Buscaba poesía en cada cosa, 
Buscaba una ilusión, buscaba vida. 
Era inquieta, alegre y bullanquera, 
Cantaba canciones a la luna, 
A las hojas doradas 
Que caían de los árboles en actitud serena. 
Tenía en sus anhelos 
El aletear de mariposas de ensueño, 
Y en su inocencia, 
Nacía una bandera 
Que se fue tiñendo de rojo 
Por la sangre de caídos 
En las luchas populares, 
Pero a la larga se fue volviendo verde 
Como la esperanza, siempre viva. 
No sabía de maquillajes para nada, 
Ni de sentimientos, di de rostros. 
“Mirada pícara alegre y sonrisa coqueta” 
Decía la gente, 
Pero era llana, natural como los pájaros 
En su más alto vuelo. 
Se ilusionó tantas veces 
Que nunca encontró ideal 
Y fue criticada otras tantas veces. 
Que en ese sentimiento fracasó. 
Nunca la amaron como ella ansió. 
Se le fueron pasando los años 
Y el tiempo sola la encontró, 
Fue entonces que a su vida 
Lo que tanto buscó llegó, 
Pero el destino cruel 
Se empecina en mantenerla 
Alejada de su amor, 
Furtivos encuentros es todo 
Lo que para ellos la suerte les deparó. 
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 
