 de junio de 2020

TODA UNA VIDA.


Con versos en ti inspirados,
andemos TODA UNA VIDA,
que juntos y enamorados,
el Bolero la hace unida

Necesitaré caricias,
te colmaré con mis besos,
envuelto en miles de albricias,
de anchos amores confesos.

Disfrutaré de tu risa,
secaré tu húmedo llanto
como el frescor de la brisa
que a ti te llena de encanto.

Amigos fetén y amantes,
de amores grandes, sedientos,
peregrinos caminantes,
ensoñadores de cuentos.

Reclinarás tu cabeza
que te brinda mi hombro henchido,
porque con tanta belleza,
enardece mi sentido.

Atravesando las olas
por mares subliminales
es el sentirnos a solas
un gran placer a raudales.

Sembrando muchas caricias,
cosechando inmensos besos,
son las sublimes delicias
de unos abrazos obsesos.

De delicadas miradas
de pasiones encendidas
de ilusiones alcanzadas
de esperanzas conseguidas.

Felicidad compartida,
límpido amor verdadero
será así TODA UNA VIDA
como así es nuestro Bolero!



Autor
Antonio Carlos Izaguerri

ENCANTADORA MUJER.


Eres la chica especial de este mundo,
una linda maravilla de la especie humana,
aglomeras multitudes con tu sonrisa,
emanando simpatías por tu paso gallardo,
que alegran el edén de mis huertos floridos.

El fulgor de tus ojos hechiceros,
cautivan a los que se cruzan con tu mirada,
eres toda una mujer de encanto subliminal,

¡Oh! bella mujer, diosa de mi ser

Tus labios relucen en tu bello rostro,
tus dientes perlados adornan tu belleza,
me arropas tiernamente en la noche,
donde relucen las fibras de tu piel.

Eres la más esplendorosa dama
de las maravillosas perlas brillantes,
apreciada chica de mis sueños,
que me llama a un encuentro feliz,
para no dejarte sola en este universo.

Eres la dueña de mis sueños íntimos,
albergas en las fibras de mi corazón,
tu fino aroma sensual de mujer,
una preciada fortuna del cielo de estrellas.

Eres una bella obra de arte del universo,
emanas mucha sensualidad y elegancia,
provocando hondos suspiros a doquier.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri

EL CORRER DEL TIEMPO.


Aún recuerdo aquel instante,
fue un segundo,
el momento en que te vi
me pareció tan profundo
que una voz en mi interior
dijo que parase el mundo.

Y el mundo se me detuvo
por un minuto
y poderte contemplar
sin volverme diminuto
ante el verde de tus ojos
y el amor más absoluto.

Se me partió el corazón
en un día,
al rozar con tu voz mi alma
y brotar de ella la vida,
como en un cuento con hadas
donde el príncipe dormía.

Aquel despuntar de llama,
ya un año,
hizo arder todos mis miedos,
voy tranquilo de tu mano
caminando por el cielo
con tu luz siempre a mi lado.

El cielo fue nuestro hogar,
toda una vida,
porque siempre te he amado
en unión del alma mía,
nuestros ojos se cruzaron
con honduras infinitas.

El morirme no es la muerte,
la eternidad
nos envolvió para su suerte
más allá de toda edad,
porque quien ama no muere
siempre que ame de verdad.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri

TU AMOR ME HACE BIEN.


Sus palabras siempre brindaron calma.
Mi Amiga, consejera con cautela,
a mi corazón dañado, que amaba
a un absurdo, de infiel secuela.

De mi aferrada ilusión sentía pena.
Yo soñando con un amor y su falsa espera.
Ella demostró que distancia no es problema,
Llegando a mi tierra, dulce sorpresa eterna.

La vi, era como en mis sueños,
tan dulce y perfecta, sus ojos encadenan.
Sentí que mi vida pasó lenta y divinamente,
al sentir aquel beso robado, ¡bendita condena!.

Amargo pasado vuela cual hojas al viento,
mi corazón albergara y vivirá esta fantasía
quizá algún día, ella sea mi dulce sentimiento
merece que la ame por su audaz osadía.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri

SI TÚ SUPPIERAS.


Si supieras cuan vacía está mi alma,
Notarías mi tristeza acongojada!

Si pudieras observar tras mi coraza,
No verías más que carne mutilada!

Si tu oído escucharía a mis palabras,
Sólo oirías el desgarro de mis ansias!

Si tus manos, irradiaran su calor bajo las palmas
Al posarse sobre mí serían heladas!

Porque ya todo mi Ser sólo es falsía.
Y hace al mundo verlo a él de maravilla!

Porque ha muerto mi esperanza y mi futuro,
Y viviendo sin proyectos voy desnudo!

Porque estoy en soledad conmigo mismo.
Esperando a quien vendrá para ir consigo!

A ese lugar tan confuso y sin retorno,
Pasando al plano del olvido y de estar solos!

Si tú supieras, si verías, si escucharas,
Pero no importa, es tarde ya!
No importa nada!




Autor
Antonio Carlos Izaguerri

AMANDO, CRUZÓ LOS TIEMPOS.


Cruzó el límite del tiempo,
rozando la eternidad,
jalonó cumbres más altas,
en pos de la libertad
y se aferró a la verdad,
con la mente en lontananza.

Praderas del sentimiento,
sembradas de corazones,
apasionados rincones,
que esconden mil pensamientos.
Bosques poblados de ideas,
escondidas entre helechos
y bebiendo de las flores,
los erráticos recuerdos.

Amor que habla y que susurra,
sin importar el acento,
matiz que aflora a los labios,
como un arcano secreto.
Sueña sin soñar el beso,
que va encontrando otro beso.
Amor de aristas sutiles,
que perfilan el encuentro.

Cruzó la puerta sin miedo,
con el valor del maestro
y aprendió de los errores,
de su efímero concepto.
Bajó sin prisa hasta el foso,
donde es más puro lo bello
y deambuló entre cometas,
bien aferradas al suelo.

Amó con la misma fuerza,
a lo abstracto y lo concreto,
a la vida y a la sangre,
amor nítido y sincero.
Colmó de saber sus arcas,
bebió del conocimiento
y fue plantando respeto,
en inhóspitos encuentros.

Cruzó la vida en la sombra
y en la luz de sus intentos,
bordó de flecos el surco,
de los pasos de su peso.
De las procelosas aguas,
extrajo sus sentimientos
y abrazó vidas con fuerza,
para sentirse por dentro.

Amó y cruzo, como un dardo,
la vida en sus recovecos.
Que no se paren las olas,
que zarandean los secretos.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri